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Santiago Martínez se convirtió en el director del Museo de Segovia en el año 2013. / KAMARERO

El edificio se encuentra en el casco urbano de Segovia, cerrado hace años por la muralla medieval. Dentro de esa especie de trapecio, se situó un matadero en el barrio judío, que funcionó hasta 1980, cuando se sustituyó por lo que tiempo después se convirtió en el Museo de Segovia.

Nos recibe en su despacho, ubicado en las profundidades de uno de las instituciones más emblemáticas de la provincia de Segovia. En el centro de esta amplia sala, una montaña de papeles esconde un gran escritorio. Santiago Martínez pide disculpas por un desorden obligado que invita a pensar que desempeñar su cargo no es sencillo. Minutos después, confirma esta idea preconcebida. De manera paulatina, sus nervios iniciales dejan paso a la naturalidad, y la entrevista pronto se convierte en una conversación distendida sobre arte y valor cultural que se adentra en las profundidades del Museo de Segovia, que dirige desde 2013.

— Está al frente de uno de los principales museos de Segovia. Esto no será tarea fácil.

La gestión de un museo es muy compleja, pero interesante porque el Museo de Segovia tiene múltiples funciones, que van desde la conservación y restauración de las diferentes piezas de su colección museográfica, hasta su inventario, catalogación, investigación y, por supuesto, difusión. Todo esto genera distintas disciplinas que hay que gestionar de manera coordinada desde el museo y las diferentes unidades administrativas de las que depende dentro de la Junta de Castilla y León. Con lo cual, la dirección es un trabajo muy dinámico y hay que ir continuamente aportando soluciones a las diferentes problemáticas que se van generando.

— ¿En algún momento ha sentido la presión del cargo?

La dirección atiende las directrices generales en gestión que le marca la Dirección General de Políticas Culturales de la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta -en la que se integra el Museo de Segovia-, a partir de las cuales establece su funcionamiento en temas administrativos, de gestión y técnicos. Por tanto, todas las decisiones están bastante estudiadas.

— ¿Cómo es el día a día del director de un museo?

Es muy importante tener claros cuáles son los objetivos a corto plazo que se marcan en los trabajos del museo. Se establecen planteamientos generales de investigación, conservación e inventario. También hay trabajos de gestión administrativa que varían en función de las tareas que se están realizando en los museos, y que van desde el registro de nuevos materiales arqueológicos, hasta la coordinación con la Junta o el Ministerio de Cultura, puesto que el museo es propiedad del Estado, pero su gestión está transferida a la Comunidad. Otra parte importante de la gestión son las relaciones con investigadores, a cuya disposición se ponen los fondos del museo. E incluye la gestión de programas educativos y didácticos. Uno de los objetivos fundamentales es que las colecciones se difundan lo mejor posible a la sociedad.

Una multitud de piezas

— El museo conserva y deposita multitud de materiales. ¿Cómo se puede estructurar su colección?

La colección se puede dividir en tres ámbitos generales; la dedicada a las Bellas Artes, la etnografía y la arqueología, aunque hay materiales que comparten esa adscripción. Dentro de esas partes, hay una multitud de piezas depositadas de muy variadas características en cuanto a tipología, materiales, disciplinas…

— ¿De dónde proceden esas piezas?

Una amplia colección de pinturas, escultura y artes decorativas procede del siglo XIX, cuando se creó el Museo de Segovia, como consecuencia de la constitución de las Comisiones de Monumentos, que se hacen cargo de los materiales de la Desamortización de los bienes religiosos. Posteriormente, fueron ingresando en el museo piezas de investigaciones arqueológicas que se asocian al siglo XX.

Otras piezas provienen de depósitos o donaciones que realizan instituciones o particulares, que están interesados en que sean depositadas en el museo porque de esta manera se garantiza su conservación futura y se abre la posibilidad de que esas piezas pasen a ser más conocidas. Hay materiales que proceden de compras del Estado o la Comunidad en el mercado de antigüedades o en subastas, con lo que se va acrecentando los fondos del museo. Una parte importante de las piezas procede de materiales arqueológicos que resultan de investigaciones que se realizan en la provincia, que por ley tienen que venir a aquí.

— ¿Qué proceso se sigue cuando llega una nueva pieza?

Hay un incremento de fondos muy importante cada año, que tienen que ser catalogados, inventariados, almacenados, estudiados, analizados o difundidos de manera concreta, que es lo que conforma una colección.

