Paseíllo en la plaza de toros de Riaza, con el edificio y el balcón del Ayuntamiento de la villa como Presidencia de los festejos. / A.M.
Paseíllo en la plaza de toros de Riaza, con el edificio y el balcón del Ayuntamiento de la villa como Presidencia de los festejos. / A.M.

Riaza es de los pocos pueblos segovianos que guarda en el epicentro de su villa su plaza de toros. Sobre un ruedo que se mantiene en el centro del municipio a lo largo de todo el año se levantan los tendidos que juegan de forma arquitectónica con la fachada del edificio del Ayuntamiento y su porticada plaza Mayor. Un coso hecho a medida y especialmente para este enclave que se arma y desmonta cada verano para sus fiestas de la Virgen del Manto y Hontanares, que se celebran en septiembre. Una joya castellana que se mantiene arraigada en la villa gracias a la admiración y al respeto que tienen los vecinos por el toro. Un sentimiento de pertenencia que es todo un legado cultural para las generaciones actuales, que defienden además la tradición de los festejos taurinos a través de asociaciones como la Peña Taurina de Riaza, ‘El Toro de los Mozos’, que promueve la suelta de varios ejemplares para el disfrute de los más valientes destacando sobre todo por la selección de uno de los astados, o ‘El Rasero’, encargada de gestionar las localidades de la becerrada local. Una variada oferta de espectáculos, que en los últimos años se ha llevado a cabo por medio de la autogestión del Ayuntamiento, que va desde la celebración de corridas de toros, pasando por festejos de rejones, a sus tradicionales encierros y capeas.

El rejoneador Andrés Romero, bajo la lluvia en Riaza. / A.M.
El rejoneador Andrés Romero, bajo la lluvia en Riaza. / A.M.

Unos encierros que cuentan con la declaración de ‘Espectáculos Taurinos Tradicionales’ de Castilla y León tras su solicitud que quedó registrada el 11 de agosto de 2008 en la Delegación Territorial de la Junta en Segovia. Con fecha de 17 de abril de 2009, y después de varios requerimientos para completar la documentación exigida por la normativa citada, la Delegación Territorial consideró que la documentación presentada reunió los requisitos establecidos en la normativa vigente y emitió informe favorable en el sentido de “Efectuar la declaración de Espectáculo Taurino Tradicional de los festejos denominados ‘Encierros y Toro de los Mozos’ solicitada por el Ayuntamiento de Riaza”, que fue completado con informe favorable de 9 de junio de 2009. Una vez declarado, pasó a inscribirse en el Registro de espectáculos Taurinos Tradicionales de Castilla y León, regulado por Orden de 15 de septiembre de 1999 de la Consejería de Presidencia y Administración Territorial.

Encierro con toros de Valdellán. / A.M.
Encierro con toros de Valdellán. / A.M.

INAUGURACIÓN (1994)

Un paso más que refrendó la apuesta de Riaza por los toros que se cimienta sobre los festejos populares. De las capeas y las sueltas de reses se construye un sentido encaminado a mejorar sus tradiciones: como el cambio hace unos años del sentido de sus encierros, con salida ahora desde los corrales de El Rasero hasta la curva de Los Robles, la celebración habitual ya de su encierro nocturno de los domingos o el esfuerzo por presentar unos carteles del atractivo del aficionado más exigente. Todo ello en un escenario único que antes se construía con maderos y que llegó a ver anunciado a diestros como Victoriano de la Serna, Antonio Bienvenida, Andrés Hernando, Andrés Vázquez, Jaime Ostos, Paco Alcalde, Roberto Domínguez, Curro Vázquez, Gabriel de la Casa, José Fuentes, José Nelo ‘Morenito de Maracay’ y rejoneadores como Josechu Pérez de Mendoza, Manuel Vidrié o João Moura y que ahora se levanta sobre una rediseñada plaza con espacios accesibles que cuenta con alrededor de 2.500 localidades y con casi 30 años. El actual entablado, adaptado a la normativa vigente y a la seguridad que requiere este tipo de eventos, se inauguró el 10 de septiembre de 1994. Bajo la presidencia del por entonces alcalde Mariano García, se celebró una corrida de toros con ejemplares de la ganadería de Hermanos Molero para José Antonio Campuzano, Rafael Camino y Manuel Caballero. Según recogió el crítico de El Adelantado de Segovia Pablo Pastor, los toros para la efeméride resultaron “bajos de casta y deslucidos”; lo que impidió que el resultado del festejo fuera notorio. Tan solo Camino cortó una oreja, en una tarde en la que Campuzano llegó a escuchar incluso pitos.

