Una campaña que pretende visibilizar las potencialidades de nuestra provincia

Fuentemizarra, localidad de Campo de San Pedro.
Fuentemizarra, localidad de Campo de San Pedro.

La campaña institucional ‘Nuestros pueblos, nuestra fortaleza’ vuelve a poner el foco en las historias de seis protagonistas que han elegido vivir en un pueblo demostrando “la capacidad de reinventarse que tienen nuestros vecinos y, sobre todo, la cantidad de posibilidades que ofrece nuestra provincia, sin que a veces nos demos cuenta”, asegura el presidente de la Diputación de Segovia, Miguel Ángel de Vicente.

Si en anteriores ocasiones, la institución provincial unía a su lema, un deseo, asegurando que “volveremos a hacer historia”, esta vez se ha desterrado este concepto porque, en palabras del presidente, “este año, ya sin mascarillas y casi sin miedos, estamos convencidos de que nuestra provincia, ya ha hecho historia en estos años tan difíciles, pero que nos han enseñado tanto”.

La Diputación de Segovia quiere mostrar con esta campaña que en nuestra provincia hay futuro y muchas posibilidades, aunque sea desde el rincón más pequeño y desconocido. Este es el caso de Natalia y Ronaldo que, después de vivir en el centro de Madrid y dar la vuelta al mundo durante 14 meses, no sólo encontraron en Fuentemizarra su inspiración para escribir, sino también el mejor lugar para que sus hijos Leo y Nilo crezcan felices. De Vicente ha bromeado diciendo que “tal vez hoy, ayudemos a muchos, a colocar este pequeño pueblo de nuestra provincia en el mapa”. De Fuentemizarra a Castrillo de Sepúlveda, esta campaña nos lleva a descubrir la felicidad que Nuria y Otero han encontrado al volver a su pueblo para fundar Territorio Rampinge, una empresa con la que han ayudado a descubrir los beneficios de la marcha nórdica a muchos habitantes de la comarca nordeste.

Según ha continuado explicando el presidente “si algo caracteriza nuestra tierra, es el contacto continuo con la naturaleza”. Precisamente a ella quiso volver de los protagonistas de esta campaña, Antonio, brigadista forestal que desempeña una labor tan dura, como gratificante, y que forma parte de las cuadrillas de la Diputación de Segovia en El Espinar. Si Antonio volvió a su pueblo, Ana se quedó en San Cristóbal de Segovia para fundar Amapola, una línea de cosmética natural que ahora tiene proyección internacional, “convirtiendo lo que antaño fue un pajar, en un edificio sostenible”.