
Mucho antes que los filtros de Instagram y Snaphcat hicieran creer que todo ciudadano lleva un fotógrafo dentro solamente por tener un teléfono móvil, Ángel Román Allas ya se había hartado de hacer fotos con sus divertidos dioramas de majos y chulapas, a cuyos modelos atraía hasta su pequeño rincón de la plaza de Medina del Campo con su inigulalable simpatía y don de gentes.
Desde el año 1942, Ángel Román llevaba casi ocho décadas cargando con su centenaria cámana de fotos ‘al minuto’ que calibraba con pericia para obtener el mejor recuerdo en forma de fotos que ofrecía a propios y extraños, y que le hizo ganarse por derecho propio eel uso del ‘rincón del Minutero’, vigilado y escoltado por las sirenas y por la egregia figura de Juan Bravo, que siempre velaron por el entrañable fotógrafo.
Ayer, ‘El minutero de Segovia’ fallecía a los 95 años y se llevaba consigo el recuerdo de décadas de historia de una ciudad a la que amó y que acabó reconociendo en 1992 su labor con la placa que da carta de naturaleza a su lugar preferido de trabajo.
Heredero de la tradición fotográfica de su padre, Victoriano Román, el fotógrafo segoviano se curtió en la profesión trabajando en todo tipo de eventos sociales de la época, aunque siempre se consideró un “fotógrafo sin estudio”, según sus propias palabras.
Para ello, supo labrarse su propio personaje con su guardapolvos, la gorra y ese poblado bigote que le daban pátina de fotógrafo de otra época, con el que consiguió formar parte del paisaje urbano de la ciudad, así como el cariño de sus convecinos. Esto le valió también el reconocimiento de sus compañeros de profesión, que en 2017 le tributaron un cariñoso homenaje en el Encuentro de Fotógrafos Minuteros que tuvo Segovia como escenario, quizá inspirado por la figura del propio Román.
La muerte de Ángel Román Allas causó ayer un profundo sentimiento de pesar en la sociedad segoviana, del que las redes sociales se hicieron eco rápidamente. Desde la alcaldesa Clara Martín hasta la Feligresía de la Parroquia de San Andrés – a la que acompañó siempre con sus fotos y su devoción en Semana Santa– todos expresaron el reconocimiento al legado que deja para la historia de Segovia.
Sus hijos Ángel y Javier serán los garantes de que permanezca siempre al servicio de la ciudad, como él hubiera querido. Ahora, el ‘rincón del Minutero’ queda para siempre impregnado del espíritu del hombre que le dio sentido.
El funeral por el alma del fotógrafo tendrá lugar en la iglesia de San Andrés hoy a las 12,30 horas, y tras la ceremonia religiosa, sus restos mortales serán trasladados al Crematorio para su incineración.