Cereal Cebada
Imagen de un campo de cereal de la provincia. / KAMARERO

El fuerte calor del mes de mayo y lo que va de junio ha obligado a adelantar la cosecha de cereal. Pero sobre todo ha evaporado las buenas expectativas generadas al comienzo de la primavera. Las reducciones de la producción será la tónica general estos días.

Todos los profesionales del campo coinciden en señalar que la merma de este año rondará entre el 20 y más del 50 por ciento de lo recogido el año pasado. Teniendo en cuenta que la del último verano puede calificarse de una cosecha ‘buena’, en esta ocasión no se llegará a los niveles de una campaña normal.

Las cosechadoras ya han comenzado a segar en varios municipios de la provincia, y su presencia se generalizará en los próximos días. En cómputos globales, la reducción de la cosecha oscilará cerca del 50 por ciento sobre la de la campaña pasada, aunque con fuertes diferencias por zonas. La producción media rondará los 1.750-2.500 kilos por hectárea en cebada.

Para Guzmán Bayón, presidente de Asaja-Segovia, “en el mejor de los casos podremos anticipar que será un 50 por ciento sobre la del año pasado”. “Creo que podremos decir que será uno de los años malos de cosecha de cereal”, añade Bayón, quien recuerda que en algunas zonas ya están comenzando a tramitar los partes de seguro por la sequía. El presidente de Asaja recuerda el brusco cambio experimentado en dos meses. Aunque a comienzos de mayo las previsiones eran buenas, “la escasez de lluvias en todo el mes y el fuerte calor que ha llegado, lo ha estropeado”.

Desde la Unión de Campesinos de Castilla y León, su presidente en Segovia, Alfonso Pescador, es tajante: “Como ocurre en todos los años malos, las cosechas se adelantan”. “Las altísimas temperaturas de mayo y la falta de agua ha mermado el rendimiento”. Reconoce que habrá diferencias entre zonas, pero en términos generales señala a la cebada como la menos afectada por ser el cultivo que va más adelantado y que pudo beneficiarse de las últimas lluvias de abril. “Una amplia zona del centro y el oeste de la provincia está muy afectada porque son suelos ligeros y no retienten la humedad. Las cebadas están en un 30% de la producción normal, y los trigos y centenos no llegan al 50%. Los forrajes también están muy afectados”, apunta.

Sobre los precios, el dirigente de UCCL-Segovia explica que la cosecha de este año va a hacer difícil que cubra los costes de producción. “Pero el problema será en las próximas campañas. Ya se aventuran costes muy altos del gasóleo y los fertilizantes. El agrícola está a 1,30 euros; y todo va a ser un encadenamiento que hará muy difícil trabajar así”. Con este panorama prevé que habrá una drástica bajada de siembra al próximo año. “Hasta ahora, cada uno ha sembrado lo que ha querido porque el otoño fue favorable y no se preveían costes tan elevados”, apunta. “En un momento económico en el que el cereal podría ir bien, llega este calor extremo que nos reduce la cosecha”, lamentan desde Uccl-Segovia. “En cualquier caso, tampoco habría sido muy boyante, con unos costes de producción tan altos y no hay precio al alza que pague eso”.

Desde UPA-Segovia, su presidente, Pedro Matarranz, también asegura que ya cerca de su zona, en Villovela de Pirón o Escalona del Prado han empezado a trabajar las cosechadoras. Califica de “flojo” el resultado que comienzan a aportar las máquinas. “No hay lo que se esperaba. Ha bajado mucho. En pocas semanas ha cambiado el panorama: de plantearse una cosecha como la del año pasado, a otra que no llegará ni a la mitad”. Y aunque ha oído que puede haber contratos de venta por encima de los 400 euros la tonelada de cereal, el que los rendimientos no lleguen a los 2.500 kilogramos por hectárea, los sitúa por debajo del nivel de rentabilidad. “Con unos costes tan altos como los que se han puesto, habrá que esperar a rematar la cosecha; pero si la producción es baja, difícilmente cubriremos costes, aunque haya altos precios”. Con fertilizantes a 700 euros la tonelada, el gasóleo en escalada, y los herbicidas también “carísimos”, el balance puede ser “nefasto”.

Mercado internacional

Desde el punto de vista de los almacenistas, la situación tampoco es halagüeña. “La cosecha será floja, aunque tampoco podremos hablar de un desastre”, matiza Alfonso Palomo, del grupo Octaviano Palomo, principal grupo cerealista de Segovia.

Él recuerda que en los mercados existe a día de hoy una volatilidad altísima a nivel internacional debida, no sólo a los resultados de los distintos países productores, sino a situaciones coyunturales como la guerra en Ucrania. “Los precios bajaron la semana pasada al ver la posibilidad de abrir un corredor de Ucrania, y desalojar varios barcos que estaban inmovilizados”. “Así los precios bajaron un 12%, pero al finales de la semana pasada volvieron a subir otra vez porque habían bombardeado una zona estratégica. Es una volatilidad increíble la que estamos viviendo”, añade. “Ojalá no sean tan desastrosos los números, pero estamos en un mundo agrario global. Rusia tiene un cosechón y es cierto que Ucrania ha sembrado menos. Pero las existencias que aún conservan no tienen consumo doméstico y necesitan sacarlas fuera. Podría haber una oferta fuerte en cualquier momento, pero las reglas del mercado son arbitrarias”, concluye.

Sin barbechos

Respecto a la posibilidad de sembrar en barbechos como forma de mitigar la falta de producción y de importación de grano, todos los dirigentes agrarios coinciden en señalar los escasos efectos que va a tener esa norma en Segovia.

Guzmán Bayón resume que los agricultores son los suficientemente sabios como para cultivar lo que se produce aquí, y por mucho que se intente implantar especies distintas, no se va a conseguir. “Sería un 5% de superficie cultivada más, pero suelen dejarse en barbecho los terrenos menos productivos”, explica.

Al igual que Bayón, Alfonso Pescador considera que sería conveniente aumentar la soberanía alimentaria y no depender de las importaciones extranjeras.

Los efectos negativos del cereal se extenderán a la ganadería. El presidente regional de Asaja, Donaciano Dujo señala: “La desesperación del sector ganadero, que lleva instalado en crisis permanente, se incrementa ante estos precios desatados que repercuten directamente en la alimentación de sus animales. Que nadie se engañe: vivimos una situación desquiciada en la que nadie, ni agricultores ni ganaderos, va a ganar, todos perdemos”. Por ello reclaman a las administraciones (Junta, Ministerio y UE), a que establezcan “mecanismos de apoyo para un sector estratégico que tiene graves problemas de supervivencia y que tiene que seguir produciendo”. Por ello exigen “información clara y precisa de las normas en las que se desarrollará la próxima sementera.