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Un hombre pasea con una cesta llena de boletus en una zona de recogida de la Sierra de Guadarrama. / KAMARERO

La Junta de Castilla y León está señalizando estas semanas un acotado de montes públicos en la provincia de Segovia para regular la recogida de setas en su territorio. Se trata de una amplia superficie (10.265,29 hectáreas), que cubre 17 montes recogidos en el Catálogo de Montes de Utilidad Pública de Segovia y 14 términos municipales que tocan toda la geografía segoviana: desde Ayllón hasta el alfoz de la capital. El proyecto, iniciado antes de la pandemia, pretende gestionar el recurso de forma responsable, pero la extensión del territorio y el complejo acceso a los montes ponen el acento en la vigilancia para asegurar su complimiento.

La regulación del aprovechamiento micológico se hará a través del Acotado SG-50.005, que agrupa a los montes que la Junta de Castilla y León tiene en la provincia de Segovia. Esta figura fue declarada el 25 de octubre de 2019, pero su puesta en práctica requiere de la señalización, una tarea que está llevando a cabo la institución regional en fechas recientes. “Si no hay problemas, podrá quedar finalizada a lo largo de este mes de octubre”, subrayan desde el Servicio Territorial de Medio Ambiente. Desde el momento en que sea posible el aprovechamiento regulado, que requiere la completa señalización del territorio de recolección, la Junta emitirá los permisos para los recolectores a través de la plataforma MICOCYL.

Hay zonas de gran valor micológico, tanto por su superficie como por su ubicación. Es el caso del Monte 252, identificado como ‘Mujer muerta a Pasapán’, una de las zonas más valiosas. Tiene 1.084 hectáreas y está enclavado en el término municipal de La Losa. Limita al norte con la Cañada Real y al sur con La Garganta, un monte de El Espinar. Otra zona privilegiada es el Monte 264, que integra a Peñalara y al Nevero y tiene 870 hectáreas. Limita al sur y el oeste con el monte Pinar de Valsaín, propiedad del Organismo Autónomo de Parques Nacionales.

Toda la provincia

El monte de mayor superficie de los recogidos en el acotado es el 258, Los Saltillos, que comparten los términos municipales de Palazuelos de Eresma y San Ildefonso y cuenta con 1.226 hectáreas. Limita al norte con La Umbría, un monte de Trescasas y al este con Rascafría (Madrid).

El monte más modesto es El Lomo, en el término municipal de Castillejo de Mesleón, con 103,75 hectáreas. Este municipio también cuenta con el monte Barrancos, de 358,77 hectáreas. La Sierra, en Santo Tomé del Puerto, tiene 167,35 hectáreas; limita al norte con la Cañada Real y al sur con el territorio madrileño de Somosierra. Santo Tomé también cuenta con el monte Juncadera, que cuenta con 872,69 hectáreas.

La extensión del acotamiento es amplísima. El monte Aprisquera, en Santo Domingo de Pirón, tiene 669,89 hectáreas. En la misma zona está el Majalperro, de Basardilla, con 201,11 hectáreas. En Trescasas, una de las zonas más ricas para el recurso micológico, está La Umbría de los Saltillos, de 483 hectáreas, que limita al sur con el Cardoso, en Rascafría (Madrid) y la Sierra de la Marquesa, con 567,08 hectáreas. Sotosalbos cuenta con El Hoyo, de 827,75 hectáreas, que limita al sur con Alameda del Valle (Madrid). En Collado Hermoso está el monte 285, que integra Zarzoso, Pedriza y otros para un total de 973,62 hectáreas. Torre Val de San Pedro tiene también su conglomerado-el monte 286- entre el Horcajos, Regajo Hondo y otros.

En el nordeste, Ayllón tiene el monte La Tonda, de 218 hectáreas, en las proximidades del extenso término municipal de Riaza. El Raso, en Cerezo de Arriba, es uno de los más extensos del acotado, con 1.052 hectáreas, vecino de la Cañada Real de las Merinas. En Castroserracín está El Sorteo y El Bardal, que suman 335,78 hectáreas y limitan con el término municipal de Navares de las Cuevas.

