Iglesia parroquial de San Vicente Mártir. / JOSE ANTONIO SANTOS

A 23 km de Segovia y a 5 km de Carbonero el Mayor, en plena Campiña Segoviana, se encuentra la localidad de Tabanera la Luenga que tiene 55 habitantes censados y poco más de 40 residiendo de manera permanente.

Patrimonio

En este pequeño pueblo segoviano nos encontramos con dos edificaciones destacables, la iglesia parroquial de San Vicente Mártir y, la ermita del Santo Cristo de la Veracruz.

La iglesia es un edificio de piedra construido entre los siglos XVII Y XVIII en el que se han realizado varias restauraciones. El templo cuenta con una torre de dos cuerpos en uno de sus laterales, el cuerpo inferior está realizado con sillares de piedra como el resto del edificio y, el superior, la zona del campanario, en ladrillo. La puerta de la Iglesia tiene un tejadillo y un arco de ladrillo de estilo barroco.

En el interior de la iglesia existe una interesante pila bautismal, varios retablos y, una talla de madera policromada que representa el Calvario con la Magdalena. Precisamente uno de los retablos de la iglesia y, el calvario del siglo XVII, estuvieron presentes en la exposición de La Edades del Hombre que se realizó en Segovia, en la Catedral, en el año 2003. Por su parte, las tablas del retablo mayor, se pintaron y colocaron entre los años 1526 y 1568 y, fueron realizadas por un artesano de nombre desconocido. La caja del retablo y la imagen de San Vicente, son obra de Nazario Vega, en el año 1607.

Para terminar, la iglesia de Tabanera la Luenga, sufrió el desplome de una parte de la estructura del techo en el año 2017. En el momento en que se sucedió el derrumbe no había nadie en el templo y no hubo que lamentar daños personales.

La ermita del Santo Cristo de la Veracruz, es otro de los lugares destacables. Es un pequeño edificio barroco, que hoy forma parte del cementerio. En el interior se encuentra la imagen del Santo Cristo de la Vera Cruz, a la que el pueblo tiene una gran devoción.

Tabanera la Luenga, entre la tradición y el arte
Tabanera la Luenga. / JOSE ANTONIO SANTOS

También, a la hora de descubrir el patrimonio de Tabanera la Luenga, hay que referirse al parque del pueblo que como dice su alcalde «está muy bien, el Ayuntamiento se preocupa de tenerlo al día y, sobre todo en los meses de buen tiempo, en este lugar los vecinos de Tabanera la Luenga, hacen la vida».

Restauración del retablo mayor

En el año 2017, la Junta de Castilla y León restauró el retablo mayor de esta Iglesia parroquial. El retablo, un conjunto de mediados del siglo XVI, se articula en tres cuerpos y tres calles, entre las que se encuentran siete tablas policromadas y un tondo superior (una composición pictórica que está realizada en forma de disco, no rectangular como es tradicional, el término viene del italiano «rotondo», redondo), realizado con la misma técnica, atribuido al llamado «maestro de 1566».

El retablo sufría pequeños problemas de desencaje de algunas de las tablas y partes de su estructura, aunque no mostraba peligro de desplome cuando se observó la necesidad de su restauración.

Cuando se realizó la restauración se consiguió que el retablo mantuviera su imagen original, lo que es un hecho excepcional porque en muchos casos, las mazonerías o mamposterías, no son de la misma época que las tallas y tablas.

Los trabajos que se realizaron en este interesante retablo fueron la limpieza y desinfección de todas sus piezas, consolidación de estructura, se asentaron las policromías perdidas y se repusieron y completaron todos los elementos que así lo requerían. El coste de los trabajos fue de casi 19 mil euros.

Exposición ‘Las Edades del Hombre’

Estas exposiciones partieron de la iniciativa del sacerdote vallisoletano José Velicia y del escritor abulense José Jiménez Lozano, más tarde, se ejecutó por el Arzobispado de Valladolid.

Hasta ahora se han celebrado más de 20 exposiciones en el ciclo principal, a las que se añaden otras fuera de este ciclo. El total de visitantes que han pasado por las diferentes sedes de la exposición en estos años ha superado los 11 millones de personas.

Tabanera la Luenga, entre la tradición y el arte
Parque del pueblo. /JOSE ANTONIO SANTOS

Las Edades del Hombre llegaron a Segovia en el año 2003 con «El Árbol de la Vida». En ella, entre todas las obras de arte expuestas, pudimos ver el «Calvario con la Magdalena», realizado en madera policromada, de finales del siglo XVIII o principios del XIX, de autor desconocido.

Esta magnífica obra se encuentra en la Iglesia de San Vicente de Tabanera la Luenga y, sobre ella, el catálogo de aquella edición de la exposición comentaba que es un grupo escultórico italianizante porque recuerda el helenismo dieciochesco.

