Iglesia de Villacastín. / Jose Antonio Santos

Villacastín es una localidad segoviana ubicada en un lugar absolutamente estratégico entre las provincias de Segovia, Ávila y Madrid. Sus habitantes se dedican a la agricultura y a diferentes labores relacionadas con el sector de la construcción aunque la actividad industrial relacionada con el sector alimentario, principalmente el cárnico y el avícola, aportan un buen número de puestos de trabajo en la zona donde están asentadas.

El Grupo COPESE, que comenzó su historia hace 40 años, siendo una pequeña fábrica de piensos, hoy controla casi al 100% todo el proceso de producción. COPESE abrió Hola Food, en el centro cárnico de Villacastín en el año 2019. Hola Food, integra una sala de sacrificio y salas de despiece del grupo que, a pleno rendimiento, pueden procesar 4.000 cerdos al día, convirtiéndose en un factor fundamental en la economía de la localidad.

Avícola Velasco S.L. es otra empresa fundamental en Villacastín, donde se implantó en el año 1995. Su historia comenzó hace más de medio siglo en El Escorial, Madrid. Posee instalaciones muy modernas con el objetivo de producir huevos de calidad en cantidades importantes (alrededor de 50 mil docenas diarias de las 60 mil gallinas productoras que se encuentran en la planta) y el 5% de sus producción se destina a exportación. La empresa Avícola Velasco ha conseguido diversos e importantes premios como el José María Antona y Cecale de Oro 2018.

También, dentro del sector alimentario, recientemente se ha instalado en Villacastín la empresa de loncheados “Lonypack”, especializada en trabajos de preparación, porcionado, loncheado y embasado, que se apoya en las nuevas tecnologías informatizadas.

Cuando hablamos de Villacastín, nos referimos a una localidad con una importante población de 1500 habitantes censados, una población “que ni sube ni baja, llevamos así desde hace dos o tres años, los que se empadronan por los que fallecen…”, ha comentado su alcalde. Una localidad cuya historia ha sido brillante como se observa en el gran tamaño de su iglesia.

La procedencia del nombre de Villacastín tiene diferentes teorías aunque los principales estudios consideran que podría venir de “castil” o “castin”… castillo, fortaleza, campamento fortificado, villa castilla… Los dos castillos que aparecen en su escudo pueden referirse a la defensa que realizó Villacastín a la corona y al reino de Villacastín.

Durante la Edad Media su población aumentó de modo muy importante. Hasta tal punto fue importante esta localidad que entre los años 1418 y 1445, María de Aragón, reina de Castilla por estar casada con el rey Juan II, vivió unos años en Villacastín hasta su muerte en la villa el día 18 de febrero. Su hijo Enrique IV, heredó el trono castellano y durante su reinado congregó en Villacastín a los procuradores de la Hermandad General del Reino en la conocida Junta de Villacastín, con la intención de crear una institución nacional para combatir el crimen. Al morir el rey, estas leyes no entraron en vigor pero los Reyes Católicos siguieron este camino y crearon la Santa Hermandad Nueva.

Otros datos que nos acercan a su densa historia son: el 28 de marzo de 1627, Villacastín pasó a ser independiente y, el 24 de diciembre de 1808, Napoleón quedó atrapado por la nieve en la villa.

PATRIMONIO

Una localidad como Villacastín cuenta con su propia historia y con un importante patrimonio que la refleja como su iglesia de San Sebastián, que en su día fue bautizada por el Marqués de Lozoya como “la Catedral de la Sierra” por su enorme tamaño. Este templo es Monumento Nacional desde 1944.

Se construyó sobre los restos de una antigua iglesia románica de la que queda el trazado del cementerio y una pila bautismal de granito y, según una inscripción en un muro exterior, las obras comenzaron en el año 1529 y, la dirección de los planos y el proyecto, le correspondió al maestro Rodrigo Gil de Hontañón, responsable también de la construcción de la Catedral de Segovia.

Sobre esta circunstancia, se observan diversas similitudes entre ambas construcciones o catedrales como, por ejemplo, su cabecera, en ambos casos trapezoidal. La iglesia de San Sebastián destaca por su estilo gótico que se refleja en diferentes elementos y por su magnífico retablo.

Otro elemento del patrimonio de Villacastín es el Convento de Santa Clara, construido en el siglo XVII. Residieron en él monjas franciscanas (actualmente son nueve religiosas) y los benefactores fueron don Juan de Pedraza y los condes de Molina Herrera. El convento se encuentra en una situación inmejorable. La iglesia sigue abierta al culto y está presidida por un retablo en el que se pueden ver pinturas que muestran a Santa Clara y a San Francisco de Asís. En el exterior, en la entrada, encontramos una imagen de Santa Clara con escudos nobiliarios a sus lados.

Otro edificio importante es la ermita de Nuestra Señora del Carrascal, dedicada a la patrona de Villacastín. Fue construida en el siglo XVII y posee unas hermosas pinturas en el techo de la capilla de los cinco misterios. Se construyó en la parte superior de una ladera y para acceder a ella, se utiliza un camino flanqueado por árboles. En esta ermita, a mitad de mayo, se celebra su fiesta grande, el día de la Ascensión. Ese día los fieles rinden culto a su patrona.