— También se ocupan de la conservación y restauración de materiales.

Cuando ingresan en el museo, muchas piezas no están en buen estado, porque están deterioradas o fragmentadas, y deben ser sometidas a procesos de conservación, que paralicen sus potenciales problemas de destrucción. Hay ciertas piezas en las que es necesario intervenir a través de la metodología de restauración, por ejemplo, para restituir algunos elementos que han sido perdidos.

El pasado de la provincia

—La exposición permanente permite conocer gran parte de la historia de Segovia.

La primera parte de la exposición permanente aborda desde el paleolítico inferior, es decir, las primeras ocupaciones humanas en Segovia, y la última etapa de presentación aborda inicios del siglo XX. Por tanto, todos los elementos culturales de ese periodo están contenidos en el Museo de Segovia.

— El museo dispone, a su vez, de una importante colección numismática como parte de la exposición permanente.

Es una colección muy importante. Las monedas han sido acuñadas hasta el siglo XIX y son, en su mayor parte, de la ceca medieval de Segovia, aunque también hay de la época romana y de diversos periodos de la historia. A partir del final del siglo XVI, hubo en Segovia un taller de acuñación muy puntero desde el punto de vista tecnológico, con la creación de la nueva Casa de la Moneda. Uno de los propósitos que nos marcamos es ir completando esa colección, con monedas que fueron acuñadas en Segovia.

— Además, el Museo de Segovia cuenta con exposiciones temporales que abordan diversas cuestiones.

Estas exposiciones abordan temas específicos, como el mundo romano, el visigodo, la pintura moderna, la escultura contemporánea, aspectos de Bellas Artes, arqueología, fotografía, etnografía, documentación…

La historia de Segovia es muy compleja, muy rica desde el punto de vista patrimonial. Las piezas a través de las cuales se presenta toda esa historia son muy limitadas y, por eso, para incidir en ciertas etapas o aspectos que consideramos interesantes se hacen exposiciones temporales, para presentar piezas que generalmente están en almacenes porque no tienen cabida en la exposición permanente, o incluso a veces también se traen piezas de fuera de la provincia, de otras instituciones.

— También está bajo su gestión el Museo Zuloaga, compuesto de fondos de Bellas Artes.

Es un museo diferente, se ubica en la Iglesia de San Juan de los Caballeros, pero está gestionado desde el Museo de Segovia. En este caso, se trata de un espacio expositivo que, a partir de 1908, fue el taller de Daniel Zuloaga, un importante ceramista artístico español, que vino a Segovia y transformó la Iglesia en su taller e incluso la parte de arriba en su vivienda.

Una parte de este museo presenta cerámicas de Zuloaga, así como la vivienda musealizada en la que exhibe importantes obras pictóricas, algunas de ellas de su sobrino Ignacio Zuloaga. Precisamente este año hay un conjunto de actividades programadas desde el Museo de Segovia para conmemorar el centenario de la muerte de Daniel Zuloaga, en diciembre de 1921.

Labor de difusión

— ¿De qué forma logran difundir todo el conocimiento que alberga el museo?

La sociedad es muy compleja, hay distintos tipos de público. Tenemos que adaptar nuestras actividades de difusión o didácticas, a los diferentes colectivos que potencialmente pueden ser público del museo.

También es muy importante la proyección que tiene la labor de investigación y conocimiento de las piezas a través de su presentación en exposiciones temporales o en la permanente. Hay temas sobre las diferentes colecciones, que pueden ser presentados a través de una exposición monográfica, es decir, en función de un tema muy concreto. Pero queremos que el conocimiento cultural sea accesible para todo el mundo, sin llegar a una banalización.

— En el caso del público no especializado, ¿qué deberían conocer para apreciar el valor cultural de una pieza?

Al público no especializado que le interesa tener conocimientos sobre los elementos culturales, se le facilita un discurso que sea comprensible, pero que le permita adquirir el conocimiento de la pieza y llegar a conocer el valor patrimonial que tiene en la provincia de Segovia. Esto a veces es casi lo más complicado, pero es una de las labores más interesantes de los museos. Es muy importante que la sociedad conozca el valor que tiene el patrimonio en tanto que depositario de la memoria colectiva y que elemento esencial a la hora de replantear las problemáticas actuales.

— ¿Qué exposición resulta más atractiva para el público?

