
Este convento, uno de los más interesantes y desconocidos de Castilla y León, fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) el 13/09/2012, y une a su rica historia y a su valor artístico, cultural y patrimonial el hecho de encontrarse en una ubicación excepcional, sobre un meandro del río y en el Parque Natural de las Hoces del Duratón.
A partir de diciembre de 2021 la propiedad de este convento de Sta. María de la Hoz de Sebúlcor tuvo noticias de diversos daños acaecidos en su interior; el deterioro del vallado metálico de protección perimetral, el derrumbe de un muro que tapiaba el acceso sur del convento, así como la caída de un puntal que sostenía la clave del arco geminado de la denominada “Celda de la Reina”. Ante esta situación, la propiedad decidió no solo poner en conocimiento esos hechos presentando una denuncia ante la Guardia Civil, sino acometer las obras necesarias para subsanar estas patologías, requiriendo la adopción de medidas y la ejecución de obras urgentes para consolidar esas áreas y de paso inspeccionar otras áreas que también pudieran verse afectadas. Una vez elaborada una Memoria de Obras de Emergencia, la tramitación para conseguir todas las autorizaciones necesarias ha sido larga y complicada, debido a la yuxtaposición de competencias de los diferentes organismos y administraciones competentes.
Finalmente, el pasado mes de agosto pudo iniciarse el proceso, visitando el conjunto a pie pese a la dificultad de su acceso a principios de este mes. A partir de esa visita se comprobó que la única posibilidad viable de transportar los materiales y los medios necesarios era a través del cauce del río (que explicaremos más adelante), utilizando para ello canoas gestionadas por la Asociación de Amigos del Convento de la Hoz. Gracias a ello y pese a la enorme dificultad de acarreo y transporte, han podido acometerse en estos días los trabajos de apeo y refuerzo en esas áreas, denominadas como:
– Área 1: Arco de entrada del acceso suroeste.
– Área 2: Balcón de la celda de la reina.
-Área 3: Tras la visita previa se decidió adicionalmente la reparación de una gran pilastra de la arquería exterior de las celdas de los frailes, ya que se encontraba con una importante pérdida de sección y descalzada. Las primeras dos áreas o zonas estaban incluidas dentro de la denuncia antes mencionada.
Debido a la triple protección existente sobre el edificio y su entorno (su carácter de BIC, la conservación del hábitat de las aves, la protección del entorno natural y del cauce del río / Hoces del Duratón), se ha prestado especial cuidado y atención a la hora de elegir los principios de actuación más coherentes y acordes con el fin propuesto. Por ello durante las actuaciones han prevalecido los criterios de mínima intervención y máxima eficacia, de empleo de materiales y técnicas constructivas compatibles con los originales, coherentes con el fin último de consolidar, estabilizar y conservar los restos y así evitar el aumento del deterioro, ya que en otro caso ocasionaría sin duda en un futuro derrumbes o desplomes.
Metodología de actuación: La metodología se ha basado primero en la inspección y el análisis específico del estado de los elementos a restaurar:
– Estructura y fábricas (material pétreo, etc.): Era evidente la necesidad de reparación de las grietas interiores y exteriores en las áreas 1 y 2. Para ello en primer lugar era necesario proceder a un arriostramiento y apeo de los vanos, para, en condiciones de mayor seguridad, proceder al cerrado y sellado de grietas y relleno de oquedades y faltantes, intentado garantizar, dentro del precario estado general, el adecuado comportamiento estructural de muros y arcos, a base de recuperar secciones resistentes.
– Revestimientos y acabados (material pétreo, morteros): Exteriormente, y especialmente en los paramentos más elevados y por tanto más expuestos, se habían perdido parte de los morteros de rejuntado, en los que era imprescindible proceder a su reposición y reparación, ya que su ausencia provocaba las filtraciones de agua al interior en muros y paramentos.
– Protección de los revestimientos de mayor fragilidad e interés: Aun cuando no estaba previsto en un principio, dado su estado de deterioro, se decidió proteger el plano superior del área del paramento de la celda de la reina en el que estaba representado en escudo de armas de Isabel La Católica (en realidad se trata de dos escudos superpuestos, el segundo basado en un repinte sobre el primero), mediante una visera metálica de cinc que garantice su protección frente a la escorrentía y el impacto de las aguas de lluvia; esta visera se fijará al muro en las juntas horizontales situadas sobre los revocos pintados, mediante uniones simples, minimizando la afección al muro.
Es decir:
A). – Nos encontramos ante un BIC cuyo estado de conservación precisaba de una intervención urgente, pero ésta debía coexistir con unas condiciones seguras de trabajo para los operarios en el interior del recinto.
