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Un voluntario de Cruz Roja ayuda en el traslado de varias personas desplazadas por la guerra en Ucrania. / E. A.

Los cerca de 70 voluntarios de Cruz Roja Segovia han atendido a un total de 270 personas desplazadas procedentes de Ucrania cuando se cumplen dos meses desde el inicio de la guerra. En suma a ello, según los datos ofrecidos por la Subdelegación del Gobierno de Segovia y actualizados el 11 de abril, más de 300 refugiados ucranianos han solicitado la protección temporal en la Comisaría de Policía Nacional ubicada en la ciudad.

De este modo, según la última información publicada, Segovia es la tercera provincia con mayor número de peticiones de asilo y residencia por parte de personas procedentes de Ucrania al anotar 305, siendo solo superada por León, que cuenta con 327 solicitudes.
Así, se podría decir que la mayoría de las personas llegadas de la guerra a la provincia -en su mayoría niños y mujeres- han sido atendidas por Cruz Roja, que trabaja para la integración de las familias ucranianas en la sociedad. En concreto, algunas de las acciones que llevan a cabo es la primera atención y cobertura de sus necesidades básicas, como es la alimentación. Pero también realizan labores de alivio emocional, traslados, búsqueda de alojamientos, asistencia jurídica y ludoteca para menores.

A su vez, desde Cruz Roja España remarcan que, por primera vez en su historia, la nacionalidad ucraniana -tras la española- es la más numerosa en el voluntariado que participa en la operación ‘Crisis en Ucrania’, que consta de 18 proyectos. De hecho, la organización detalla que, en la provincia de Segovia, las personas que apoyan el operativo de Ucrania pertenecen a nacionalidades muy variadas, destacando la española, ucraniana, rusa, venezolana y búlgara.

Precisamente, uno de los voluntarios que ha estado en primera línea realizando tareas de traductor, Pedro Meléndez, remarca que la labor que se realiza desde la institución humanitaria es muy necesaria en la provincia. “Las personas llegan confundidas de Ucrania y cuando ven que hablas su idioma, les cambia la cara”, se enorgullece. “Dejar toda una vida atrás genera problemas de identidad, de ahí que nuestra labor para apoyarles esté siendo fundamental”, añade.

Antes del conflicto bélico, el colectivo ucraniano en la provincia estaba formado por 117 personas. Ahora, esta cifra se ha agrandado hasta casi triplicarse en tan solo 60 días, pues ya se posiciona cerca del medio millar de personas de origen ucraniano.