
Durante la celebración de este homenaje en su memoria una de sus compañeras de trabajo apuntó que “la vida no se mide por la cantidad de años que se viva, sino por la intensidad y plenitud con que se vive y la huella que se deje”. Una reflexión adecuada a Rosana Marugán Gómez por su vital inquietud desde pequeña de participar y colaborar en todas aquellas actividades culturales, recreativas, tradicionales, en las que pudiera envolverse. Algo que marcó su personalidad y carácter noble de dar lo mejor de lo suyo en favor de los demás, Virtud que en todas las intervenciones del acto se reconoció, al igual de la huella imborrable que había dejado por el legado de las múltiples y variadas actividades llevadas a cabo.
Desde la Asociación Juvenil Navera, promotora del acto, en palabras de Cecilia Manso y Ana Mari Domínguez, miembros de dicha asociación, el homenaje representaba un merecido tributo “por todo lo que ella representó y fue para esta asociación a la que impulsó y defendió en momentos críticos cuando estaba a punto de desaparecer y tras asumir la presidencia transformarla y dinamizarla en lo que continuamos siendo hasta ahora en cultura, popular y viajera”.
Un aire nuevo que impulsó en estrecha colaboración junto a su tío el folklorista Manuel Gómez ‘Manolo’, quien también cruzó la linean del tiempo hace unos años. Acto que para las componentes de la Asociación Juvenil Navera se mezclaron sentimientos encontrados al ver en las imágenes proyectadas su eterna sonrisa, su aptitud valiente y alegre ante la vida, pero por otro lado la tristeza por la gran ausencia que dejó entre todos que la conocieron y trataron.
De vida y memoria
La proyección de un video sobre su vida sirvió de enlace para que Diana Luquero, coordinadora del homenaje y vinculada familiarmente a Rosana, enunciara todas aquellas virtudes y cualidades que la rodearon, como el empeño en recuperar el singular paloteo de Nava con la creación de un grupo, su participación en la danza andaluza bailando sevillanas en las romerías locales y de Sevilla y su capacidad para meterse en cualquier sarao que promoviera cultura y tradición. Además de un currículum académico, diplomada en turismo y licenciada en historia, que la llevaron a ser guía del Palacio de Riofrío y a realizar dos trabajos de investigación que culminaron con la publicación de los libros, ‘Historia de Santiuste de San Juan Bautista’ dedicado a esta localidad donde forjó su hogar y familia, y el otro dedicado a la historia del Barrio de Portugal, del pueblo de Nava de la Asunción al que pertenecía familiarmente.
Con la actuación de su grupo de paloteo, de sevillanas, de dulzaina y tamboril, se sumaban al acto los honores hacia una compañera querida y valorada. Al igual que lo manifestaron con voz quebrada por la emoción sus compañeras de trabajo Marta, Guadalupe y Vidal y sus amigas-os de quinta. Reconocimientos al que también se unía el alcalde de Nava Juan José Maroto y la Banda de Música de Nava. Todo ello dentro de una carga emotiva que sus padres Balta y Margarita y su hermano Enrique soportaron apoyados en el honor de sentirse orgullosos por los reconocimientos recibidos.