B). – El proceso de consolidación de las áreas debía conseguir la recuperación de sus condiciones de estabilidad, solidez y seguridad, proceso que en este caso se basa en primera instancia en el apuntalamiento de sus elementos originales. Es decir, recuperando adecuadamente parte de las “configuraciones” primigenias, se puede restablecer el funcionamiento estructural de esos elementos perdidos y por ende la solidez y estabilidad del conjunto. Sin embargo, a juicio del arquitecto responsable, esta recuperación de elementos no debía hacerse con un carácter “historicista” o “reconstructivo mimético”, que pudiera crear confusión en el espectador, sino con un espíritu “diferenciador”, pero “integrador”. Las obras proyectadas se incorporaban en la actual fisonomía del convento con sencillez y humildad, intentando ocupar un segundo plano, sin desvirtuar ni entrar en conflicto con la belleza y la capacidad de evocación que tienen los restos conservados.
Criterios de intervención. Para solucionar (o en su caso reparar), los problemas ocasionados por estas condiciones y supuestos de partida, se proyectaron una serie de trabajos y labores a ejecutar, compatibles con unos criterios y principios que se enumerados a continuación:
-Criterios sobre compatibilidad de usos.
En este caso, se pretendía únicamente la consolidación y restauración de los muros conservados, así como permitir el acceso a través del arco de la zona 1 para posibles futuras labores de conservación y mantenimiento.
-Criterios sobre la intervención de consolidación y apuntalamiento.
El convento de Ntra. Sra. de la Hoz de Sebúlcor necesita una amplia serie de actuaciones tendentes a consolidar su materialidad, a poner en valor su estructura monumental. Para ello es objetivo prioritario asegurar la estabilidad de los vanos de sus muros en las áreas 1, 2 y 3, mejorar su estanqueidad (especialmente en las coronaciones y las bases de los mismos), intentar mejorar y completar el conocimiento del monumento antes y durante el proceso de la restauración, y mejorar su accesibilidad. Por tanto, los principios directores de la “filosofía” de la intervención han sido:
1.- Plantear una consolidación y restauración eficaces, con el uso de materiales cuya longevidad e idoneidad está contrastada y alcanzar la “sostenibilidad”, entendida desde el punto de vista económico y medioambiental, intentando mantener como principio el respeto a las aportaciones de todas las épocas históricas que conforman su materialidad y su imagen. Para ello, consolidar adecuadamente la materialidad de los muros y vanos así como en general, las coronaciones y bases de paramentos, con materiales y técnicas constructivas compatibles con las existentes, es tarea fundamental.
2.- Contar con los operarios adecuados, facilitados por la empresa PROIESCON, S.A. que cuenta con una experiencia sobrada en restauración de monumentos, con obras en BICs tanto a nivel de la Junta de Castilla y León como nacional. Dada la entidad menor de los trabajos, la ausencia de movimientos de tierras y excavaciones, así como lo reducido del plazo, no se consideró coherente contar con un equipo arqueológico especializado tanto en la lectura de paramentos como en arqueología medieval y en el análisis y estudio de monumentos análogos de época coetánea al convento, posponiéndose estos trabajos para fases posteriores.
3.- Incluir en el proceso de consolidación las conclusiones derivadas de anteriores intervenciones en edificios similares: uso de morteros de cal de dosificación adecuada, análisis de epigrafías, posibles hipótesis de fases y etapas constructivas, consulta de planimetría antigua, estudio comparado de “paralelos”). Contando así, con una base científica adecuada.
4.- Utilizar materiales y técnicas constructivas acordes con la finalidad perseguida en los rellenos de faltantes y consolidaciones de las áreas 1 y 2, de similar naturaleza a los originalmente empleados en la construcción del convento, pero diferenciables mediante un análisis detenido por parte del espectador y visitante. Estas técnicas y materiales deben ser precisamente los comúnmente entendidos como “tradicionales”, además, comportan un menor consumo energético durante su ciclo de vida; materiales “naturales”: Piedra de la zona, conglomerantes de cal hidráulica (con cal aérea no hubiera sido posible dada la dificultad y complicación del acceso y el transporte), y áridos de la zona, tierras naturales para pigmentaciones, agua y libres de compuestos orgánicos volátiles y en general materiales reciclables y reutilizables. Se ha evitado el empleo de hormigoneras, maquinarias y medios auxiliares que pudieran afectar al entorno desde el punto de vista ambiental y acústico.
5.-Plantear la mínima intervención, evitando añadidos o consolidaciones excesivas o “imaginativas” que puedan alterar o desfigurar la percepción del monumento en su realidad actual. Acometer las obras de modo que sean fácilmente reversibles sin dañar los volúmenes y elementos adyacentes, y simultáneamente, respetar y poner en valor de las diferentes “etapas” de su devenir histórico, señalando adecuadamente las improntas de las diferentes actuaciones conocidas.
