
La plaza de toros de Segovia guarda muchas efemérides. Dentro de sus más de 200 años, este escenario cultural ha acogido a las nombres más destacados e influyentes de diferentes épocas de la historia del toreo. Desde José Delgado ‘Pepe-Hillo’, diestro que actuó en la inauguración de 1801, a Morante de la Puebla, última figura en pasar por el coso bicentenario (2021); pasando por los segovianos más trascendentes: Victoriano de la Serna, Andrés Hernando o el rejoneador Josechu Pérez de Mendoza. A lo largo de todos estos años, también hubo varios toreros que, nacidos en otros lugares, lograron mantener un vínculo especial con esta plaza.
Este fue el caso de Gabriel de la Casa (1948-2022), que sin ser de Segovia consiguió que el público de la provincia tuvieron un particular cariño e inclinación por su toreo, en gran parte gracias al polifacético Manuel Lozano, ‘Manolo’ en el mundo del toro, quien fue su apoderado, además de empresario y propietario del coso. Nacido en Madrid el 2 de agosto de 1948, venía de una familia con antecedentes taurinos. Su padre, el toledano Emiliano de la Casa ‘Morenito de Talavera’, fue torero; así como su tío Pedro de la Casa ‘Morenito de Talavera Chico’, que después pasó a desempeñar labores de subalterno. También su hermano José Luis de la Casa llegó a tomar la alternativa y luego fue banderillero.
Junto a él se remontan sus inicios. Ambos hermanos formaron pareja como becerristas y debutaron de luces el 19 de marzo de 1963 en Arenas de San Pedro (Ávila); habiendo participado antes en un festival en la capital abulense en septiembre de 1960 con tan solo 12 años. También pasaron por plazas segovianas como El Espinar el 10 de agosto de 1962 o la misma capital el 2 de septiembre de ese año, en un festejo en el que Gabriel resultó cogido y José Luis tuvo que dar lidia a los cuatro erales de la divisa de Sánchez y Sánchez. Después vino un periodo en tierras americanas, en plazas de Colombia, Perú y Ecuador, donde precisamente toreó su primer festejo con picadores. Fue en Quito en 1964, año en el que también se presentó en agosto en el coso de Vistalegre de Madrid. En septiembre los De la Casa volvieron a hacer el paseíllo en Segovia con novillos de Conde de Mayalde, en un cartel que abrió el rejoneador Josechu Pérez de Mendoza. El triunfador fue Gabriel, con dos trofeos y apenas tres días después, el día 13, ambos torearon en El Espinar.
Su primera actuación en Las Ventas fue el 19 de marzo de 1965, al lado de su hermano José Luis y ejemplares de El Pizarral y Arturo Sánchez. Culminó la etapa de novillero, actuando también en Coca en 1966 y en Segovia en mayo de 1967, hasta que el 9 de agosto de ese año se doctoró en la plaza de Manzanares (Ciudad Real). De padrino ejerció Manuel Benítez ‘El Cordobés’, en un cartel que completó Víctor Manuel Martín. De la Casa tomó la alternativa con el toro ‘Quebrado’, de la ganadería de María Montalvo, con un balance final de cuatro orejas y un rabo.
INDULTO Y CARRUSEL DE TRIUNFOS EN SEGOVIA
En la temporada siguiente, 1968, De la Casa hizo su presentación como integrante del primer escalafón en Segovia. Fue el día de San Pedro (29 de junio) en una “memorable” corrida, según resumió el crítico de El Adelantado de Segovia Pablo Pastor. Abrió plaza el segoviano Andrés Hernando, que cortó una oreja y recibió una ovación en el segundo de su lote. Sebastián Palomo Linares paseó hasta tres orejas y rabo; y De la Casa, tras obtener un apéndice del tercer astado de la tarde, logró los máximos trofeos simbólicos al indultar a ‘Navajito’, de la ganadería de Amelia Pérez-Tabernero. Efeméride de la que se cumplen 55 años.
Después, repitió triunfo en septiembre en Segovia. El día 19 paseó otro rabo en este escenario; en esta ocasión con una corrida de Cobaleda. Actuó junto a Hernando, que tuvo un balance de dos orejas; y Juan José, que cortó dos y rabo. Triple triunfo. El idilio de De la Casa con Segovia continuó en 1969 también. Fue anunciado por San Pedro y cortó otro rabo a un toro de Ignacio Pérez-Tabernero. Mismo resultado que Hernando, en un cartel completado por Ángel Teruel, que paseó dos trofeos. Este carrusel de triunfos en la capital, le llevó a adquirir nuevos contratos en la provincia y fue incluido en ferias como Cuéllar (31 de agosto), donde también se llevó un rabo y tres orejas. Aquella campaña confirmó en Madrid y llegó a sumar unas 35 tardes.