La ermita del Corpus Christi: Esta ermita tenía tres naves y una capilla que hoy conserva un importante artesonado. En el año 1915 se retiró la cubierta y solo quedó útil para el culto la parte delantera.

La ermita de la Santa Vera Cruz: Construida entre los siglos XV y XVI, es un edificio largo y espacioso. Su cabecera está ocupada por la capilla ayor. Las naves laterales muestran los altares de San Juan y Nuestra Señora. Esta ermita es utilizada, de manera habitual, como “albergue” de los pasos de Semana Santa.

Ermita de Nuestra Señora de la Caridad y Rosario, con una construcción sencilla y una bonita espadaña que alberga la campana que repica en momentos especiales. Su altar está orientado a poniente y tiene un retablo policromado. La imagen oficial de esta ermita es una talla de la Virgen con el Niño en brazos y un rosario en la mano.

Ermita de los Esclavos, cuyo nombre real es ermita de la Esclavitud del Santísimo Sacramento, sede de la cofradía que lleva su nombre. Su fundación, en el siglo XVII, tuvo dos fines principales: El culto al Santísimo y un fin caritativo en relación a los difuntos y a la atención de enfermos de su cofradía. Esta es una de las cofradías más antiguas y se conoce popularmente como “los Esclavos”, tal y como se refleja en su emblema formado por una ese mayúscula y un clavo entrelazados, es decir, “es clavo”.

Entre las características principales de esta singular Cofradía encontramos normas como que sus miembros solo pueden ser hombres y solo pueden ser 33. Son muchas sus actividades incluso hoy en el siglo XXI, como la ayuda a los cofrades enfermos y la presencia de estos en los entierros de los hermanos fallecidos portando hachas de cera.

Esta ermita se encuentra en pleno casco urbano de la villa y se reconoce por la campana que preside su fachada. Sobre la puerta, grabado, se puede ver el símbolo de la cofradía.
La fuente de San Juan es una de las 22 fuentes que llegaron a existir en su término. La de San Juan destaca por su singularidad. Se compone de cuatro paredes de sillares excavadas en el terreno y en una de ellas tres arcos de medio punto por los que salía el agua para abastecimiento de animales o uso doméstico.

Puente de las Merinas: Ubicado en Campo Azálvaro, lugar de paso de rebaños trashumantes. Este puente salva el río Voltoya.

Para completar el patrimonio de Villacastín se deben recordar rincones como la Casa de la Familia de la Torre, el Palacio de los Madrazo, el Palacio de los Condes de Alba Real, la Fuente de Los Caños, Casa de los Pérez de la Concha, la Casa de Esquileo de Don Diego López de Perella (en ruina), los lavaderos de lana conocido como “las Balsas”.

FIESTAS

El calendario festivo de Villacastín comienza en las fiestas patronales el penúltimo domingo del mes de agosto, cuando se celebra San Sebastián Mártir. Esta fiesta comienza el día anterior y se prolonga toda una semana.

El día de La Ascensión, en mayo, se celebra la romería de la Virgen del Carrascal, patrona de la Villa y el 20 de enero la festividad de San Sebastián, patrón de Villacastín.

Junto a las fiestas patronales el municipio celebra algunas fiestas organizadas por las cofradías como el 5 de febrero, Santa Águeda o el 19 de marzo, San José.

Para terminar, el 25 de julio, festividad de Santiago el Mayor, se celebra la fiesta de La Juventud o de los Quintos.

VILLACASTÍN HOY

Su alcalde, desde las últimas elecciones municipales de 2019 es Julio César Sánchez Jiménez (PP) quien comenta que en la localidad podemos encontrar hospederías rurales, dos hoteles, varias casas rurales y apartamentos turísticos. También hay hospederías con capacidad para 30 personas o más. Desde que ha desaparecido el estado de alarma, el turismo rural en Villacastín ha cogido tanto auge que los fines de semana, sus casas y alojamientos rurales, están completos hasta septiembre.

En cuanto a las obras a realizar en los próximos meses, el Ayuntamiento tiene previsto realizar el cambio de alcantarillado y abastecimiento de agua de dos calles del municipio y un polideportivo del que ya tienen el proyecto desde el año pasado. Sus obras comenzarán en el próximo mes de septiembre.

LA RECETA

Esta semana ha sido Gema Marugán, vecina de Villacastín, la encargada de aportar su receta. Un plato tradicional y conocido por todos pero, que también puede contar con variaciones interesantes: Patatas a la Importancia.

Ingredientes para 4 personas: 1 kg de patatas, media cebolla, un diente de ajo, una pastilla de caldo concentrado, huevo, harina, azafrán, laurel, perejil y sal.

Modo de prepararlo: La patatas se pelan y se cortan en rodajas de un centímetro de grosor, se pon sal. Se rebozan en harina y huevo y se fríen.
En el mismo aceite, se pocha la media cebolla y se añade el ajo majado en un mortero junto al perejil. Cuando la cebolla esté en su punto, se añaden las patatas rebozadas, un par de hojas de laurel y unas hebras de azafrán. Se cubren las patatas con agua, se añade una pastilla de caldo y se deja que cueza hasta que las patatas estén bien cocidas.
Se puede añadir al guiso huevo cocido cortado en rodajas y, se sirve caliente, con perejil espolvoreado por encima.