6.- Mejorar la accesibilidad física a la zona interior del convento, desbrozando y eliminando especies vegetales parásitas para posibilitar las futuras labores de mantenimiento, pero reponiendo el vallado de protección y señalizando mediante carteles avisadores la peligrosidad del acceso.
7.- Utilizar para los apuntalamientos un material natural que trabaje bien a compresión y flexión, de fácil montaje colocación y ajuste, con carácter renovable y sostenible. Por ello se han utilizado tablones de madera tratados adecuadamente de modo que se garantice su durabilidad, así como un sistema sencillo ajuste y apriete de piezas mediante la herramienta adecuada, favoreciendo así tanto su posible tensado como su desmontaje y posible reutilización futura.
Especificaciones de los materiales utilizados. Se ha hecho hincapié en la selección y elección específica de los materiales, con las siguientes características y condiciones:
– En apuntalamientos y apeos, se han empleado tablones de madera de pino aserrada y tratada según Eurocódigo 5, cortados a medida “in situ” mediante herramienta manual, atornillados entre sí, sin perforaciones, ni taladros en las fábricas originales.
– Todos los morteros utilizados son a base de cal hidráulica, del tipo NHL 3,5-5 de Saint Astier o categoría equivalente. La arena ha sido cribada de zonas con excesos del entorno.
– La mampostería desmoronada en el área 1 y área 3 se ha acopiado correctamente próxima a las bases de los muros, y en laterales de los arcos reutilizándose las piezas que por su tamaño y configuración se consideraban adecuadas.
– En el área 2 se ha sellado con lechada de cal las superficies y juntas en las que se han detectado la posible entrada o escorrentía del agua de lluvia que erosionaba y lavaba las pinturas del intradós. Además, se ha incluido con este mismo fin, una visera de zinc resistente al óxido, como protección de los restos del escudo de Isabel La Católica.
Los accesos: Las condiciones de partida desde el inicio de los trabajos se vieron influidas por el difícil acceso al convento, ya que su entorno inmediato se encuentra aislado por el río Duratón, y las profundas gargantas que lo rodean.
En un primer momento, se estudió el acceso por el sur (el acceso tradicional histórico), trasladando el material a pie por los senderos habilitados con una pronunciada pendiente, y requiriendo el descenso de la lámina de la cota del agua por medio del cierre temporal de la presa situada aguas arriba. Este recorrido se descartó por el costoso, difícil y casi imposible acarreo de los materiales. Finalmente se optó por acceder por el oeste, a través del arco situado junto a la antigua Hospedería, pudiendo aprovechar el embarcadero de piraguas existente, y trasladar tanto el personal como las herramientas y los materiales en canoas, recorriendo a pie unos 600 metros antes de embarcar, y accediendo al convento tras desembarcar y recorrer otros 150 metros a pie.
Los artífices del rescate
Esta semana ha concluido la primera Fase de Consolidación del Convento de la Hoz, de cuyo próximo inicio ya informó este periódico el pasado 23 de julio.
Las obras han sido dirigidas por el Arquitecto Pedro Ponce de León, experto en rehabilitación de monumentos históricos, y con una gran experiencia en diferentes intervenciones a lo largo de la geografía española. Además, es Académico de la Real Academia de la Historia, y miembro de diversas asociaciones de carácter cultural.
Éstos trabajos forman parte de la primera fase de un plan más ambicioso de Consolidación y Puesta en Valor del Convento, que se está realizando en colaboración con la Junta de Castilla y León, siendo éste un buen ejemplo de colaboración público-privada, entre la Consejería de Cultura y la Fundación propietaria del Convento.
En este sentido, la participación de la Delegación Territorial de Segovia de la Junta, ha sido también clave a la hora de coordinar a las diferentes Administraciones implicadas. Se recuerda que el Convento de la Hoz está enclavado dentro del Parque Natural de las Hoces del Duratón y fue declarado Bien de Interés Cultural por la Junta de Castilla y León, en 2012.
Se trata de un conjunto de gran belleza, situado en uno de los meandros del cañón, donde se encuentran los restos del Convento -que datan del siglo XIII- perteneciente a la Orden Franciscana, habiendo sido visitado con frecuencia por la Reina Isabel la Católica, que contaba incluso con una estancia de la que se conservan algunos restos.
Para poder a llevar adelante los trabajos, y dadas las grandes dificultades de acceso al enclave, por estar inundado la mayor parte del año por el embalse de Burgomillodo, ha sido fundamental la ayuda prestada por la Asociación de Amigos del Convento de la Hoz, con sede en Sebúlcor, así como de su Ayuntamiento.
También se ha contado con la colaboración de la empresa hidroeléctrica Naturgy SA, a la hora de reducir temporalmente el nivel del pantano para permitir el acceso por tierra.