Estado en el que quedó una de las ovejas atacada en Castrillo. /E.A.

Tardará tiempo Manuel de la Cruz en olvidar el 14 de diciembre de 2019. Como cada mañana, este pastor de Villaseca se dirigió al paraje donde guarda sus ovejas, próximo al despoblado de Villaveses, en término de Castrillo de Sepúlveda. Antes de llegar al lugar ya se alarmó, por la cantidad de buitres leonados que sobrevolaban la zona. “Lo primero que pensé es que se trataba de un ataque de lobos”, señala. Pero no. Cuál sería su sorpresa cuando entró en el cercado de piedra, y se encontró “muchísimos buitres” dentro, y el rebaño –unos 500 animales de raza churra– prácticamente acorralado, “en un rincón”, con “las ovejas amontonadas, unas encima de otras, intentando escapar de los picotazos”. De la Cruz no daba crédito a lo que veía. “Estaban picando a las ovejas en las nalgas y en las ubres, justo donde no tienen lana”, jura el pastor, quien, con una garrota en la mano, logró hacerse paso entre los buitres, si bien reconoce que “iba temblando”, por la posibilidad de que le atacaran a él. “La verdad es que daba pánico ver tantos buitres allí”, insiste.

Según un primer balance, nueve ovejas y un cordero de ocho días han muerto en el ataque. A esa cifra hay que añadir otras siete ovejas que De la Cruz tuvo que llevar posteriormente a un corral para su curación, debido a las numerosas heridas que presentaban. El pastor llamó telefónicamente a la Guardia Civil, que se presentó en el lugar del suceso. Fueron precisamente estos agentes del Seprona quienes recomendaron a De la Cruz que diera parte a su seguro y obrara conforme a la tramitación de este tipo de expedientes. A última hora del sábado, el pastor de Villaseca no había presentado una denuncia formal por el suceso, aunque preveía realizarlo en los próximos días.

De la Cruz no tiene duda de por qué los buitres atacan a las ovejas. “Lo hacen por hambre, no hay otra explicación”, asegura. En ese sentido, el pastor se muestra muy crítico con las administraciones públicas. “Nos están echando poco a poco de los pueblos. Si quieren proteger a los animales, ¿por qué no los cuidan?”, continúa diciendo De la Cruz, quien pide “que se facilite alimento a los buitres para que no ocurran casos de este tipo”. El pastor de Villaseca ya vivió una experiencia similar “hace cinco o seis años”, cuando los buitres le mataron una oveja que estaba a punto de parir. Él no quiso dar entonces demasiada importancia a aquel suceso, pero ayer temía que a partir de ahora se produzca un rosario de ataques. “Bastantes problemas tenemos los pastores para seguir con nuestro oficio como para que ahora aparezca otro: los buitres”, concluía De la Cruz.

En los últimos meses se ha registrado un incremento del número de ataques de buitres a ganado. En agosto de este año se produjo otro ataque en la localidad segoviana de Yanguas de Eresma, con la muerte de tres corderos de unos cuatro meses de edad y una oveja y un cordero que sufrieron picotazos. En la provincia de Segovia anidan alrededor de un millar de parejas de buitre leonado, según los dos últimos censos.