Para el público que visita el museo por primera vez, es muy apreciada la exposición permanente porque aborda muchísimos siglos de cultura o civilizaciones en Segovia, presentados a través de las diferentes piezas del museo, pero de una manera muy comedida; hay una presentación muy limitada de piezas que van acompañadas de elementos gráficos y audiovisuales que la hacen bastante comprensible.

Revive tras la pandemia

— Con la pandemia, habrán tenido que frenar su actividad.

Se tuvo que cerrar el museo y su reapertura se ha hecho de manera escalonada, tanto de la exposición permanente, como de las actividades de difusión del propio museo. Nos hemos tenido que adaptar para ir retomando la actividad. Sorprendió que, en el momento en el que se empezó a abrir el museo, había gente muy interesada en verlo, porque el confinamiento hizo apreciar con más nitidez elementos de la vida cotidiana que conocemos menos o tenemos desaprovechados.

— Pero, ¿ya han logrado retomar toda su programación?

Durante 2021, ya se ha retomado gran parte de la actividad. Durante este otoño, la actividad de difusión y promoción del programa de la conmemoración del centenario de la muerte de Daniel Zuloaga ya está prácticamente en niveles prepandemia.

— De hecho, para el 12 de diciembre han programado el taller ‘El vidrio en Segovia, desde época romana hasta nuestros días’ dirigido a mayores de 12 años.

Los talleres escolares han sido los más difíciles de retomar. Todas las restricciones que han afectado al mundo escolar, las hemos vivido directamente. Ahora ya sí que estamos en plena actividad, aunque está costando que vuelvan al museo por razones sanitarias.

— Ese público escolar engloba a los jóvenes. Con estas actividades, ¿pierden ese “miedo” a los museos?

Esto es un problema educacional. Los museos no son solo un contenedor de objetos artísticos o antiguos que merecen su conservación. Poco a poco, se van convirtiendo en elementos de referencia cultural.

A través de un programa didáctico y de difusión, el museo pretende que el conocimiento de la cultura alcance al público escolar que, en el fondo, va a ser el garante futuro de la preservación del patrimonio que tenemos. El objetivo es hacer entender que la preservación del patrimonio es muy necesaria para la propia estructura de la sociedad actual.

— ¿Los segovianos conocen lo suficiente este museo?

Desde el museo, intentamos que toda la sociedad segoviana conozca y acceda al museo. Por supuesto que hay mucha gente en Segovia que no conoce todavía el museo por diferentes razones. Trabajamos para conocer los diferentes motivos por los cuales hay una parte potencial que todavía no conoce este museo, para aportar soluciones y que puedan llegar a conocerlo.

Uno de los elementos con los que trabajamos es con la amplísima oferta cultural que hay en Segovia. Hay espacios culturales como el Museo de Segovia y de Zuloaga que son de gran importancia porque custodian elementos del patrimonio.

— Ahora imparten un ciclo de conferencias bajo el lema ‘El futuro del museo: recuperar y reimaginar’. ¿Qué futuro le espera al museo?

Las sociedades se transforman muy rápido, especialmente gracias a los cambios tecnológicos que afectan a cualquier tipo de manifestación cultural. Los museos debemos adaptarnos a los nuevos tiempos. La paralización de la accesibilidad directa del público al museo ha hecho que se exploren nuevas maneras de acceder a él por vía tecnológica. Es muy importante tratar de mirar a los nuevos tiempos. El Museo de Segovia intenta acceder y presentarse ante la sociedad, pero si esta está cambiando, evidentemente tenemos que enfocar nuestras actividades a sus requerimientos.

— ¿Qué perspectivas tienen para el próximo año?

En los aspectos de conservación, restauración e investigación, el museo mantiene la línea de trabajo habitual, de garantizar la preservación de las colecciones y restaurar aquellas piezas que lo necesiten.

En cuanto a las actividades, vamos a lanzar nuevos programas de talleres escolares. Plantearemos nuevos ciclos de conferencias sobre otras temáticas y, durante la primera parte del año, vamos a continuar con la celebración del centenario de Daniel Zuloaga, en primer lugar con una exposición sobre él con pintura de Ignacio Zuloaga que se presentará a partir de enero, y se harán otras dos exposiciones en relación con Zuloaga.

Por supuesto, también estamos en vías de elaboración de nuevos proyectos de exposiciones temporales tanto para el Museo de Segovia como para el Zuloaga.