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Milagros Lago tras la ventanilla del despacho de loterías en 2004, junto a una empleada. / Fernando Peñalosa

La primera lotería de España fue la denominada Lotería Primitiva o de números, obra del marqués de Esquilache y nacida durante el reinado de Carlos III (1759-1788). Así, a través de un decreto, firmado por el rey en San Ildefonso el 30 de septiembre de 1763, nacía la lotería en España “a imitación de la corte de Roma y de otros países”, según recoge el propio decreto. El primer sorteo se celebró un 10 de diciembre de 1763 con la finalidad de recaudar fondos para construir hospitales, hospicios y otras obras de beneficiencia. El napolitano José Peya, que había dirigido la Lotto de Nápoles, fue el primer director de la Lotería española, que se conoció con el nombre de ‘Primitiva’ y consistía en introducir en una arqueta 90 números y sacar cinco de ellos, que eran los premiados. La modalidad más parecida a la actual Lotería Nacional no surgió hasta el 4 de marzo de 1812, aprobada en las Cortes de Cádiz un año antes. El pueblo la bautizó como lotería moderna y desplazó a la Primitiva, que incluso llegó a suprimirse en 1862 y no regresó hasta tiempos más recientes, en 1985.

La Administración de Lotería número 1 de Segovia, situada en plena Calle Real, frente a la Casa de los Picos (calle de Juan Bravo nº 56), de donde recibe su nombre, ‘Los Picos de la Suerte’, es la más antigua de Castilla y León, abierta desde 1773, y una de las más antiguas de España.

En Castilla y León, la de ‘Los Picos de la Suerte’ le lleva bastantes años a la siguiente administración más veterana, la número 1 de León, nacida en el siglo XIX aunque traspasada en 1985.

En la provincia, solo la Real Fábrica de Cristales de La Granja, fundada en 1770, también por Carlos IIII, puede hacerle sombra entre los negocios más antiguos de Segovia, pero se trata de un negocio estatal, que dependía directamente de la Corona, mientras que la administración de lotería, aunque depende en gran medida de Hacienda, es un negocio privado, que lleva siete generaciones en la misma familia, un caso único.

En un primer momento esta popular administración de Segovia se denominó ‘La Gallega’, que es como se conocía cuando la adquirió en 1773 Pedro Felipe Gómez, momento en el que pasó a llamarse ‘Los Picos de la Suerte’.

Desde el primer momento se encontraba ya en su actual ubicación, frente a la Casa de los Picos, en la calle de Juan Bravo, junto a la antigua Puerta de San Martín de la Muralla.Se trata de la popular y céntrica Calle Real para todos los segovianos, lugar de paso para hacer compras, hacer gestiones administrativas o simplemente pasear. También es un punto estratégico de turistas, en pleno casco histórico y monumental de la ciudad, a medio camino entre el Acueducto y la Plaza Mayor.

La administración regentada por don Pedro Felipe López fue desde su inicio una de las de mayor recaudación de toda España, ya en el sorteo del 12 de agosto de 1773 figuraba en el listado de las más lucrativas y dos años después, en el sorteo del 12 de agosto recaudó 35.105 reales de vellón, casi al mismo nivel que la de mayor recaudación, en Barcelona (37.824 reales) y solo por debajo de las de Cádiz, Sevilla, Valencia y Cartagena.

Al fallecer don Pedro, la administración pasa a su hijo Saturnino López Martínez y posteriormente a la hija de este, Paula López, aunque ejerció realmente como administrador su esposo, Mariano Lanchares Cires, con quien contrajo matrimonio en 1859, momento en el que se cree que el suegro cede el negocio al yerno, entregándola como dote.

Paula López murió en 1901, en su testamento, figuran entre sus propiedades la casa donde estaba la administración de lotería, así como un depósito en metálico que su marido había ingresado como garantía del destino que desempeñaba como administrador principal de Loterías de primera clase.

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Caricatura de la señora Lanchares, obra de Martínez del Peral.

La siguiente administradora es la hija de este matrimonio, Clementina Lanchares López, a partir de 1907, cuando fallece su padre. Se trata, según distintos testimonios de la época, de una mujer emprendedora, que ya en 1902, construye, junto a su familia, el actual edificio que acoge a la Administración de Loterías número 1 de Segovia, junto al mirador de la Canaleja, despejado el lugar tras el derribo de la Puerta de San Martín en el siglo XIX, incorporando dos plantas más al antiguo.

Nacida en 1859 y fallecida en 1935, heredó además otros negocios familiares, como una fábrica de chocolate, otra de harinas y una cerera. Los semanarios de la época cuentan que en las reuniones que organizaba su padre, Clementina se distinguía como notable pianista.

Mariano Quintanilla dejó escrito en Estudios Segovianos, en el año 1967, que un hermano de Clementina, oficial de Artillería, una hermana monja y más tarde, sus dos hijos murieron de tuberculosis. Por esa razón quiso contribuir a la lucha contra esa terrible enfermedad y dedicó buena parte de su fortuna a edificar el Sanatorio Lago, en Tablada, destruido durante la Guerra Civil. Es el mismo ‘Sanatorio del alto Guadarrama’ de los versos de Antonio Machado. Por esa contribución fue distinguida con la Gran Cruz de Beneficiencia por la reina Victoria Eugenia.

