Los ritos marcan el devenir de la cultura y cada ciclo biográfico o social pendula entre ritos heredados o novedosos. Así la exposición y posterior subasta, que de forma anual organiza la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Segovia, están marcadas en el calendario segoviano de las fechas con mayúscula y con compromiso. Asociamos arte y solidaridad con las vacaciones de invierno o con las navidades, según las preferencias personales y nuestras creencias.
Los organizadores de esta vigésima edición quieren también recordar a Luís Yuguero, que fuera presidente de la asociación, y que nos dejó el pasado verano, quien de forma muy personal ideó esta iniciativa y a ella dedicaba su tiempo, sus relaciones personales y su compromiso humanitario y de cooperación, identificándose plenamente con el pueblo saharaui y sus legítimas reivindicaciones.
Los días previos a la subasta es siempre un ajetreo de ir y venir constante para ver las obras expuestas de las/os artistas, las obras novedosas o menos conocidas y que tal vez no nos gustaría perder, o aquellas otras de artistas admiradas/os que en años anteriores por despiste o por puja nos quedamos con las ganas de conseguir. Es curioso ver cómo se agotan las listas con nombres, obras y precios de salida. En pocas ocasiones se ve tanta animación e interés por el arte en Segovia. Tan artístico como solidario. En esta edición se puede pujar por anticipado y conviene tenerlo en cuenta.
Se exponen obras de todos los estilos, gustos y técnicas. De entre todas las obras nos atrevemos a llamar la atención de algunas de ellas, como: El autorretrato de Andrés Nagel, una impactante litografía con su lenguaje particular; una peculiar pintura informalista y un llamativo grabado de Luís Moro; excepcional dibujo sobre cristal en marco de puerta de Gonzalo Borondo; inquietante pintura de Amadeo Olmos; un colorista bodegón de Antonio Madrigal Collazo; una reciente composición en caja de Eloísa Sanz y un bello dibujo mediterráneo de Mon Montoya; emotivo dibujo de Luís Yuguero y un apunte colorista de una obra mayor, ambos de José Luis López Saura; elegantes acuarelas con paisajes segovianos de Frutos Casado, Luis Jesús Labrador, José Orcajo, José Antonio Regidor, J. Antonio Aparicio; una sutil abstracción de J. Pérez Ramos; onírico paisaje abstracto de Christer Oleby; enigmática composición de A. Domingo Ortiz; cuidados y poéticos paisajes intimistas de María Rubio Cerro, Javier Ayuso, Manuel Gómez Santos; potentes y bien resueltos collages de José María Pérez de Cossío, Jesús Santos, Jesús Mazariegos; un grabado con personalidad de Ángel Cristobal; bellas y sugerentes fotografías de Javier Herrero (paisaje en caja de luz), Alfredo Moreno (emotiva e inquietante retrofotografía), José Luis Haces, Javier Vega; cerámicas de Miguel Ángel Molinero, Rocío Paposo; incluso un grabado de Muntaner retocado por Mare en 1857.
En ocasiones como esta es fácil convenir que ninguna estética es ajena a la solidaridad y al compromiso.
No en vano hay que reconocer que esta iniciativa de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui fue pionera en esta idea y estrategia de lograr fondos para sostener proyectos y programas con fines sociales, como conseguir alimentos, dotar de recursos técnicos de primera necesidad, ampliar materiales y recursos educativos o sanitarios. En esta edición los beneficios de la subasta irán destinados a la sufragar los déficits del programa «Vacaciones en paz», que de forma tan humana como eficaz posibilita que niños y niñas de los campamentos saharauis en Tinduf pasen unos meses en verano con nuestros hijos e hijas y familias posibilitando cumplir muchos objetivos sociales, culturales, sanitarios y de dignidad humana.
Pero no deberíamos olvidar que esta iniciativa incluye un sesgo reivindicativo ineludible e inolvidable ante la injusta e insoportable situación que aún sufre el pueblo saharaui en condiciones de extrema gravedad para su supervivencia tanto humana como política. Compensando las funestas consecuencias de los recortes injustificables en materia de cooperación internacional para el desarrollo de España, que nunca deberíamos olvidar, contribuiremos a que esta edición de la exposición y subasta Artistas por el Sahara sea un éxito, que de alguna forma permita compensar nuestra inequívoca responsabilidad histórica, como españoles, con el futuro de autodeterminación y libertad del pueblo saharaui.
La mejor causa humanitaria de solidaridad y de justicia añade valor y significado a estas obras de arte expuestas en la Casa de los Picos en estas vísperas navideñas. Estética y ética, a la par. Reivindicación y creatividad, en un mismo empeño.
