El ajo blanco de Vallelado, uno de los productos autóctonos de la provincia de Segovia, se ha enfrentado durante la pasada pandemia y situación de confinamiento a una situación extraña. Algunos ven en ello una oportunidad de promoción. La alta demanda interna y externa de ajos españoles que supuso el cierre de los mercados con China por la crisis del elevó los precios de forma notable el pasado invierno.
Sin embargo no es el precio en Lonja lo que más anima a los productores. Su intención es que se pueda conocer mejor el ajo autóctono y sobre todo la calidad que representa frente a los ajos de importación. “Ahora nos están llamando de muchos sitios porque se ha cortado la importación desde China. Es lo que más se ha notado , explicaba hace unas semanas Óscar Cuéllar, uno de los productores de Ajo de Vallelado. En su empresa, Proadvall, que produce y comercializa ajos en las provincias de Segovia y Valladolid, han recibido llamadas de grandes almacenes porque necesitaban abastecer a mercados que se quedaron sin stock con el cierre de las fronteras chinas como una de las formas de hacer frente a la pandemia de la Covid a comienzos de año. Esto hizo que se elevaran los precios en las lonjas, incluida la de Segovia, referente para muchas hortalizas.

Pero en estas fechas, los almacenes de aquí están ya vacíos porque estamos fuera de temporada. La campaña del ajo en Segovia suele comenzar a finales de junio, por lo que es a partir de ahora cuando empiecen a percibirse algunos beneficios, en un producto cuyo valor había ido en descenso en los últimos años, tal como señala Óscar Cuéllar.  “Si el cierre de las fronteras chinas hubiera ocurrido en el mes de julio en lugar de enero, lo habríamos notado los productores. Pero en pleno invierno y primavera los únicos que pueden haber obtenido ganancias son los grandes almacenistas, que son quienes suministran a las grandes superficies”, aclara este productor.
Este pasado invierno, ante la falta de producto desde China, la demanda llegó a España desde países que nunca habían comprado aquí, como Israel y otros países de Oriente Próximo o del Norte de África. “Ellos piden a España y son las grandes empresas las que buscan entre los pequeños almacenes o los propios productores para abastecerse”, agrega. “China exporta tanto, que a poco que baje, repercute en todo el mundo”, señala Óscar Cuéllar, quien hace una interesante reflexión: “Lo importante es que esta demanda permita que se conozca nuestro ajo, el de Vallelado, el autóctono, que es además de mucha mayor calidad”.
“Y la tendencia a la baja que estaba sufriendo ha cambiado ahora. Muchos países están pidiendo ajos a España; por eso que se nos reconozca es lo más relevante”. “Y cuando esto se normalice esperamos que se diferencie y valore la calidad. Porque aquí nos piden que hagamos los productos casi ecológicos, con residuo cero. Así es difícil competir en precio con China, donde no hay  limitaciones en fungicidas y otros productos que la UE  nos prohibió aquí hace años”.
La forma de cultivar el ajo autóctono, con métodos más naturales, hace que su imagen no sea a veces como quisiera el ama a de casa. Puede presentar alguna irregularidad o aparecer algún diente de ajo acaramelado. “A la vista, a todo el mundo le gusta el ajo chino, aunque no tiene ni una parte de sabor que el autóctono. Pero es el que está en las grandes superficies”. De ahí, la importancia de que se conozcan las características y el valor gastronómico del Ajo de Vallelado. Se trata de una importante hortaliza de alto nivel culinario. Vallelado aporta gran parte de la producción y sobre todo el nombre. Valladolid tiene una mayor superficie dedicada al ajo, que se vende también como Ajo de Vallelado, en parte porque cuenta con más zonas de regadío que la provincia de Segovia. En total, 1.636 hectáreas.

La campaña de este año presenta buenas perspectivas

La campaña del ajo en toda la región está a punto de iniciarse y las perspectivas son positivas. Entre otras cosas, la climatología no ha sido tan mala como en temporadas anteriores. Con el calor de junio comienza la recogida del ajo, que este año se puede enfrentar al problema de la falta de mano de obra.
Por otra parte no hay existencias del año pasado almacenadas y existe una gran demanda de consumo en el mercado por las razones indicadas sobre la reducción de las importaciones, aunque ha comenzado a abrirse las ventas al exterior, pero la demanda interna ha subido.
En todo caso existe todavía la incertidumbre en la evolución de precios y los posibles cambios en los mercados mundiales por la crisis de la Covid-19, que puede oscilar en distintos sentidos.
La Mesa Nacional del Ajo prevé que este año se pueda exportar un 63 % de la producción nacional, que tiene en La Mancha su principal eje, aunque de variedades distintas a las autóctonas de Castilla y León.
En toda la Comunidad de Castilla y León se han sembrado este año 1.636 hectáreas, de las que 850se encuentran en la provincia de Valladolid. En Segovia se han sembrado este año 405 hectáreas, que producirán más de 4.000 toneladas.