Quiosco de la Plaza Mayor de Segovia. temple de huevo. Col. particular en Francia.

Alfredo Ramón nació en San Ildefonso, Segovia en 1922. Pintor experimentado de larga trayectoria profesional y cuyos cuadros son admirados en colecciones privadas y públicas, tanto en España como en el extranjero, nos ofrece una visión humilde pero llena de poesía del paisaje urbano.

Aunque de origen segoviano, la familia residió siempre en Madrid. Su bisabuela, Isadora Sanz, nació en La Losa. No sabía leer ni escribir y tenía un puesto en la Plaza. Más tarde abre una fonda que se hace célebre por sus truchas. Cuando llega la debacle del Hotel Europeo de La Granja y sus propietarios lo venden, Isadora lo cogió para regentarlo. Isadora se había casado con Sebas Robledano, un guardabosques de La Granja y Valsaín con el que tuvo siete hijos. Su hija María acaba llevando la dirección del Hotel Europeo. Otra hija suya, Juana, se casa con Pedro Ramón, un mallorquín que trabaja en el Hotel Europeo en los veranos. Viene del lujoso Hotel Savoy de Madrid. Por eso la familia vivía en Madrid durante el resto del año.

Alfredo Ramón, hijo de Juana y Pedro, estudia en la Escuela Superior de Bellas Artes, entonces en la actual Academia de San Fernando, en la calle Alcalá y se graduó con los títulos de pintor y profesor de arte.

Según lo que el propio pintor decía de su obra: “ No creo demasiado en la diferencia entre pintura realista y pintura abstracta. La composición de las formas, las armonías de color, las texturas de la materia son problemas de Pintura que hay que resolver en todo caso. Yo trato de resolver esos problemas apoyándome en la mayor parte de mis obras en la visión de una realidad cotidiana que veo todos los días. Lo que alguien ha llamado “el paisaje de la acera de enfrente”. Las tiendas, las fachadas de las casas, los balcones, los árboles que crecen junto a la calzada, son protagonistas habituales de mis obras. Normalmente “veo el tema”, lo estudio, hago dibujos y elaboro el cuadro en el estudio. Pero también me gusta hacer apuntes, generalmente acuarelas de los pueblos.

El pintor decía que en sus obras no incluye casi nunca la figura humana, que prefería considerar que la persona que mira la tela, el espectador, es la presencia en la escena.

La crítica reflejó la versatilidad del pintor y su capacidad para captar las aristas esenciales de sus coetáneos. Así lo reflejó El Universo: “Alfredo Ramón es uno de los artistas contemporáneos que en un rincón de la ciudad, insignificante para muchos, encuentra la magia que transmite en cada uno de sus cuadros. Dicípulo de Vázquez Díaz, Chicarro, Joaquín Valverde, Ramón Stolz y Lafuente Ferrari, Ramón recoge en sus lienzos una atmósfera cargada de nostalgia, si cabe algo reivindicativa, que ayuda a entender la ciudad.

Para muchos, este artista retrata paisajes urbanos, pero para él lo que hace”no se puede hablar de paisaje, porque se trata de concentrar la visión en algo que es más bien un objeto en el que no se repara; sin embargo es en ese objeto, que puede ser una tienda, una puerta o un edificio, donde mi atención se detiene y me provoca una emoción muy personal que me produce un deseo de plasmarlo en un cuadro.

Alfredo Ramón viajó por todo el mundo y dio clases a alumnos de varias universidades de Estados Unidos.

Sus primeros viajes se realizan a los EE.UU. y París, pintando una colección de apuntes, dibujos y acuarelas que se exponen en los locales de la Delegación Nacional de Educación de Madrid. La exposición se inaugura con una conferencia del Director del Museo de Arte Moderno de Madrid, comentando la obra de Alfredo Ramón. Luego hace un viaje a los Países Bajos donde también pinta acuarelas. A partir de entonces realiza numerosas exposiciones personales desde 1955 hasta 2015, año de su fallecimiento.

En Madrid, figura alguna obra suya en la Colección permanente del Museo de Arte Contemporáneo, actual Museo Reina Sofía, el Museo de la Real Academia de BB.AA. de San Fernando y el Museo Municipal de Madrid entre otros.

La técnica de Alfredo Ramón, como ya ha sido señalado por ciertos autores, tiene gran interés por el dominio de diferentes técnicas pictóricas. En ese sentido gran parte de las obras realizadas están pintados con una técnica mixta de óleo y temple de huevo. Y en los últimos años solo de temple de huevo, donde él hacía sus propias colores con pigmentos secos y emulsión.
“Siempre intento elegir modelos que planteen algún problema estrictamente pictórico: me preocupan mucho cuestiones como las del volumen, el equilibrio de los cuadros, los colores, la combinación de distintas texturas..

Alfredo Ramón, viajero infatigable, pinta constantemente durante los viajes: apuntes, acuarelas y dibujos con pluma y tinta.

En el año 97 expuso en la galería Zaca de la Granja de San Ildefonso en la que los temas eran una mezcla entre el paisaje urbano los objetos urbanos: “son más bien trozos de la vida en la ciudad: las fachadas, las tiendas, los puestos de periódicos..en definitiva, lo que vemos por la calle” declaraba el autor.

Alfredo Ramón destacó por sus innumerables exposiciones, individuales y colectivas, en distintos puntos de España y el extranjero, fundamentalmente en EEUU. Obtuvo diversos premios y distinciones, entre los que figura un doctorado “honoris causa” por la Universidad estadounidense Kalamazoo College, de Michigan.