Clementina Lanchares, que falleció octogenaria, inició además una etapa de mujeres al frente de la administración de loterías después de tres generaciones de hombres consecutivas. Le sucede en el negocio su hija política Leoncia Huertas Vázquez, viuda de su hijo Ángel, ya en la administración desde 1913.

Leoncia tuvo un solo hijo, Ángel Lago Huertas, ingeniero industrial y delegado de Industria en Segovia, que fallece en 1974, por lo que se queda sin herederos directos. La continuadora es, por lo tanto, su nieta, Milagros Lago Rodríguez, que colaboraba con su abuela en la administración, ya sexta generación de loteros de la familia. Su abuela, con cien años, la nombró hija adoptiva para poder así heredar el negocio, ya que en ese momento la normativa únicamente permitía que las administraciones pasaran de padres a hijos.

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El edificio donde está ubicada la Administración nº 1, a principios del siglo XX.

Muy querida por los segovianos y segoviana de pro, Lago estuvo al frente de la administración durante tres décadas, hasta su fallecimiento en 2016. En 2020 falleció su marido, Ramón Escobar Santiago, uno de los alcaldes de Segovia mejor valorados (lo fue entre los años 1991 y 1999) y ahora lo regentan sus cuatro hijos: Ramón, May, Yolanda y Piluca Escobar Lago.

Conocida por los más allegados como ‘Chatuqui’, Lago es recordada en Segovia por su simpatía innata, un carisma que la convirtió en una de las loteras más demandadas por los medios de comunicación no solo de Segovia sino de toda España.

Entre las muchas anécdotas que a lo largo de cuatro siglos, del XVIII al actual XXI, ha acumulado esta administración de loterías, transmitía una que contaba su bisabuela Clementina relacionada con el poeta Antonio Machado, que vivió en Segovia en el primer tercio del siglo pasado. Presumía Lanchares de haber dado un premio gordo de Lotería Nacional al escritor, el 15085, pero, célebre por sus despistes, no pudo llegar a cobrarlo porque perdió el boleto en el lavabo de un establecimiento segoviano.

En su trayectoria, la Nº 1 de Segovia ha dado dos segundos premios del Sorteo Extraordinario de Navidad, en 1894, con el número 53008 y en 2001, con el 6536, y más de mil millones, de las antiguas pesetas, en “primitivas”. Más recientemente, en 2018 despachó un décimo del primer premio de Navidad ese año, el 3347, y el afortunado poseedor recibió 400.000 euros. Ese mismo año también vendió dos décimos de un quinto premio de Navidad, el 29031.

En otros sorteos, el establecimiento selló en enero de 2013 uno de los tres boletos acertantes de la segunda categoría —el único agraciado en España— de un sorteo de Euromillones. Fue un boleto en el que el apostante invirtió 12 euros para obtener, por caprichos de la diosa fortuna, un premio de 374.292 euros.

“Aquí no ha venido y no creo que lo haga”, explicó Lago entonces a los medios locales, encantada de sumar un premio más a la larga nómina de los despachados en su administración, aunque añadió que estaba casi segura “que es de Segovia, un cliente habitual nuestro”. Fiel a la discreción de cualquier lotera, eludió dar más detalles del ganador.

El 2 de mayo de 2019, también fue la administración de lotería en la que se selló un boleto de la primitiva agraciado con 49.820 euros, premio de segunda categoría.

El sueño de cualquier lotero es dar un primer premio y sus hijos, sabedores del amor y pasión que su madre profesaba por este negocio familiar, destacan que era feliz repartiendo ilusión, que al fin y al cabo es lo que cualquier comprador de lotería adquiere con un décimo.

Esta administración, aunque muy bien situada para el turista de paso, siempre ha presumido de vivir “del segoviano”, lo que no quita para que en su pequeño despacho hay carteles en varios idiomas.

Contaba Milagros Lago que la época dorada de la lotería en Segovia había sido entre 2001 y 2006 pero que siempre había que esperar tiempos mejores. Durante lo peor de la crisis económica de 2008 y en adelante decía que “todo que sube tiene que bajar, pero también todo lo que baja tiene que subir”.

Por otra parte, confesaba predilección por los números bajos, unidades y decenas, de su Administración pero, sobre todo, sostenía con gracia que “no existen números feos ni bonitos, lo mejor es la esperanza”.

Esta administración ha dado y da trabajo a un buen número de empleados, a quienes la familia propietaria ha transmitido siempre esa pasión por la lotería, por la ilusión que representa de una vida mejor que todos soñamos.

Sin duda, este negocio familiar, que ya va por la séptima generación, merece sobradamente el premio Sello de Paños que la Cámara de Comercio ha otorgado en la categoría de Empresa Centenaria, galardón que la familia Escobar Lago recibió el pasado día 1 en una gala celebrada en el Teatro Juan Bravo.

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Billete de lotería de un sorteo del Siglo XIX, que conserva la familia propietaria de la administración ‘Los Picos de la Suerte’.