Castilla y León es una Comunidad Autónoma fundamentalmente agraria con zonas geográficamente diferenciadas, en base a grandes grupos de cultivos. La economía agrícola depende fundamentalmente de factores como el clima y la posible incidencia de las plagas y enfermedades que afectan a estos cultivos en cada zona. Su conocimiento tiene una gran importancia y sus efectos en los cultivos pueden tener gran repercusión, por lo que su vigilancia y control pueden evitar daños que comprometan seriamente la rentabilidad de las explotaciones.
Proyecto piloto
Uno de los cultivos donde más se está haciendo hincapié en la zona de la Cuenca del Duero, es el de la patata, referente a nivel nacional por la alta calidad del producto. La subida de las temperaturas, unida a la escasez de precipitaciones ha propiciado que el nivel de plagas en los cultivos sea bajo, aunque la vigilancia es clave para evitar que posibles enfermedades o plagas se propaguen. El Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl), a través de su Observatorio de Plagas y Enfermedades agrícolas, ha firmado un acuerdo de colaboración con la Organización Interprofesional de la Patata (OIPACyL) y la empresa FMC Agricultural Solutions, para avanzar en la detección precoz de la palomilla de la patata (Phthorimaea operculella), además de otras plagas y enfermedades que pudieran afectar al cultivo.
Se trata de una primera experiencia piloto con la que se espera que el sector pueda disponer de información de primera mano y que pone de relieve una vez más, la importancia del apoyo técnico de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, a través del Itacyl, al sector agrario de Castilla y León y, de forma especial, al cultivo de la patata, por su importancia en el mercado nacional.
A través de la monitorización de los cultivos, se puede detectar el tipo y gravedad de las posibles enfermedades en los mismos, de forma que el agricultor pueda optimizar los tratamientos para erradicarlas.
La monitorización para la palomilla se lleva a cabo mediante trampas de captura de adultos provistas de feromonas que permiten detectar la presencia y evaluar su curva de vuelo. De este modo se obtiene una aproximación de los niveles de presión de plaga en tiempo real. El plan, que se aprobó hace un mes, ya ha demostrado buenos resultados, con la detección temprana de plagas y enfermedades que de otra forma, podrían suponer pérdidas de miles de euros para los agricultores.
La provincia de Segovia también forma parte de este proyecto, que se aplica en los municipios de Santiuste de San Juan Bautista y Fuente de Santa Cruz, ambos en la comarca de Cuéllar. Gracias a dicha intervención, se ha podido comprobar que en Fuente de Santa Cruz han aumentado las capturas de ejemplares adultos de la palomilla de la patata hasta superar el umbral de tratamiento, establecido en 10 palomillas por trampa y día, lo que ha permitido la rápida intervención de los agricultores con el uso de productos fitosanitarios autorizados para evitar que el problema derive en una plaga.
De esta forma también se ha logrado la detección temprana de casos de escarabajo de la patata, la enfermedad de mildiu o tizón tardío y la enfermedad de la alternaria en los diversos puntos monitorizados, permitiendo asimismo, su rápido tratamiento y erradicación.
Modelos predictivos
El Itacyl también trabaja para prevenir las plagas en viñedos, otro de los cultivos más destacados de Castilla y León. Para ello, se vale de 149 estaciones agrometeorológicas (52 de la red de Inforriego y 97 de AEMET) nueve de las cuales se encuentran en la provincia segoviana. Durante los meses de verano, uno de los mayores peligros para la uva es la enfermedad de mildiu, que se transmite por esporas y tiene su mayor dispersión cuando se producen primaveras cálidas y húmedas, seguidas por veranos tormentosos, como está ocurriendo este año.
El modelo utiliza los parámetros de temperatura media, humedad relativa media y precipitación y calcula el porcentaje de desarrollo de la enfermedad en cada ciclo predicho (asumiendo presencia inicial de zoosporas). El objetivo es que esta información sirva de apoyo a los viticultores en sus procesos de toma de decisión para la gestión integrada de sus explotaciones.
Los sistemas de predicción también se aplican en el tercer gran cultivo de Castilla y León, los cereales de invierno, sobre los cuales la Junta ha dado aviso para extremar las precauciones ante un aumento de los mohos negros o de hollín, que aparecen tras una temporada de alta humedad o fuertes lluvias, como las que tuvieron lugar en los meses de mayo y junio, durante el proceso de maduración de las plantas.
La monitorización preventiva también en este caso ha demostrado favorecer tanto la prevención como la rápida detección de la enfermedad. Para los cereales de invierno, se ha priorizado el seguimiento del trigo y la cebada, los dos más numerosos y en los que más problemas de plagas se han detectado.
No obstante, la no inclusión en la planificación del resto de cultivos contemplados en el procedimiento, como la avena, el centeno o la espelta, no implica su exclusión definitiva en los procesos de inspección. Según los procedimientos de Itacyl “Podrán incluirse inspecciones asociadas a cualquiera de esos cultivos, en cualquier momento de la campaña y por cualquiera de los participantes en el procedimiento cuando así se vea justificado por el conocimiento de la importancia que puede presentar un determinado cultivo en una zona del territorio, o por la detección o comunicación por cualquier medio de un problema fitosanitario en alguno de dichos cultivos”. n