TOROS EN TÁNGER CON ALTERNATIVA (1970)
Bajo la gestión de Lozano, que llevaba encargándose de la contratación de diestros y ganaderías desde principios de los años 60, fue un fijo en los carteles de la capital segoviana a golpe de triunfos. A finales de la temporada de 1970 se organizó una corrida de carácter internacional que sorprendió a las esferas taurinas, pues Manolo, que fue novillero aunque ya llevaba tiempo dedicado a la representación de toreros y promoviendo y tramitando festejos, quería contratar a El Cordobés para la plaza de toros Tánger (Marruecos), inaugurada en 1950, declarada ‘monumento histórico nacional’ en 2016 y con un proyecto de rehabilitación puesto en marcha en 2021 llevado a cabo por los arquitectos Younes Diouri, Hicham Khattabi y Jaouad Khattabi. En la ciudad del norte de África, ubicada en las proximidades del estrecho de Gibraltar, que ya había contado con un primer coso llamado ‘El Mediar’ a finales del siglo XIX e incluso con una escuela taurina, residían unos 45.000 españoles y el Córdoba era por entonces uno de los principales reclamos de la tauromaquia. Con la independencia de Marruecos en 1956, seis años después de su inauguración oficial, la ciudad dejó de regirse por el Estatuto Internacional y se dejó de dar toros, y Lozano contactó con El Cordobés para volver a ofrecer actividad taurina en este enclave, quien accedió a cambio de una condición: que el propio empresario, atendiendo a su pasado novilleril, entrara en la terna y tomara la alternativa. Cosas de ‘El Pelos’…

De esta manera el empresario, con 40 años, cumplimentó la ceremonia obtener el título de matador de toros en Tánger el 4 de octubre de 1970 con El Cordobés de padrino, en un cartel para la historia que completó De la Casa, que en julio ya había toreado en este escenario. En cuanto a los toros hay fuentes que recogen que fueron de la ganadería de Sebastián Palomo y otras de Eusebio Galache. Sea como fuera, el protagonista cortó cuatro orejas y un rabo, siendo la última vez que se vistió de luces y la última vez que se dieron festejos taurinos en Tánger.

DE TÁNGER A SHANGHÁI
De la Casa siguió toreando hasta mediados de la década de los 90 -su último paseíllo fue el 23 de septiembre de 1995 en Huete (Cuenca)-, con especial predicamento en países americanos. Una vez retirado, se dedicó al apoderamiento, la ganadería y a la representación de empresas taurinas. Al vivir tantas experiencias al lado de Lozano, como la de Tánger, en 2004 decidió organizar toros en Shanghái, la primera vez en la historia de China. “Son 1.300 millones de habitantes, si les diera por ir a los toros…”, dijo convencido en la previa para la revista ‘Aplausos’. Para la ocasión, anunció los días 23 y 24 de octubre al burgalés José Ignacio Ramos, al madrileño Iván García y al ecuatoriano Guillermo Albán, torero al que apoderaba. En esos años, España sufría la epidemia de las ‘vacas locas’ y los astados tuvieron que transportarse desde México, de la ganadería de La Soledad. Los dos festejos, con el mismo cartel, se celebraron en el Yangpu Stadium ante unos 10.000 espectadores cada día con éxito, sin dar muerte a los toros por recomendación. Este episodio supuso un nuevo paso en la internacionalización de la tauromaquia, bajo el sello de De la Casa, un apasionado de este mundo que continuó ligado al mundo del toro en años posteriores. Finalmente falleció hace un año, el 3 de marzo de 2022, en Madrid a los 73 años tras una compleja enfermedad bacteriana.