El embalse del Pontón Alto evidencia ya un gran descenso. / LORIA
El embalse del Pontón Alto evidencia un gran descenso. / LORIA

Las altas temperaturas de un inclemente verano, así como la ausencia de lluvias ha mermado significativamente la capacidad de embalsamiento de los pantanos que abastecen de agua a la ciudad, que se sitúan en niveles que aunque no resultan alarmantes por el momento, invitan a comenzar a pensar en la adopción de medidas que puedan controlar el consumo.

El Ayuntamiento de Segovia dispone de un plan de emergencia de gestión desde 2017, que cuenta con la aprobación de la Confederación Hidrográfica del Duero, y que el equipo de Gobierno está dispuesto a aplicar en sus términos si la situación así lo exige. El concejal de Obras y portavoz del PSOE Miguel Merino, señala que las medidas correctoras del plan proponen distintos escenarios en función de la suma de la capacidad de agua embalsada tanto del Pontón como de Puente Alta, y los actuales niveles aún distan bastante de su aplicación. “En este momento, tenemos el Pontón al 78 por ciento y Puente Alta al 72, que nos ponen en una situación de normalidad para el año en el que estamos, y es muy similar a la que la ciudad ya vivió en el año 2015”, explicó el edil.

Merino señaló que a partir de esta semana comenzarán a tomarse algunas medidas preventivas de gestión tendentes a reservar “lo más posible” el caudal de Puente Alta, manteniendo el abastecimiento desde El Pontón. Entre ellas, destaca la reducción de la presión nocturna en la red de abastecimiento, ya que “hemos detectado consumos muy altos  en esta franja horaria, posiblemente por los riegos, y no necesitarían tanta presión para ello”.

Además, recordó que Segovia cuenta con la  “joya” de los acuíferos de Madrona, y recordó que en la presente legislatura se han acondicionado tres de los cinco disponibles; y  a lo largo del año se hacen revisiones y pruebas para que puedan entrar en servicio si fuera necesario.

Con todas estas medidas, el Ayuntamiento considera que el abastecimiento de agua no correrá riesgo durante el verano, y no será necesario aplicar restricciones, aunque Merino precisó que el plan contempla cualquier escenario posible “y se aplicará cuando sea necesario”. Además, reconoció que a medio plazo, este protocolo deberá ser actualizado a las nuevas exigencias de abastecimiento ya que “posiblemente esté ya un poco obsoleto”.