LOS AÑOS DEL SERRANILLO

Las ferias de los años 90 y los primeros años de principios del siglo XXI estuvieron marcadas por la colaboración del empresario Santos Santos ‘El Serranillo’ (Burgos, 1939-Riaza, 2012), con experiencia en la gestión de varias plazas como Vitoria, Ledesma (Salamanca), El Burgo de Osma y San Esteban de Gormaz (Soria); además de otras en la provincia de Segovia como Ayllón o Sepúlveda. Con El Serranillo, el torero burgalés José Ignacio Ramos, al que apoderó durante tres lustros, pasó a ser un fijo en los carteles y llegó a convertirse en un icono del ciclo riazano. Con varios triunfos en este enclave, compartió paseíllo con compañeros como Miguel Báez ‘Litri’, Raul Gracia ‘El Tato’, Vicente Barrera, Jesús Janeiro ‘Jesulín de Ubrique’, José Ignacio Uceda Leal, José Luis Moreno, Antonio Ferrera, Óscar Higares, Luis de Pauloba, Leandro Marcos, Fernando Robleño, Serafín Marín, Iván García o el venezolano Leonardo Benítez. Además, con la instalación de este nuevo escenario, llegaron también rejoneadores de nivel como Pablo Hermoso de Mendoza, Fermín Bohórquez, César de la Fuente, Sergio Galán, Diego Ventura o Martín González Porras. En el apartado de novilleros, actuaron entre otros el francés Sebastián Castella, el burgalés Roberto Martín ‘Jarocho’ o los segovianos Rafael Matute y Javier Herrero.

Un toro de la ganadería de Barcial arremete contra las tablas del coso. / A.M.
Un toro de la ganadería de Barcial arremete contra las tablas del coso. / A.M.

CAMBIOS DE EMPRESA

Después, el torero Julio Pedro Saavedra se hizo cargo la organización de los festejos taurinos de Riaza donde llegó a actuar en tres ocasiones entre 2009 y 2011, en terna junto a Eugenio de Mora, Javier Valverde, Jesús Martínez ‘Morenito de Aranda’, Serafín Marín o Salvador Cortés. En 2010 se sustituyó la habitual novillada con picadores de los viernes de fiestas por una segunda corrida, formato que se repitió el año después. En 2012, bajo la organización de la empresa zaragozana Gestión Integral de Espectáculos Taurinos S.L, también se pusieron dos corridas, además de una novillada picada en la que hizo el paseíllo el local Eugenio Martín ‘El Mani’. En los carteles llegaron a estar incluidos espadas de nivel como César Jiménez, Curro Díaz o Saúl Jiménez Fortes, pero los dos festejos de mayor reclamo de la feria sufrieron alteraciones por problemas de gestión. Al final, a estos tres toreros, anunciados en diferentes tardes, los sustituyeron Uceda Leal, Juan Manuel Jiménez y el cuellarano Javier Herrero.

El sepulvedano Eusebio Fernández torea a la verónica en Riaza. / A.M.
El sepulvedano Eusebio Fernández torea a la verónica en Riaza. / A.M.

LOS ÚLTIMOS AÑOS

Al año siguiente, ya el Ayuntamiento optó por la autogestión; apostando por la selección del toro, un aspecto diferencial de los aficionados de Riaza que viene de décadas atrás, pues en una ocasión los mozos llegaron incluso a coger un novillo y lo subieron a la Casa Consistorial al considerar que no reunía los requisitos de presentación que exigen los vecinos para su pueblo. De 2013 destacó una corrida de importante trapío de Alberto Mateos, que fue lidiada por Alberto Aguilar, Juan Manuel Jiménez y el paisano Víctor Barrio. En 2014, repitieron tanto la ganadería como Jiménez y debutó con picadores Igor Pereira, brasileño afincado en Cantalejo, con dos orejas. Barrio volvió a Riaza en 2015 y triunfó con un encierro de Torrealba (Hermanos Revesado), junto al mexicano Joselito Adame. De esta misma divisa fue la novillada en la que Daniel Menés indultó un utrero.

El diestro francés Juan Leal, con las orejas y rabo simbólico en Riaza. / A.M.
El diestro francés Juan Leal, con las orejas y rabo simbólico en Riaza. / A.M.

En los últimos no ha sido el único animal que ha regresado al campo, pues en 2018 el francés Juan Leal hizo lo propio con ‘Cantito’ de José Escolar. Asimismo, la apuesta de Riaza por el toro le ha llevado a tener en su ruedo astados de hierros como Baltasar Ibán, Cebada Gago, La Quinta, Valdellán o Barcial; imprimiendo así una marcada seña de identidad ’torista’ a su feria. También ha depositado confianza en los novilleros de la tierra y tanto Pablo Atienza como Eusebio Fernández, que debutó precisamente en este coso en 2019, han estado presentes en el ciclo riazano.

El segoviano Pablo Atienza, con un ejemplar de Barcial (2022). / A.M.
El segoviano Pablo Atienza, con un ejemplar de Barcial (2022). / A.M.