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La cuarta y última conferencia del Foro ‘Lo español en la Europa del fin de siècle. El caso de los Zuloaga’ corrió a cargo de Javier Novo. / KAMARERO

De Bilbao a Segovia. Y todo por Ignacio Zuloaga. Así podría resumirse la cuarta y última ponencia del Foro ‘Lo español en la Europa del fin de siècle. El caso de los Zuloaga’ a cargo de Javier Novo, jefe del Departamento de Colecciones del Museo de Bellas Artes de Bilbao. Un acto organizado por El Adelantado de Segovia, la Fundación de Castilla y León y la Fundación Caja Segovia, y enmarcado en la conmemoración del 120º aniversario de este periódico.

Ciertamente, en esta última intervención se mostró la gran conexión entre dos territorios que, sin saberlo, están unidos por un pintor y, a su vez, enlazados a él a partir de su obra y legado. Por un lado, “Segovia e Ignacio Zuloaga van de la mano”, comenzó su reflexión Javier Novo. Por otro lado, “para un museo como es el de Bilbao, es una figura esencial con la que nos sentimos conectados”, declaró.

Aunque son muchos los que pueden hablar del pintor, Javier Novo es el indicado, pues “es uno de los mayores especialistas de Ignacio Zuloaga”, puntualizó el director general de este periódico, Ángel González Pieras, quien presentó la ponencia que versaba sobre las claves del éxito del pintor a partir de “la fórmula Zuloaga”, según detalló el conferenciante.

En concreto, se refirió a los múltiples hitos de la vida del artista que habían sido esenciales para constituir las cualidades y característica de su obra. Así, diferenció tres etapas en la trayectoria de Zuloaga: una fase inicial, que estuvo muy marcada por su establecimiento en París, donde fue seducido por las corrientes artísticas propias de la modernidad; un segundo periodo, a partir de 1898, en el que descubrió Sevilla y Segovia y se sintió atraído por el lenguaje del siglo XVII; y, por último, el tercer bloque, que comienza aproximadamente en 1930, donde ya es un artista reconocido en España y en toda Europa.

Sin lugar a dudas, durante todas estas etapas destaca su “fórmula”, envuelta en el espíritu mercantilista de su obra, al “concebir el arte como una empresa”, según determinó Javier Novo. Pero también en la ambición de crear una “identidad propia”, a partir de la que “huye del pintorequismo” y prefiere recurrir a la “naturaleza propia del día a día”, explicó el jefe de Colecciones del Museo bilbaíno de Bellas Artes, algo que se reconoce en sus múltiples tipos segovianos y los retratos a su tío Daniel Zuloaga y, especialmente, a sus primas. De hecho, el pintor vasco fue el encargado de dar visibilidad a Segovia en todo el continente: “Segovia arrasa en Europa gracias a Zuloaga”, remarcó Javier Novo, hasta el punto de que muchos de los cuadros realizados en la provincia ahora se exponen en galerías, salones y pinacotecas de Francia, Austria, Bélgica, Reino Unido, Suecia, Estados Unidos, México o Rusia, entre otros países.

En suma a ello, apeló a la complejidad de su investigación y la gran dispersión de su obra, así como la imposibilidad dar una definición precisa a su trabajo, que muchas veces no responde a una sola corriente. A pesar de ello, Javier Novo, ante la multitud de personas que seguían cada una de sus palabras y cada diapositiva de su presentación, consiguió su propósito en la ponencia: “Crear una nueva imagen de Ignacio Zuloaga”, la cual parte de una fórmula para dar las certeras claves del éxito del pintor.

Tras algo más de una hora, el jefe de Colecciones bilbaíno concluyó su intervención y múltiples aplausos del público que llenó el Salón de los Tapices del Torreón de Lozoya clausuraron el ciclo de conferencias. Así, González Pieras insistió en el gran valor del Foro al “hacer una visión panorámica sobre los Zuloaga, sobre sus influencias internacionales y también las propias, de aquí de España”.