Ocho años han pasado de aquel 9 de julio. Desde entonces el recuerdo a la figura del torero Víctor Barrio pervive muy presente en Sepúlveda, Grajera y el resto de la provincia de Segovia. Un diestro que dejó una importante herencia a la base, la promoción y la divulgación de la Tauromaquia, pese a entregar su vida al toro demasiado joven. Carismático. Honrado. Con un aura especial. Una persona agradable; un torero arrollador. Muy cercano y agradecido con su gente, Barrio regresó este viernes a Sepúlveda, la villa -materna- que lo vio crecer taurinamente hablando. Un emotivo encuentro que quedó escenificado tan bien como ya adelantara su amigo y pintor Mario Pastor a través de la obra que anunciaba dicho acto. Sempiterno.
El cariño dispensado en vida por el torero se materializó con un homenaje en la calle Alfonso VI del municipio, dentro de las fiestas de los Santos Toros, que reunió a familiares, amigos y numerosos aficionados para presentar y descubrir una estatua realizada con mimo por el escultor sepulvedano Juan Emilio Cristóbal, que le ha llevado casi dos años de trabajo. En este punto de la villa queda anclada una obra de la fina figura del diestro segoviano de dos metros de altura, hecha en bronce y modelada en arcilla. Alzada con un soporte de sujeción, lleva una peana de piedra rosa característica de la localidad donde reza una de las frases que acuñó Barrio y que ha trascendido entre los estamentos taurinos: “La Tauromaquia, más que defenderla, hay que enseñarla”.
El lugar elegido, tras el acuerdo entre la Fundación que lleva su nombre y el Ayuntamiento de Sepúlveda, no es casualidad. Un punto por el que transcurre el encierro, que tantas veces corrió. De hecho, muchos fueron los que se acordaron de Barrio en el primer encierro de las fiestas, que se celebró apenas dos horas antes. De esta manera, se hace un guiño a los primeros pasos que dio Barrio en el mundo taurino gracias al festejo popular, al que tanto se recuerda corriendo los encierros por la vistosa y pintoresca calle Barbacana.
El acto contó con la presencia de la madre, Esther Hernanz; el padre, Joaquín Barrio; la hermana, Ruth Barrio, junto a los sobrinos, Victoria -nombre puesto en honor a Víctor- e Isaac; o la viuda del diestro, Raquel Sanz, entre otros familiares; en un encuentro abierto al público que fue moderado por la reconocida periodista y amiga del entorno Elena Salamanca. En nombre del Ayuntamiento, intervino el concejal Alonso Fernández, que reconoció el “incansable trabajo” realizado por la Fundación. “Victor Barrio vuelve a Sepúlveda y en Sepúlveda le recibimos con los brazos abiertos”, subrayó. En representación de la FVB, tomó palabra Sergio Miguel para explicar el motivo de la elección del lugar y el día elegido para su presentación: “Queremos que Víctor, como siempre hacía, vuelva a recibir en el inicio de la calle Barbacana a los toros que corren los encierros todas las mañanas en los Santos Toros”.
Por su parte, Juan Emilio Cristóbal dio a conocer los detalles y el proceso de la obra. Asimismo, los tres destacaron el talento artístico y cariño del pintor Mario Pastor hacia Barrio, visiblemente emocionado. Cerró el acto la madre del torero, que puso en valor el esfuerzo de los integrantes de la Fundación, “la cuadrilla” como mencionó, y recalcó: “Espero que genere la misma curiosidad que la que él generaba con este arte”.
LAS DONACIONES
Los primeros en hacer una donación con esta finalidad a la Fundación ‘Víctor Barrio’ (FVB) fueron los toreros Enrique Ponce y David Mora tras torear en Cantalejo (2016). Asimismo, se sucedieron las de Alberto López Simón, la Asociación Toro Mundial de Guadalajara o la de Miguel Ángel Perera, que entregó a la Fundación la retribución correspondiente a su participación en el festival taurino de carácter benéfico que se celebró en la plaza de toros de Las Ventas de Madrid el 2 de mayo de 2021.
La generosidad de los toreros y ganaderos que actuaron altruistamente en los memoriales taurinos que se celebraron entre 2017 y 2019 en honor a Barrio también ha hecho posible la continuidad de la actividad de la FVB y, por tanto, esta estatua. Es el caso del Ayuntamiento de Villaseca de la Sagra (Toledo), de las ganaderías de Jandilla, Montealto, Conde de Mayalde, Domingo Hernández y Los Candiles, así como de los matadores de toros Diego Urdiales, Eugenio de Mora, Manuel Escribano y Álvaro Lorenzo, de los novilleros Eusebio Fernández, Carlos Ochoa y Marcos Pérez y de sus cuadrillas: Víctor García, Juan C. Tirado, Manuel Burgos, Rubén Urdiales y Juan J. Urdiales (Diego Urdiales); José l. Pérez, Pedro J. Cebadera, Miguel Novoa, Juan C. Martín y Raúl López (Eugenio de Mora); Abraham y José M. Neiro, Juan Francisco Peña, David Santos, José León (Manuel Escribano); Rafael González Amigo (Álvaro Lorenzo); Roberto Martín ‘Jarocho’, Rubén Sánchez, José López y César Arribas (Eusebio Fernández); Raúl Ruiz, Víctor Cañas, Simón Rodríguez y Guillermo López (Carlos Ochoa, 2017); Andrés Revuelta, Víctor Cañas, Simón Rodríguez y Raúl la Fe (Carlos Ochoa, 2018).