El Marqués de Lozoya, vinculó este Calvario, que podría proceder de la Cartuja del Paular, a la mano de Ramón Amadeu (1745-1821), un acreditado imaginero. El Cristo, tiene un «ritmo vibrante, atormentado y curvilíneo», al igual que las piezas de la Virgen y San Juan Evangelista que, «con sus ropajes al viento, dan movimiento a la escena». Por su parte, la imagen de María Magdalena, a los pies de la Cruz, hace de unión entre el resto de los componentes del grupo. En definitiva, este grupo escultórico muestra un momento de tránsito entre lo barroco y lo neoclásico.

Tabanera la Luenga hoy

Entre las fiestas que se celebran a lo largo del año en esta localidad encontramos la de San Vicente, el 24 de enero. La Virgen del Rosario, primer fin de semana de agosto, unas fiestas multitudinarias. El Santo Cristo de la Vera Cruz, una semana después de las fiestas del rosario y, Santa Bárbara, 4 de diciembre.

Por otro lado, el 9 de marzo, sábado, en Tabanera la Luenga, harán la cuarta Matanza Solidaria. Es una matanza popular que hacen para todo el pueblo. El año pasado consiguieron que la gente aportara un donativo y, con lo recaudado, las mujeres del pueblo resolvieron unos problemas que en aquellos días tenía la iglesia. Este año se pretende que el sistema sea el mismo.

Su alcalde desde 2011, Tomás de Andrés Molinera (PP), comenta que es una localidad en la que aún se dedican a la agricultura y a la ganadería pero, en la que el envejecimiento de la población hace que «jubilados, sea lo que más hay, aunque en invierno se suelen ir a la casa de los hijos». En cambio, durante el verano y durante los fines de semana la población alcanza «casi» los 200 habitantes, pues en esta localidad hay muchas segundas residencias que se utilizan durante las vacaciones y los fines de semana.

Al estar bien ubicada y comunicada, Tabanera dispone de un buen número de empresas entre las que se encuentran Miguel y María S.L., Mariano Pascual y Venta Tabanera (chorizo y jamón blanco), Martín Maquinaria, Talleres, Fábrica de Maderas, Fábrica de Piensos… Aunque el Alcalde lamenta que «el restaurante El Sexmo lo cerraron y es lo que nos ha matado porque, la gente venía y, cuando tienes un bar… La gente venía a dar una vuelta a su casa y tenía dónde comer pero ahora… aunque Carbonero está al lado» y…» de hecho, es de Carbonero el Mayor de donde llegan todos los servicios: Carnicero, pescadero…»

Entre las obras previstas para su realización durante los próximos meses, el alcalde comenta que quiere terminar de cubrir el frontón, del que ya tienen la estructura, y van avanzando en los trabajos a medida que el Ayuntamiento puede (cuando tiene presupuesto para ello). De momento han contratado la colocación de la cubierta y, en teoría, «tiene que estar resuelto antes del verano» pero ahora, lo más urgente es realizar la reparación de una calle por unos problemas que han surgido con el saneamiento.

Receta

La encargada de proponernos una nueva receta hoy es Hortensia, de 74 años, nacida y vecina de Tabanera la Luenga quien, porque la vida es así, ha tenido que ser «labradora, ganadera, hortelana… un poco de todo». Le gusta mucho la repostería y es especialista en preparar unas rosquillas que «casi he inventado yo», las Rosquillas de Naranja.

Tabanera la Luenga, entre la tradición y el arte
Hortensia, vecina del pueblo.

Ingredientes: 3 huevos, la ralladura y el zumo de una naranja, 3 cucharadas de aceite de oliva, un poquito de azúcar, un sobrecito de levadura, harina (la que sea necesario).

Modo de prepararlo: De los tres huevos, quitamos la clara de uno. La otra clara se bate a punto de nieve y se mezcla con azúcar glas para decorar más tarde las rosquillas. En un bol se ponen los huevos, la ralladura y el zumo de naranja, el azúcar, el aceite… se va añadiendo y batiendo bien. Se pone harina hasta que queda una masa suficientemente compacta, sin llegar a estar dura y, se deja reposar 1 hora.

Pasado este tiempo, se pone aceite de girasol en una sartén con buena capacidad, sin estar excesivamente caliente, y se hacen las rosquillas (se van haciendo bolas a las que se hace el agujero en el centro y, se hacen unos pequeños cortes en la masa antes de meter en la sartén), se fríen y se ponen sobre un papel de cocina para que recoja el aceite sobrante.

Cuando están todas las rosquillas preparadas, el merengue que hemos realizado con la clara y el azúcar glas, lo metemos en una bolsa, a la que hacemos un agujero para que se convierta en una «manga pastelera» y vamos decorando cada una de las rosquillas.

Hortensia, además, nos cuenta que estas rosquillas se endurecen con rapidez y, por lo tanto, conviene meterlas en una bolsa de plástico y, no hacer muchas sino, hacer las necesarias cuando se van a consumir pero, añade que, ¡están muy ricas! Nos lo creemos Hortensia.