Condenada una clínica dental de Segovia por los daños de una mala cirugía

El Juzgado de Instrucción número 1 de Segovia ha condenado a la aseguradora de una clínica dental de Segovia a pagar 45.893 euros a una de sus pacientes por los daños ocasionados por una cirugía mal ejecutada, por la que sufrió un cuadro depresivo importante, que la incapacitó laboralmente.

Según un comunicado remitido por la asociación «El Defensor del Paciente», que ha llevado el caso a través del letrado Antonio Navarro Rubio, el Juzgado ha estimado la demanda interpuesta en representación de M.B.C.C., de 56 años.

La paciente inició el 16 de agosto de 2018 un tratamiento odontológico en esta clínica por el que, a finales de año, le extrajeron todas las piezas dentales superiores e inferiores y, posteriormente, le hicieron cuatro implantes superiores y dos inferiores con sobredentaduras removibles.

Según detalla la asociación, como «consentimiento informado», se hizo entrega a la paciente de una hoja que no fue firmada por la paciente ni fechada y no contenía los procedimientos odontológicos para realizar con los posibles riesgos y complicaciones.

Tampoco se realizó un TAC a la afectada para un correcto estudio previo a la colocación de seis implantes tras la extracción de los dientes.

«Unas pruebas diagnósticas adecuadas hubieren desaconsejado el tratamiento dado por la clínica, o al menos hubieran advertido el riesgo creado para que fuera informado y consentido por el paciente. circunstancia que no ocurrió», reza la sentencia, facilitada por la asociación.

Según la parte demandante, ninguno de los implantes cumplió con las condiciones adecuadas para soportar una prótesis a largo plazo y los seis tuvieron que ser retirados, dos para evitar una sinusitis a largo plazo y cuatro porque su vida en boca iba a ser muy corta.

La sentencia ha dado la razón a esta parte: «Se valora positivamente el informe de la parte actora para concluir que hubo un tratamiento inadecuado, el tratamiento no fue correcto y estuvo mal ejecutado».

La paciente comenzó a tener problemas con las dos sobredentaduras, con molestias al gesticular y porque se le movían, lo que daba lugar a que se le metiera mucha comida y le produjo una ligera pérdida de hueso, dolor y aftas.

Por todo ello, la paciente entró en un cuadro depresivo importante, que la incapacitó laboralmente, y ha tenido que ser reintervenida para la sustitución de todo el tratamiento, en un proceso que aún no ha terminado y que tendrá un coste total de unos 19.000 euros.