Comercio Black Friday Navidad 7572
Los comercios publicitan el black friday en sus escaparates dias antes del inicio de la campaña./KAMARERO

En el marco de la colonización de las costumbres anglosajonas en la sociedad española, desde hace poco más de una década se ha instaurado el ‘black Friday’ –viernes negro— como acicate para el consumo trasladando una iniciativa iniciada en la década de los 60 del pasado siglo en Estados Unidos creada como preludio de la campaña de Navidad y situada en el calendario tras la celebración del Día de Acción de Gracias.
Las grandes superficies comerciales y las plataformas comerciales de Internet echan el resto en esta corta campaña de apenas una semana que tiene lugar a finales de noviembre, y lanzan una gran batería publicitaria para crear la necesidad de compras con el atractivo de descuentos y ofertas. El efecto de arrastre lleva también al pequeño comercio a sumarse a esta iniciativa, que lejos de crear grandes beneficios, acarrea incluso gastos que muchas tiendas no pueden asumir.
Roberto Manso, presidente de la Federación de Comerciantes de Segovia (FECOSE), integrada en la FES, asegura que las circunstancias “hacen que no nos quede más remedio que entrar, porque tenemos que seguir compitiendo y no podemos permitirnos no vender”. Así, dede la federación se promueven campañas publicitarias a las que se adhieren los establecimientos cuyos productos son los que mayor demanda tienene –textil, calzado, electrónica-, mientras que otros “no entran porque no va con ellos”, asegura Manso, que reconoce que el influjo del Black Friday ya se extiende a otros sectores económicos como la hostelería y el turismo, donde las empresas comienzan a ofrecer productos específicos para esta época.
Entrar en la rueda de esta campaña no significa tener que asumir los costes que supone. Por ello, Manso asegura que los comercios plantean descuentos nunca superiores al 20 ó el 30 por ciento, y precisa que las rebajas que plantean “son más reales que las de las grandes superficies, ya que se hacen sobre precios que se mantienen todo el año, aunque eliminen gran parte del beneficio comercial en muchos de los productos”.
De hecho, el presidente de FECOSE señala que las grandes superficies tampoco ponen un excesivo entusiasmo en los últimos años en aplicar grandes descuentos, y critica la “mascarada” que hacen al incluir un catálogo de productos específicamente para esta campaña o aplicar descuentos sobre precios previamente ‘inflados’ para mantener el margen comercial.
Manso señala que esta campaña no supone mas allá del 5 por ciento de la facturación total del año, ya que el cliente que compra en esta época “no lo hace en Navidad”. “La suma del conjunto de facturación entre el Black Friday y Navidad alcanza el 30 por ciento, un porcentaje que no crece porque en los años que en noviembre se factura un 10 por ciento, en Navidad se alcanza el 20, y en los años que se hace un 5%, en Navidad se llega al 25%, por lo cual no suman más ventas e incluso se reducen las ganancias”.
En cuanto a la predisposición del cliente, precisa que el black Friday es rentable “si compara precios y puede adelantar compras navideñas ahorrando algo de dinero”, y recomienda a los consumidores basándose en aquella legendaria frase publicitaria que “busque, compare y si encuentra algo mejor, cómprelo”.
“ Una compra racional exige no comprar en el primer sitio que pilles, y desde FECOSE recomendamos comprar en el comercio local, para dinamizar la economía de tu zona, y no en grandes plataformas y superficies que financian viajes al espacio a multimillonarios o bajos salarios en países subdesarrollados para producir sus productos”, asegura Manso, que recuerda que “el sector terciario mantiene gran parte de la economía y si nos lo cargamos estamos produciendo un enorme quebranto en la sociedad”.
El black Friday llega casi recién terminada la campaña municipal de bonos comercio, y concluirá a las puertas de la Navidad , que dará paso a las rebajas de Enero. Esta proliferación de iniciativas comerciales no es nueva, y de hecho Roberto Manso señala que “vivimos de las campañas”, recordando el calendario que incluye también el día de los Enamorados, el dia de la Madre o las comuniones, que sufren los altibajos lógicos de la actividad comercial y social.
Esto obliga a los comerciantes a tener una planificación anual que prevé las compras de género con meses de antelación y a programar un tiempo para colocar la mercancía.
“El problema no es comprar, sino vender la mercancía que hay que sacar para dar paso a la nueva temporada. Se planifica para que no sobre, pero al final siempre queda algo , a lo que intentamos dar salida en los periodos de rebajas”, explica Manso .

 

todo comenzó por un atasco en filadelfia

La expresión Black Friday se usó una jornada después de Acción de Gracias, a mediados de la década de 1950. Según recoge el diario Telegraph, el sábado después de la festividad iba a tener lugar un partido de fútbol americano entre el ejército y la marina. La ciudad de Filadelfia se colapsó el viernes ante la avalancha de personas que llegaron para hacer sus compras de Navidad y asistir al día siguiente al encuentro. Ante el caos, ningún policía pudo tomarse el día libre en la víspera del partido y los agentes tuvieron que trabajar largas jornadas de doce horas para controlar a las multitudes que abarrotaban la ciudad, por lo que bautizaron ese día con el nombre de “Viernes Negro”.