Un cerdo atacado por los canes en Santiuste.
Un cerdo atacado por los canes en Santiuste.

Numerosos perros, en apariencia rabiosos y descontrolados, siembran el terror estos días en el término municipal de Santiuste de Pedraza. “Es una situación que lleva vigente varios años”, protestan varios vecinos, que, además de a los perros, hacen referencia a reses, cerdos, ovejas y demás ganado que campa a sus anchas por calles y caminos.

En principio, no hay nadie que responda del feroz comportamiento de unos canes que, como se ve en las fotos, persiguen a los otros animales, les propinan varias dentelladas y, en ocasiones, no dejan de ellos más que los restos. Como es natural, muchos de los afectados por la situación no se atreven a dejar que sus hijos se paseen a solas por el pueblo ni por su entorno.

“No hay salida de casa en la que no tengamos que echar mano de palos o de piedras”, explican, “por si acaso aparecieran y tuviéramos que ahuyentarlos”. A día de hoy, no se ha registrado ningún ataque hacia los habitantes o los visitantes , pero, según algunos testimonios, no han sido pocas las ocasiones en las que un vecino ha tenido que defenderse de la amenaza de los perros. A juzgar por su comportamiento, parecen estar acostumbrados a cazar y a atacar en manada a animales mucho más grandes que ellos.

Algunas voces de la localidad se preguntan si “tiene que ocurrir algo gordo para que las autoridades se decidan a intervenir”. Aunque han contactado con el Seprona, la división de defensa de la naturaleza de la Guardia Civil, no se ha producido todavía ninguna intervención por parte de los agentes ni de otras fuerzas de seguridad para aplacar a los perros. Según cuentan algunos de los vecinos que se decidieron a denunciar, el Seprona contestó que “es un comportamiento natural de los canes” o, en otra ocasión, que “no se podía hacer nada si no se conoce quién es el dueño».

Desde el pueblo, unos afectados relatan que, a causa de los perros y del resto de los animales, el pueblo “es un verdadero estercolero”. “Salimos a menudo a pasear por los municipios de los alrededores y en ninguno de ellos se vive una situación ni remotamente similar” explican. A los restos de los animales se une la presencia de maquinaria abandonada en diversos puntos del pueblo. “En la plaza, hay una máquina con pinchos y oxidada”, relata una de las afectadas, “y cuando mi hijo juega allí, tengo que estar todo el rato pendiente de que no se acerque a ella”.

Los vecinos, hartos de la situación, han decidido tomar cartas en el asunto ante la inacción de la Guardia Civil y del Ayuntamiento. “Esto tiene que cambiar por la seguridad de todos y, en especial, por la de los niños, denuncian, apenados».