El COF promueve charlas y encuentros informativos con otras instituciones como la Policía. /EL ADELANTADO

En 1997 la diócesis de Segovia decidió implantar en la provincia un lugar en el que ofrecer una respuesta a los problemas de las relaciones familiares y conyugales con la creación del Centro de Orientación Familiar (COF). Desde entonces y hasta la fecha, este centro ha conseguido aportar soluciones y cuidados a centenares de familias que han encontrado vías de apoyo para resolver conflictos, siempre atento a la evolución de los roles familiares y a los problemas que surgen en la convivencia matrimonial.

Pero en 2020, la pandemia dio un inesperado giro de guión y congeló toda la actividad, introduciendo factores que hubo que afrontar sin experiencia previa y que han dejado secuelas que inevitablemente la demanda de ayuda obliga a asumir.

Las cifras no dejan lugar a dudas. El balance estadístico de 2022 referido a los casos atendidos el pasado año registran una de las cifras más elevadas de la historia de este centro, con un total de 250 atendidos, de los cuales 67 fueron de nuevo cuño, y se gestionaron un total de 683 llamadas telefónicas sobre distintas consultas.

Sonia Sanz, directora del COF  asegura que la crisis sanitaria ha aumentado de forma significativa la casuística que el equipo multidisciplinar del centro ha abordado en el último año. Así, señala que las situaciones de incertidumbre y de miedo generadas durante este tiempo “comienzan a aflorar ahora después de dos años en los que hemos hecho un ejercicio de resiliencia que va decreciendo a medida que la recupera la normalidad”.

Preocupa especialmente a los técnicos del COF  que la edad media de personas atendidas se centra en la franja de menores de 20 años a 30 años, que abarca el 55 por ciento de las personas atendidas durante el pasado año. La directora del COF centra el objeto de la preocupación en los adolescentes, cuyos problemas comienzan a ir más allá de las relaciones con los padres o la integración escolar. “Estamos detectando a muchos adolescentes que llegan al centro con problemas de identidad, muy despistados y sin equilibrio emocional; algo normal en la adolescencia, pero que ahora se recrudece hasta llegar a conductas extremas como el suicidio”, explica.

Desde el centro, la atención se proporciona a través de una intervención personalizada según sus necesidades, con el objetivo de mantener un seguimiento que facilite su bienestar integral. Así, los servicios se prestan desde acciones interdisciplinares coordinadas con profesionales como psicólogos, psiquiatras, abogados, matronas, médicos, orientadores éticos, asesores personales o monitores de planificación familiar.

En este sentido, Sonia Sanz valoró el esfuerzo que realizan los profesionales que colaboran de forma voluntaria para canalizar la asistencia, y señaló que pese a su vinculación con la diócesis “no se hace ninguna distinción  por razones religiosas o ideológicas”.

A la sede del COF, en las instalaciones del Hospital Recoletas, siguen llegando también familias desestructuradas que buscan encauzar sus relaciones interpersonales, parejas que buscan apoyo para consolidar su relación o para poder realizar una adecuada planificación familiar conforme a métodos que permiten regular sus periodos de fertilidad.

En cuanto  a la procedencia de los casos, el 65% provienen de la capital, y el 35% restante de la provincia, aunque desde el centro se resalta que se mantiene la demanda de la provincia, derivados por los párrocos y a través del ‘boca a boca' de otras personas que han recibido una respuesta positiva a sus problemas. Esta forma de contacto supone el 47% de las que se registraron el pasado año, y el resto se reparten en parroquias, servicios sanitarios, centros educativos, servicios sociales y asociaciones.

Un catálogo variado de motivos que demandan atención

La casuística atendida en el COF el pasado año ofrece un amplio catálogo de problemas que van desde el ámbito matrimonial hasta aspectos  relacionados con trastornos de la conducta alimentaria o malos tratos domésticos. Hasta una quincena de epígrafes se reconocen en la acción del centro durante 2022, que  recogen aspectos como las dificultades en la relación del matrimonio, separaciones conyugales, parejas separadas o divorciadas que rehacen su vida con una nueva pareja, en lo referido a la relación matrimonial. De igual modo, también se analizaron casos y consultas relacionadas con las dificultades en la convivencia padres-hijos o de familias monoparentales.

En lo referido a la salud reproductiva, es bien conocida la labor del COF para facilitar ayudas a las parejas para regular su fertilidad, a lo que se añaden el tratamiento de problemas como la depresión posparto.

El catálogo de casos recogen también problemas de ansiedad y depresión, trastornos de la conducta alimentaria, adicciones al alcohol, drogas o  nuevas tecnologías, asesoramiento en el duelo por la pérdida de un ser querido o tratamiento a personas que han sufrido malos tratos en el ámbito familiar, algunos de ellos derivados de la atención telefónica del 016, desde donde reconocen la aportación del centro.