El Rey Juan Carlos I otorgó a Nicéforo González la Cruz del Mérito Agrícola. Además, era el secretario de la Asociación Española de Lonjas y Mercados en Origen. / EL ADELANTADO
El Rey Juan Carlos I otorgó a Nicéforo González la Cruz del Mérito Agrícola. Además, era el secretario de la Asociación Española de Lonjas y Mercados en Origen. / EL ADELANTADO

Conserva la Cruz del Mérito Agrícola que le otorgó el Rey Juan Carlos I como si de un tesoro se tratara. Pero es que su currículum bien lo merece. Hace más de 30 años, Nicéforo González revolucionó la comercialización de los productos agrarios: fundó la Lonja Agropecuaria de Segovia. En 1978, se convirtió en su presidente por orden del Ministerio de Agricultura. Era funcionario del Estado. Y pasó a fijar los precios de todo un mercado.

Estuvo al frente de la lonja durante 35 años. No dudaba de la responsabilidad que suponía desempeñar este puesto. Él era quien debía fijar los precios de sectores de gran relevancia para el país: porcino, vacuno, cereales y ovino. A través de ellos se hacían las operaciones de mercado. Y no solo esto. “Sus” precios eran referencia nacional.

Cada jueves era una batalla”, afirma. A veces se lo ponían difícil: el comprador quería precios bajos y el vendedor más alto. Ahí estaba él para regular y moderar. Trataba de ser parcial y no posicionarse. Llevaba información de otras lonjas y mercados. Era, además, el secretario de la Asociación Española de Lonjas y Mercados en Origen.

Reconoce que sentía la presión del cargo. Frente a él había dos polos opuestos: compradores y vendedores. Si no había acuerdo entre las partes, González tenía que determinar el precio. Lo hacía en base a un reglamento. En ocasiones, esto implicaba recibir críticas. Incluso tenía que aguantar alguna discusión y enfrentamiento “fuerte”, no solo con él, sino entre vocales de los distintos sectores. “Al final salíamos y éramos todos amigos”, asegura.

Había escogido una profesión “difícil”. A pesar de ello, trató de hacerlo lo mejor posible. Está orgulloso del trabajo que hizo. En esas mesas se reunía lo más representativo del sector: tanto a nivel provincial, como nacional.

Aunque nació en un pequeño pueblo de Ávila que limita con Martín Muñoz de las Posadas, vivió toda su vida en Segovia: su tierra de adopción. Su vida siempre ha estado vinculada al mundo del campo. No podía ser de otra forma: sus padres eran agricultores.

Se jubiló hace algo menos de una década. Era consciente de que había llegado el momento de decir adiós. Ahora, las viñas y la huerta ocupan su tiempo (y también las partidas que echa en el bar). Tiene entretenimiento para rato. Pero su mente siempre estará arbitrando los precios del campo.