Pedro Matarranz, presidente de La Alianza UPA-COAG

Lleva casi toda su vida trabajando para los demás. Tiene espíritu combativo y ha pasado por la política, por el deporte y por el sindicalismo agrario, donde sigue dando la batalla para dignificar el trabajo que se desarrolla en el campo.

Pedro Matarranz nació hace 57 años en Cantimpalos, localidad netamente ganadera y vinculada a la producción de embutidos. Este agricultor y ganadero forma parte de la Junta Directiva de la IGP Chorizo de Cantimpalos, una denominación reconocida internacionalmente antes de que surgiera la explosión de marcas de garantías y denominaciones de origen.

Su actividad principal es la agricultura de secano y la ganadería de porcino. Compagina su labor agraria con la ganadera a la vez que lidera la organización La Alianza, que aglutina a UPA y a COAG en Castilla y León.

Aunque en unos inicios remotos pasó por Asaja, desde 2007 Pedro Matarranz es la cara visible de La Alianza, donde dice encajar mejor su ideal de defensa del pequeño productor, y de la tradicional actividad que generaban las familias campesinas. “Hay que defender la agricultura y la ganadería familiar, que es la que siempre ha existido y la que mejor mantiene la vida en los pueblos”.

Él procede de familia de agricultores y espera que su hijo también continúe. Pero la escasa rentabilidad que en estos últimos años aporta la agricultura de secano le lleva a dudar de la conveniencia de esa continuidad familiar. “Mi hijo se está formando ahora, y eso es fundamental para cualquier actividad que quiera llevar a cabo en un futuro”, asegura.
En su actividad ganadera cuenta con una explotación de cebo en régimen de integración. Y otra de producción de cochinillos de la Marca de Garantía Cochinillo de Segovia, y que gestiona de forma autónoma. “Es más parecido a lo que siempre han hecho los ganaderos, porque la integración no deja de ser una labor más parecido a una empresa”, explica.

Pedro Matarranz también pasó por la política. De hecho fue alcalde durante la legislatura 2003-2007. Pero además ha desempeñado la labor pública otros 16 años. En total ha estado cinco legislaturas en el Ayuntamiento de Cantimpalos.

No ha sido su única dedicación social. En el mundo del deporte también ha desempeñado destacados papeles. Comenzó aficionándose con el ciclismo, disciplina de fuerte arraigo en Cantimpalos. Pero luego se pasó al baloncesto y entrenó a varios equipos femeninos. Eran los años en que el pueblo crecía y había una gran pujanza en todos los ámbitos. La buena calidad deportiva hizo que las chicas de Cantimpalos se unieran con el Unami de Segovia y algunas de ellas llegaran a jugar y disputar partidos en ligas nacionales. Guarda buenos recuerdos de aquella época de éxitos deportivos y de elevado nivel.

Pedro Matarranz da ya por sobrepasadas aquella etapa de la política municipal y de las competiciones deportivas en primera línea. Ahora disfruta “viendo las cosas desde fuera”.
En lo que continúa es en la lucha dentro del sindicalismo agrario. Defenderá el voto hacia La Alianza UPA-COAG por considar que se ajusta más a lo que él pretende que sea el modelo productivo del campo.

Está inmerso en la campaña electoral, que cuenta con un autobús informativo que está recorriendo los pueblos de la provincia para pedir el voto.

Reconoce la fuerte implantación que tienen el resto de organzaciones profesionales agrarias. Pero también de la gran variedad de modelos que tiene Segovia. A pesar de su pequeño tamaño, la provincia cuenta con muchos subsectores con intereses muy distintos.
“Aquí tenemos de todo, Segovia es muy diversa. Desde los tradicionales agricultores de secano, hasta los que se dedican al regadío, los hortofrutícolas y los que apuestan por las producciones alternativas”, explica. A nivel ganadero “ocurre lo mismo, tenemos desde cerdos, a vacuno y ovino, con granjas de conejos y explotaciones cunículas”. “Y a todos nos mueven los mismos intereses y la necesidad de defender el campo y la vida en los pequeños pueblos”, señala.

Para poner el ejemplo de la adversidad de los dos últimos años para el pequeño agricultor, hace números y recuerda que una hectárea de secano requiere 900 euros de costes. Produce de media 2.500 kilogramos de cebada que, a 300 euros, da un rendimiento de 750 euros. “Nos faltan 150 euros. Es un problema”.

Pero él defiende que los agricultores y ganaderos “somos necesarios y estratégicos”.
Por ello recuerda que desde UPA-COAG su primera reivindicación “es la defensa de la agricultura familiar, y dar vida a los pueblos; porque cada vez pierden más población, y sobre todo se hace menos atractivo para el agricultor el vivir en ellos”.

“Nos estamos jugando mucho. El futuro de los jóvenes y de toda la sociedad”, añade.
No quiere que ocurra lo que ha pasado con las explotaciones de vacuno de leche. Muchas han cerrado por falta de rentabilidad. “Ahora está subiendo los precios, pero porque hasta la industria se ha visto con el problema de que no tiene abastecimiento”. “Esto se puede trasladar al resto de sectores”. Por ello considera fundamental que se cumpla la Ley de Cadena Alimentaria “que marque precios de producción, y el agricultor o ganadero no pueda producir por debajo de coste”.

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