Mirando al cielo

Tras un año largo sin poder salir casi de casa, llega la campaña de setas del “ya se puede”. Lo recolectores esperan con ganas su momento y el campo abre sus puertas a los recién llegados de la pandemia, necesitados de aire fresco. Ya fue una válvula de escape el año pasado, una actividad que este año podrá hacerse más colectiva y menos en solitaria. “Esperábamos una campaña buena, pero últimamente no está lloviendo y todavía está muy dura la tierra. Esperemos que venga la lluvia, pero esto es cíclico; hay años muy buenos y otros que son un poco desastre. En principio, somos optimistas”, subraya Ramón López, alcalde de Sepúlveda y presidente del Acotado de Montes de Segovia. Cubre el grueso de la provincia y está formado por 29 entidades (principalmente Ayuntamientos y Mancomunidades de propietarios).

Montes de Segovia regula 39.875 hectáreas de monte de utilidad pública, consorciado y montes particulares. Todos estos montes se sitúan en la provincia de Segovia, salvo un elenco situado en la provincia de Ávila. Aportando 86 montes (81 de utilidad pública y 5 consorciados y patrimoniales). Incluye municipios muy protagonistas en el ámbito micológico como El Espinar o Riaza. El reconocimiento de permisos de este acotado con el de la Junta de Castilla y León será mutuo; los que una entidad expide valdrán también para recolectar en la otra.

López pone en valor el acotado de la Junta. “Cada vez somos más. Reconoce que tenemos un bien, que son nuestros montes, y podemos explotarlos a nivel económico para el desarrollo de la provincia”. Y llama a que la producción local se anime a rentabilizar el recurso. “Muchas de las setas que se recogen en Castilla y León van a la transformación alimentaria de zonas como Cataluña. Ojalá hubiese por aquí una pequeña empresa o cooperativa que recogiera los níscalos o boletus que trae la gente de aquí y los envasara. Es otra fuente de ingresos para la comarca que crearía puestos de trabajo”.

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Vista en detalle de uno de los hongos. / KAMARERO

Parque micológico

El acotado segoviano decidió el año pasado constituirse en parque micológico para fomentar el aprovechamiento turístico del recurso y reforzar los protocolos de recolección. La constitución no será oficial hasta el año que viene, pues la entidad está elaborando el plan de aprovechamiento, que posteriormente deberá ser aprobado por la Junta. Ello incluye concretar apartados como la superficie, la propiedad, la descripción de los hábitat o de las especies micológicas y evaluar la producción total que puede ofrecer el espacio.

También exige planificar el aprovechamiento. Un aspecto clave es cuánta presión recolectora puede soportar cada zona sin ver alterado su ecosistema. A ello se añaden labores de señalización del parque y otras campañas de promoción turística. Es un documento amplio que requiere un plan de seguimiento y control para detectar desequilibrios como que una zona recolecte más de lo estipulado. “Ya nos queda muy poquito. Son trámites administrativos que llevan su tiempo, pero esperemos que pronto podamos sacar pecho de que somos parque micológico”, subraya López. Un valor de marca para la micología. Y otro incentivo para la España Vaciada.

3 kilos, el límite en zonas no reguladas

La normativa de la Junta permite inmovilizar vehículos, también a los agentes medioambientales, que son autoridad pública en el monte. En las zonas no reguladas no está permitido recoger más de tres kilos por día y persona. En las zonas reguladas es obligatorio disponer de licencia y, según la misma, hay límites. La recreativa permite cinco kilos al día de ‘Boletus gr. edulis’ o ‘Lactarius deliciosus’ o mezcla de ellos; dos de seta de cardo (‘Pleurotus eryngii’) y perrechicos (‘Calocybe gambosa’) y tres para el resto de especies. La comercial eleva las cantidades a 10 kilos de seta del cardo y 50 de boletus.

El Acotado Montes de Segovia está ultimando los trámites para constituirse en parque micológico. Cuenta con una treintena de montes públicos, localidades y comarcas de la provincia de Segovia. El permiso obtenido en cualquiera de ellas es válido para el resto. El precio de los permisos es de cinco euros para toda la temporada.

Vigilantes jurados para el campo