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La sala 091 de la Policía Nacional recibió el pasado sábado, día 13 de agosto, una llamada a las 16.25 horas, procedente del 112, que informaba de que se había declarado un incendio en una vivienda del número 2 de la calle Marqués de Santillana, en Valladolid. Varias dotaciones de policía y el servicio de bomberos se trasladaron hasta la ubicación. Una vez extinguidas las llamas, apareció en el interior de la vivienda el cadáver calcinado de un varón, de 72 años, que presentaba inicialmente síntomas de muerte violenta.
Pocos minutos después, entraba otra llamada de una mujer que, desde su teléfono, indicaba que no sabía lo que le ocurría a su hija. Se encontraba en un piso del número 32 de la calle Linares, donde también se había declarado otro incendio. Una vez extinguido el mismo, se encontraron en el interior del domicilio dos cadáveres calcinados de mujeres, de 78 y 54 años. Uno de los cuales, según indicó el Cuerpo Nacional de Policía, también presentaba síntomas de muerte violenta.

¿Quienes son las víctimas?
La primera víctima fue Juan Carlos Palomino, hombre de 72 años, conductor de ambulancia ya jubilado. Los otros dos cadáveres pertenecían a Eva María Asensio, de 54 años, y su madre, María del Carmen González, de 78. Los sucesos tuvieron lugar en dos viviendas cercanas, a escasos 200 metros, en el barrio de La Rondilla.
A las 23.00, seis horas y media después de que se cometieran los crímenes, se produjo la detención de un hombre de 43 años, en la calle Góngora, después de que el detenido agrediera a dos matrimonios de avanzada edad. La primera de las agresiones se produjo sobre las 22.30 horas en la calle Amor de Dios, y la segunda a las 22.50 horas en la calle Gutiérrez de Cetina, según un comunicado emitido por la Delegación del Gobierno en Valladolid.
Los integrantes de este último matrimonio tuvieron que ser trasladados a un centro hospitalario debido a las lesiones que sufrieron. Según la investigación de la Policía Nacional, la intención del agresor era la de introducirse en los domicilios de sus víctimas, algo que no consiguió
Todas estas calles se encuentran muy próximas entre sí en el barrio de La Rondilla, y la Policía Nacional había desplegado un importante dispositivo en la zona para esclarecer los homicidios de las tres personas, que habían ocurrido a primera hora de la tarde del sábado.
Los agentes investigaron la relación de las agresiones con el caso de las tres muertes, ya que se daba la circunstancia de que el detenido era el marido de la mujer de 54 años que apareció muerta en una casa de la calle Linares, tras sofocar un incendio que ya estimaban había sido provocado.

¿Quién es el detenido?
El autor de las agresiones y presunto autor de las muertes era Aaziz El-Yazid, un hombre de 43 años que había salido hace escasas fechas de prisión tras haber cumplido condena por otros delitos. El detenido se enfrentaba, además de los citados cargos, a delitos por daños, contra la salud pública, incendio, robo con violencia, lesiones y allanamiento de morada. Aaziz, de 43 años, era el marido de Eva María Asensio, de 54 años, a la que presuntamente asesinó junto a su suegra, María del Carmen González, de 78.
La pieza que los investigadores aún intentan esclarecer es la muerte de Juan Carlos Palomino, hombre de 72 años, amigo del detenido. La mujer de 54 años supuestamente asesinada por su pareja de 43 lo había denunciado por malos tratos pero no tenía una orden de protección, según ha informado el pasado martes la delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones.
El Juzgado de Instrucción 4 de Valladolid ordenó prisión provisional, comunicada y sin fianza, para El-Yazid que negó la autoría de los hechos que se le atribuían durante su declaración en el Juzgado, en la que respondió a preguntas tanto del fiscal como de la defensa. Tras su declaración, durante una hora y media aproximadamente, el ministerio público solicitó su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza, opción por la que se decidió el Juzgado, mientras el letrado del detenido demandó su puesta en libertad.
Después de su comparecencia ante el juez, el forense tomó muestras de ADN al arrestado, que salió del edificio judicial sobre las 15.15 horas del pasado martes en un furgón de la Guardia Civil para su traslado a la Prisión Provincial de Valladolid. El arrestado se negó a declarar ante la Policía Nacional, que practicó su detención como supuesto autor de las tres muertes violentas, de delitos de allanamiento de morada, lesiones y robo con violencia, en su huida e intentó entrar en casas para esconderse y robar todo aquello que le fuera útil en su fuga.

La principal hipótesis

Que pudiera haber drogas de por medio hizo en un primero momento sospechar que los crímenes obedecían a un ajuste de cuentas, pero la investigación se dirigió después a la violencia de género como hipótesis principal. La Delegación del Gobierno señaló que “estamos recabando datos del asesinato de una mujer de 54 años en la provincia de Valladolid por presunta violencia de género. De confirmarse, el número de mujeres asesinadas por violencia de género ascendería a 27 en 2022 y a 1.157 desde 2003”.

