Calle que se está pavimentando en Tanarro. / E.A.
Calle que se está pavimentando en Tanarro. / E.A.

Por fin. Tanarro va a tener una calle pavimentada. Hormigonada, para más señas. Y, como no podía ser de otra manera, la noticia ha sido bienvenida por los cinco habitantes de este pequeño pueblo, dependiente de Sepúlveda, que el pasado invierno denunciaron que la única niña residente, Candela, se tiró días y días sin poder ir al colegio público debido a que el transporte escolar no podía entrar a la localidad.

El logro no ha sido nada sencillo. “Ha costado mucho”, reconoce Julio Rodríguez, que prefiere no citar todas las batallas que ha tenido que librar el pueblo para conseguirlo. La penúltima ha sido que, después de que el Ayuntamiento de Sepúlveda hubiera aprobado en pleno una partida —con una subvención de la Diputación— para pavimentar una calle en Tanarro, dedicó luego ese dinero a otra obra en la villa. Por fortuna para Tanarro, a continuación Sepúlveda impulsó la ansiada pavimentación, que inició la empresa Félix Arranz hace un par de semanas y, previsiblemente, acabará ésta o la próxima.

“La calle del Molino comunica las dos carreteras por las que se puede llegar al pueblo, así que a partir de ahora será más difícil que quedemos incomunicados”, agrega Rodríguez, quien además destaca que en la mencionada calle se encuentra el único negocio de Tanarro, una casa rural. El progreso ha llegado a Tanarro. Por fin.