El pastor Pedro Sanz predice cada año el tiempo con ‘las cabañuelas’. / R. PARDOS

No para Pedro Sanz, el popular pastor de Rades de Abajo que cada año pronostica el tiempo para El Adelantado de Segovia siguiendo el método tradicional de ‘las Cabañuelas’. Ahora que se ha jubilado le ha dado por viajar. En octubre estuvo en Benidorm y luego ha ido varias veces de excursión, cerca de Segovia. “Hay que aprovechar”, dice, con una media sonrisa en la cara. Pero esa felicidad no le quita las ovejas de la cabeza. “¡Claro que las echo de menos! ¡algunos días sigo soñando con ellas!”, exclama, para explicar a continuación que, de vez en cuando, se acerca a ver el rebaño, su rebaño.

Empieza a hablar de 2019 recordando su discurso habitual, ese que advierte que “estamos quemando la atmósfera; los aviones por arriba y los coches por abajo”, agregando que en ese estado de agitación cada vez le resulta más difícil acertar en los pronósticos. Sin embargo, a renglón seguido lanza sus augurios. “Va a ser un año más frío que los últimos; y con menos lluvias, aunque no habrá sequía”, estima. Y, a menor humedad, menos tormentas. Para el campo intuye un año benigno, en especial para los frutales, pues “estos fríos de enero están preñando los árboles”.

Hasta el 12 de enero no espera cambios. El tiempo estará tranquilo, con heladas nocturnas, niebla al amanecer y sol durante el día. Del 12 al 20, “mucha lluvia” y nevadas a partir de 1.200 metros. Y al final del mes, otra vez frío, pero menos que en el arranque de 2019. En febrero prácticamente se repetirá lo acaecido en enero. En su primera mitad, heladas por la noche y sol durante el día. A partir del 12 caerá algo de agua, que será en forma de nieve en la montaña. Para acabar el mes subirán las temperaturas de forma leve.

“Marzo será muy loco al principio”, apunta el pastor. Quienes se disfracen en Carnaval deben saber que hará frío y conviene arroparse. Del 8 al 15 se prevén precipitaciones. Y la entrada de la primavera regalará “un poco de calor”. De abril dice que nacerá con “frío seco”, y así continuará durante una porción de días, hasta el 12, en que empiece una semana de lluvia, que será en forma de nieve en las cumbres. La Semana Santa no se salvará de las precipitaciones, si bien asegura que “la temperatura será buena”. En su despedida, abril ofrecerá calor, calor típico de primavera.

Mayo entrará suave, aunque con escarchas nocturnas. Luego, del 8 al 15, las primeras tormentas de 2019. Y, para cerrar, una notable subida de las temperaturas, llegándose en la ciudad de Segovia hasta los 28º. Así seguirá durante unos días, hasta el 10 de junio, cuando las precipitaciones vuelvan a adquirir protagonismo. “Hasta el 20 de junio puede nevar en la Sierra de Guadarrama”, avisa el de Rades de Abajo. En pocos días se producirá un cambio brusco, y cuando la hoja del calendario llegue a la festividad de San Pedro, tocará pasar calor. Será la primera ola de calor del año. Una ola duradera, de 10 días.

Del 10 al 20 de julio, nuestro ‘hombre del tiempo’ espera “mucha lluvia y algún granizo”. Para el día de Santiago, la segunda ola de calor, también duradera, que aguantará hasta el 7 de agosto. “Los meses con cinco lunas o son muy lluviosos o muy calurosos, y este año agosto tiene cinco lunas”, explica el pastor. El calor sofocante menguará para la Virgen de Agosto. Alguna lluvia, aunque no intensa, refrescará el ambiente. El octavo mes se despedirá con calor, aunque más leve que en su nacimiento. En septiembre, serenidad hasta el 7. Luego, del 12 al 20, precipitaciones y alguna tormenta. Y un largo ‘veranillo de San Miguel’, que se adentrará en octubre, hasta el día 7.

Octubre resultará lluvioso, sobre todo en su ecuador. Antes de morir cubrirá de blanco la Sierra de Guadarrama, para cumplir el refrán de “Por los Santos, nieve en los altos”. Noviembre traerá bajo el brazo agua, en abundancia, para las zonas de menos altitud. Luego se irá tranquilizando, para dar paso a unos días de intenso frío, con el sol dejándose ver durante las horas centrales de cada jornada y las nieblas nublando la vista al amanecer. Para San Andrés (30 de noviembre) la nieve redoblará su presencia en las alturas.

El postrero diciembre será muy frío. Brotará con fuertes heladas nocturnas y nieblas, aunque el astro rey se dejará ver durante el día. Del 12 al 20, precipitaciones, que serán en forma de nieve en las cotas más altas. Y la Navidad será como la de 2018, con la atmósfera relativamente calmada. “Si Dios quiere, nos volveremos a comer las uvas con frío”, finiquita el pastor.