El delegado, en el centro, atiende explicaciones sobre los trabajos ya realizados en la iglesia románica. / Kamarero
El delegado, en el centro, atiende explicaciones sobre los trabajos ya realizados en la iglesia románica. / Kamarero

El delegado territorial de la Junta, José Mazarías, acompañado por la jefa del Servicio Territorial de Cultura y Turismo, Ruth Llorente, ha visitado las obras de restauración en marcha en la iglesia románica de San Martín de la capital segoviana. La Junta de Castilla y León acomete esta intervención que cuenta con un presupuesto de 428.000,18 euros, cofinanciados con Fondos Europeos FEDER, y persigue la reparación de la evacuación de pluviales y de la armadura del campanario del templo.

Los trabajos, que tienen un plazo de ejecución de diez meses, comenzaron en los primeros días del mes de marzo con la instalación del complejo andamiaje necesario para el desarrollo de los trabajos, y avanzan según lo previsto.

Respecto a la evacuación de pluviales, el objetivo es la protección frente a las aguas de lluvia del grupo escultórico del atrio norte, atrio noroccidental y fachadas del volumen de sacristía y ábside noreste. En estas fachadas se encuentra un importante conjunto escultórico románico, que se concentra principalmente en los capiteles y canecillos, de estilo románico, de muy alto valor artístico.

En cuanto al campanario, se persigue la recuperación de la seguridad estructural y constructiva de la armadura del cuerpo de campanas, así como intervenir en la veleta del cimborrio.

Para ello será necesario desmontar la coronación del chapitel de la torre y a reponer todos los elementos conforme a su configuración y materiales originales.

Finalmente, se reparará la armadura de madera del chapitel y del telar de sujeción interior de la torre, así como la escalera interior y la veleta.

La iglesia de San Martín es uno de los ejemplos más importantes del románico religioso de la ciudad de Segovia y fue parte vertebradora de la vida del barrio del mismo nombre, uno de los más antiguos y prominentes de la capital, nombrado ya en 1103 y en sucesivas ocasiones junto con el de San Millán. Albergaba un ‘scriptorium’, donde en la Edad Media se copiaban manuscritos. A partir del siglo XVII, hay que destacar la adición del chapitel de pizarra de la torre.