Pase de pecho del novillero Jesús de la Calzada al tercer novillo de Dolores Aguirre lidiado en el coso de Riaza. / A.M.
Pase de pecho del novillero Jesús de la Calzada al tercer novillo de Dolores Aguirre lidiado en el coso de Riaza. / A.M.

La novillada de Dolores Aguirre lidiada este viernes en Riaza, bien presentada y que aguantó el castigo en varas -en ocasiones excesivo y mal planteado-, fue un termómetro para los jóvenes espadas. Dura para meterla en el picador, pero con ejemplares de interés si caen en manos más experimentadas o simplemente en unas manos de querer ganar la partida. Unas complicaciones que de un tiempo a esta parte la mayoría de los novilleros rehuyen -también por el lógico y corto bagaje que tienen- y no quieren ver. Exigencia ciega. De hecho, el que más ganas mostró y más dispuesto estuvo, Jesús de la Calzada, y que llegó incluso a pasear dos orejas para salir por la Puerta Grande del coso riazano tuvo en suerte un lote severo, pero que prometía emoción y se quedó sin apenas ver. Prácticamente una incógnita. Dos animales para haber toreado largo y ligado, y haber puesto en valor una casta y una bravura que quedó casi en secreto. Completaron la terna German Vidal ‘El Melli’, que anduvo inteligente con el primer de su lote y cortó una oreja, y Fabio Jiménez, que no terminó de acoplarse y pasó apuros con los aceros.

El primero, alto y largo, tras no ver un capote, derribó a los dos caballos en un grotesco tercio de varas. Dejó al descubierto y en peligro a uno de los picadores, y entró hasta en tres ocasiones al peto, pero siguió muy orientado. No perdía detalle de los movimientos en el callejón y derrotaba en los burladeros. Novillo duro, que en la muleta embistió con raza. El Melli dejó una aseada y firme actuación. Inteligente, sin alardes, y con pases por alto para no verse de frente con la cara del animal cuando reponía. Remató de una eficaz estocada y paseó la primera oreja de la tarde. El astado fue aplaudido en el arrastre.

Pase de pecho de German Vidal 'El Melli'. / A.M.
Pase de pecho de German Vidal ‘El Melli’. / A.M.

El segundo de su lote fue acucharado, fuerte y serio de expresión, y levantó los aplausos del respetable en la salida de chiqueros. Sin embargo, tuvo que ser devuelto tras quedar adolecido en en varas. Salió en su lugar un sobrero de Torrenueva, algo más basto, bizco y aparentemente sin tocar. Se dejó en los engaños de El Melli, pero pasaba sin humillar y se venía recto hacia al novillero. Faltó emoción y contenido en la actuación, aunque la efectividad con la que metió la mano para dejar la espada hizo que el público sacara algún pañuelo pero finalmente saludó una ovación.

Natural de Fabio Jiménez. / A.M.
Natural de Fabio Jiménez. / A.M.

Reunido de cuerna, más corto de manos, con cuello y morrillo fue el encastado segundo. Agarrado al piso, ni el novillero ni la cuadrilla quisieron verlo. Los dos picadores, como si fueran miembros de la Guardia Real. Con la vara preparada en todo lo alto como si velaran armas con el único propósito de desgastar ipso facto al ejemplar de Aguirre. La sonora pitada se escuchó en sus casas. Riaza ya estaba caliente y cualquier voluntad del novillero resultó prácticamente sórdida. Jiménez tiró de técnica para maniobrar algún pase con estética ante el punto de genio que dispensó el burel en cada muletazo donde se quedaba corto. Finalizó de media atravesada, en una labor que fue silenciada.

Otro novillo bien presentado fue el quinto, que si en principio fue mal picado después acabó masacrado en el otro caballo. Un ‘pinball’ de puyazos. Después de esta lamentable imagen, el astado se puso -lógicamente- complicado y Jiménez abrevió. A espadas, le esperaba el quinario no quiso pasar con la muleta y tardó en caer.

Con otra disposición tomó parte De la Calzada. Lance capotero de entrega a un astado bonito, bien proporcionado y con las puntas por delante. En banderillas, Jaime Bermejo dejó dos meritorios pares, de mucha exposición. El inicio de la faena de muleta fue de novillo bravo y con casta. Con motor como demostró en las dos primeras tandas por el pitón derecho, aunque De la Calzada se percató de la sexta marcha que metía el animal y prefirió reducir su exigencia y pegar pases de uno en uno. Se cambió incluso al izquierdo, por el que iba más parado; privando así al público de un emocionante trasteo. Tras escuchar dos avisos, tanto el espada como el astado fueron ovacionados.

El banderillero Jaime Bermejo saluda tras parear al tercero. / A.M.
El banderillero Jaime Bermejo saluda tras parear al tercero. / A.M.

Cerró plaza otro utrero de seria lámina, que una vez más volvió a ser mal picado. Al igual que en el primero de su lote, el salmantino derrochó ganas con el capote y con la muleta se encontró con un buen novillo, de nota, que metió la cara con clase y humilló. De nuevo, pedía más ligazón y tirar de él. Aun así, estuvo más solvente, aunque anduvo un tanto descentrado en el manejo de los tiempos. Completó la actuación de un espadazo que propició que el público pidiera las dos orejas, que fueron concedidas.

Jesús de la Calzada sale en hombros de la plaza de toros de Riaza. / A.M.
Jesús de la Calzada sale en hombros de la plaza de toros de Riaza. / A.M.

Ficha

Plaza de toros de Riaza. Quinto festejo de la Feria de la Virgen del Manto y Hontanares. Alrededor de tres cuartos de entrada. Novillos-toros de Dolores Aguirre y un sobrero de Torrenueva (cuarto bis), de presentación por encima de lo habitual en una plaza portátil y de comportamiento exigente.
Germán Vidal ‘El Melli’, oreja y ovación.
Fabio Jiménez, silencio y pitos.
Jesús de la Calzada, ovación (dos avisos) y dos orejas.
Se desmonteró Jaime Bermejo tras parear al tercero.


LA DE VALDELLÁN, A LAS 18.00

En la jornada del sábado, 16 de septiembre, tiene lugar el último encierro a las 11.30 horas con los toros de la ganadería leonesa de Valdellán, que serán lidiados por la tarde por Adrián de Torres, Ángel Sánchez e Isaac Fonseca. La corrida con la que se cierra la feria comienza a las 18.00, en vez del horario habitual de las 17.30, al ser retransmitida por las cámaras de TeleMadrid.