Entrada en prisión

La noticia saltaba el pasado jueves cuando el hombre acusado de la muerte violenta de tres personas en La Rondilla era hallado ahorcado en su celda de la prisión de Villanubla. El acusado, que ingresó en prisión el pasado martes, “estaba solo en su celda, ya que se encontraba en observación, el procedimiento habitual cuando el acusado de un delito grave ingresa en un centro penitenciario”, según explicaron fuentes penitenciarias.
Desde la prisión de Villanubla confirmaban el traslado a la autoridad judicial del fallecimiento del hombre acusado de la muerte violenta de tres personas en el barrio de La Rondilla el pasado sábado, según establece el protocolo en estos casos, además de iniciar los trámites para abrir una “información previa”, es decir, una investigación interna, para analizar las circunstancias en que se han producido los hechos
Al parecer, el hombre se habría ahorcado con una sábana, según indicaron esas mismas fuentes a la agencia Efe, que explicaron que el hombre había salido hacía poco de esta misma prisión donde había cumplido condena por otros delitos.
Con la investigación, abierta por las dos vías, la judicial y la de carácter interno, se inicia ahora el proceso de esclarecimiento de los hechos y las circunstancias por las que pudo morir, si bien las mismas fuentes penitenciarias indicaron a Ical que en estos momentos “no se puede especular hasta que no haya informes forenses o judiciales”, para los cuales los plazos difieren y son complicados de acertar.

Otras hipótesis

Los primeros indicios que apuntaban a un ajuste de cuentas por drogas se descartaron rápidamente, virando hacia un claro caso de violencia de género. Según fuentes cercanas a la investigación se trataría de un caso de celos entre Aaziz, Eva y Carlos, que desembocaría en el triple crimen del pasado 13 de agosto en el que Carmen, la suegra, sería una víctima colateral de esa tarde de ira del marroquí.
La madre de Eva habría llegado a la casa justo después de que su yerno hubiera matado a su hija y llamó a la Policía. “Creo que mi hija está muerta”, señaló en su llamada, sin poder imaginar que el asesino estaba aún allí y que le atacaría con un cuchillo nada más colgar.
Igual que a Eva, igual que a Juan Carlos Palomino, ese amigo de la familia, de 78 años y al que todo el mundo conocía como ‘Charly’. Fue con el septuagenario con quien se ensañó el marroquí de 43 años, hasta el punto de llegar a asestarle “más de 50 cuchilladas”. Las otras dos víctimas también presentaban múltiples heridas de arma blanca. Lo del incendio en ambas casas, que dificultaba sus opciones de huida, se enmarcaría en un intento por eliminar pruebas.
Ahora, la investigación del triple crimen debe continuar a pesar del suicidio en prisión del sospechoso. Con la autoría más que clara, el objetivo de la Policía pasaría por encontrar ese móvil del crimen que permita encajar las piezas del puzle que El-Yazid lanzó por los aires en la tarde del 13 de agosto, al asesinar a tres personas en unos minutos e incendiar los dos pisos, antes de acabar siendo arrestado cuando, llegada la noche, empezó a asaltar a ancianos en sus viviendas, agredió a dos de ellos e intentó robar en los piso, antes de ser apresado en plena fuga.
“Por suerte, y gracias a la colaboración de los vecinos, no consumó su objetivo de introducirse del todo en estas casas, unido a la rápida intervención policial, han permitido que no se hayan que lamentar más malas mayores”, precisó Virginia Barcones, tras el minuto de silencio guardado por las víctimas. Y es que la delegada del Gobierno opinó, a título personal, que era “extremadamente peligroso”.
Barcones también reconoció, la labor de la Policía Nacional, con agentes que continuaron más allá de su turno de trabajo, hasta dar con el presunto asesino y detenerlo. Citó al inspector que interrumpió sus vacaciones para encerrarse tres días en la Comisaría, así como al comisario Francisco Javier Oterino como jefe provincial de la Policía Nacional en Valladolid y a Jesús del Amo, como jefe superior en funciones de la Policía Nacional en Castilla y León. “Una vez más, hicieron la máxima expresión de servicio público, porque nadie escatimó esfuerzos para detener al sospecho porque era presumiblemente que pudiera seguir haciendo mucho daño con todo el que se le encontrara”, concluyó.
Hasta el momento no se ha podido contactar con ninguno de los 17 hermanos con los que no tenía relación Aaziz El Yazid. De hecho, en el centro penitenciario, por sus anteriores ingresos, solo figuraban como contactos su mujer y su suegra. A partir de ahora será el Consulado de Marruecos el que prosiga con las gestiones para ver quién se hace cargo del cadáver que fue encontrado en la celda de Villanubla.