Antes de que dé comienzo un mes, las empresas de transporte preparan sus presupuestos con los gastos previstos; el porcentaje más alto se lo lleva el combustible, frente a la amortización de vehículos o los impuestos. De ahí que la constante variación en el precio del carburante genere una gran incertidumbre en el sector, que afronta ahora una época con “mucha demanda de trabajo”, de acuerdo con el Presidente de la Agrupación Segoviana de Empresarios de Transporte (Asetra), Juan Andrés Saiz. Precisamente por esto celebran la bajada continuada en el precio de la gasolina y el diésel, aunque se muestran escépticos ante su posible prolongación en el tiempo. Mientras tanto, los transportistas están tratando de hacer de la necesidad virtud y repercuten el aumento de los costes en el precio de sus servicios a los clientes.
El máximo histórico del carburante se alcanzó en junio, lo que fue especialmente perjudicial para los transportistas, razón por la cual muchos protagonizaron una intensa huelga durante semanas. “Fue alarmante, pero estamos acostumbrados a estos sustos, sobre todo después de la pandemia, que ha sido terrible”, lamenta el presidente de Asetra. Es por ello por lo que el sector considera una “muy buena noticia” la estabilización del precio del combustible y su progresiva reducción.
No obstante, dado que la mayoría de los transportistas utilizan diésel, llenar el depósito de su vehículo todavía es cerca de un 30 por ciento más caro que en este mismo periodo en 2021, a pesar de que reconocen que el descuento de 20 céntimos por litro de carburante repercute de forma positiva en sus cifras.
Faltan camioneros
La paulatina recuperación de la actividad económica “está propiciando que haya muchas toneladas de mercancía por transportar”, a lo que se une el aumento del número de viajes colectivos, gracias a la reactivación del turismo, tal y como explica Saiz.
Sin embargo, la cantidad de trabajo que están teniendo estos últimos meses hace aún más notable la falta de conductores y de camiones en un sector al que pertenecen más de 2.000 personas en la provincia, por lo que Saiz considera clave “hacer atractivo el trabajo para todos los camioneros y que se recupere la vocación”.
Pero lo que de verdad les genera incertidumbre es su futuro más próximo, ya que los propietarios de las empresas de transporte temen que el otoño venga acompañado de una nueva crisis económica.