Pase de pecho de José Rojo, en Santa María la Real de Nieva. / A.M.
Pase de pecho de José Rojo, en Santa María la Real de Nieva. / A.M.

A un tiempo lejano en tonos sepia recuerdan ‘Los Noques'. Una plaza añeja, con más de 150 años de historia, que no linda con la actual sociedad virtual, pero que abre sus puertas a un presente que bebe del pasado. El coso de Santa María la Real de Nieva acogió este domingo una nueva novillada con caballos, después de que el año pasado albergara el primer festejo con picadores de la era covid en la provincia, en una tarde gris: viento, lluvia y un carrusel de desatinos con la espada. Se lidió un envío de la ganadería de El Tajo y La Reina, que una vez más volvió a propiciar un buen espectáculo.

El más rodado de los novilleros fue José Rojo. El de Trujillo (Cáceres) anda por la plaza con firmeza y confianza a la vez que pisa el callejón con humildad para escuchar a los que debe y dejarse aconsejar. Rojo se encontró con un primer astado que entraba con codicia en la muleta, aunque en el primer tramo del trasteo resultó un tanto brusco al quedar dolido en banderillas y echar la cabeza arriba. El extremeño tiró del fondo de bravo del animal para sellar una serena actuación, sobre todo al natural, que terminó empañando con el uso de los aceros. Su labor fue ovacionada.

José Rojo, con el primer novillo de la tarde en Santa María la Real de Nieva. / A.M.
José Rojo, con el primer novillo de la tarde en Santa María la Real de Nieva. / A.M.

Con el segundo de su lote, otro novillo de buen juego, dejó buena imagen y firmó lo más destacada de una tarde bucólica, en la que el público pidió con insistencia una oreja pero al final no fue concedida y tuvo que dar una vuelta al ruedo.

El viento tomó parte en la primera actuación de Ángel Bustos y deslució una obra que careció de transmisión. Con tranquilidad, el novillero dejó un par de tandas notorias en la parte final de la faena ante un ejemplar manejable. Desatino con la espada, en un despropósito de suerte suprema.

Inicio de la faena de muleta de Ángel Bustos, en Santa María la Real de Nieva. / A.M.
Inicio de la faena de muleta de Ángel Bustos, en Santa María la Real de Nieva. / A.M.

Hacia el quinto de la tarde, terminó de ponerse fea con la lluvia y parte del público abandonó los tendidos. La cosa se puso cuesta arriba y sin nada de emoción en el ruedo. Faena larga de Bustos, que puso voluntad pese a que el respetable pedía que abreviara.

El más nuevo de la terna, Diego Vázquez, sorteó en primer lugar un novillo de embestidas rectas, en un trasteo en el que aire también tomó protagonismo. Los paraguas ya asomaban en los tendidos y el pantone gris terminó por difuminar la tarde. Mientras, Vázquez lidió con las asperezas que se le presentaron, con varios enganchones que impidieron que la faena tomara eco. De nuevo, un fallo a espadas.

Diego Vázquez torea al natural. / A.M.
Diego Vázquez torea al natural. / A.M.

Cerró plaza ya sin la atención de casi nadie y, aunque dejó algunos pasajes buenos, la gente tenía ya puesto el foco en que se pusiera el broche a una tarde gris.

Ficha

Plaza de de Santa María la Real de Nieva (Segovia). Un cuarto de entrada. Novillada con picadores. Novillos-toros de El Tajo (cuarto, quinto y sexto) y La Reina (primero, segundo y tercero), de buen juego.
José Rojo, ovación tras aviso y vuelta al ruedo.
Ángel Bustos, silencio y ovación.
Diego Vázquez, silencio tras aviso y silencio.

Paseillo, en la plaza de toros de Santa María la Real de Nieva. / A.M.
Paseillo, en la plaza de toros de Santa María la Real de Nieva. / A.M.