
El Santuario de El Henar ha sido un ir y venir de peregrinos durante un año completo al celebrar el Año Jubilar Henarense, pero la fecha señalada para toda la comarca es la de la fiesta de El Henar y su romería. Que la imagen de la Virgen haya recorrido decenas de poblaciones en su salida por la Comunidad de Villa y Tierra no ha mermado ni un ápice las ganas de los vecinos de todos los municipios por volver a ver a la Virgen en su lugar, su sede, el Santuario.
Desde primera hora de la mañana ya había actividad en el paraje, y aumentó a medida que comenzaron los actor litúrgicos. La misa de campaña se celebró en la pradera, con la imagen presidiendo esta ceremonia en lo alto de la escalinata que da a la propia pradera. Además del rector del Santuario, Carlos García Nieto, ofició esta misa el obispo de Segovia, César Franco. Ante una pradera abarrotada, su mensaje fue de fe y de reconocimiento de esa fe. Habló de la secularización, del perdón de Cristo, y del papel que ejerce el cristiano hoy en la sociedad. “No nos podemos llamar cristianos si no sabemos lo que Cristo nos pide; no somos dignos del nombre de cristianos si no cumplimos su mandato”, señaló ante la comunidad de fieles.
Mientras se celebraba la eucaristía, centenares de personas aprovechaban para coger sitio en la pradera con su utillaje de campo. La jornada de romería de El Henar es siempre una cita ineludible para las familias de toda la comarca, que acuden a comer al paraje, a pasar un domingo al abrigo de la Virgen del Henar.
Tras la eucaristía, que culminó con un aplauso, la Virgen del Henar fue colocada en las andas que la portan toda la procesión. Algunos fieles ya esperan, como cada año, a los lados de la carroza horas antes de que comience su salida. Al colocarla en lo alto, las dulzainas ya comienzan a sonar y emprende la marcha la imagen rodeada de devotos. Segundos después de colocarla también la rodearon los niños. Esta tradición, que se repite cada año hace que decenas de niños “pasen por el regazo de la Virgen”. Parece proceder de las bendiciones a la mujer “post partum”, y con los deseos de que no suceda nada malo, como explicaba el historiador Juan Carlos Llorente. Así, con los más pequeños en el regazo y con decenas de danzantes mirando a la Morenita de Castilla, se formaba una gran masa de público en torno a la imagen, como hace dos años no se formaba. La pandemia dejaba a los devotos dos años sin bailar ante su Virgen, así que este año han podido resarcirse, pues la procesión se alargó más de tres horas. Momentos clave son los de la bajada de la Virgen hasta la zona de la pradera, o su llegada a la Fuente del Cirio, lugar de su aparición. La música de las dulzainas no cesó en ningún momento hasta su llegada al pórtico.
Es en la escalinata cuando se coloca a la Virgen mirando a los miles de fieles que la han acompañado en esta procesión tan ansiada. Para concluir, esas miles de personas aunaron sus voces para entonar la Salve, y los aplausos devuelven a la Virgen del Henar a su templo hasta la próxima salida, en 2023; las peticiones y agradecimientos se sucedieron en las visitas al camarín de la Virgen, que se mantuvo abierto toda la jornada.
UN MONOLITO RECORDARÁ EL AÑO JUBILAR HENARENSE
No ha sido un año cualquiera en el Santuario de El Henar y como tal, había que recordarlo. Por eso, en esta fecha tan señalada para los fieles y con la clausura hace apenas diez días, fue el momento elegido para conmemorar ese Año Jubilar Henarense. Tras la eucaristía y misa de campaña de este domingo de romería, devotos de la Virgen la portaron a hombros y la acercaron hasta el pórtico junto a la escalinata, el que da acceso al claustro del Santuario. El obispo, el rector del Santuario y distintas personalidades se acercaron al lugar, donde un monolito esperaba ser descubierto. Fue el obispo quien lo descubrió: se trata de un monolito que conmemora la fecha del Año Jubilar Henarense, acompañado del logotipo de este periplo, todo ello realizado en una placa que se sostiene sobre un poste de piedra caliza, acorde a la estética del Santuario. De esta manera, la esencia de un año tan especial para El Henar pervive en el mismo lugar en que ha sucedido.

Además, ha sido un año de múltiples cambios en el paraje: se han realizado numerosos arreglos y se ha mejorado, en buena parte, el recinto en sí. Desde el acondicionamiento del acceso a la Fuente de Cirio -con asfaltado y barandilla-, hasta la iluminación y pasando por el arreglo de la Fuente de San Antonio, que ahora luce los nombres de todos los pueblos de la Comunidad de Villa y Tierra, estas mejoras han supuesto un impulso para el lugar. Por ello, desde el Santuario se ha querido reconocer la labor del Ayuntamiento de Cuéllar y de la Comunidad de Villa y Tierra, cuyo interés y cuyas subvenciones han logrado adecentar buena parte del lugar. El alcalde de Cuéllar y un representante de la comunidad recogieron dos obsequios de cristal que reconocen esta encomiable labor, necesaria y que desde el Santuario han querido agradecer.
Jubileo de las Henares, de los moteros, del ejército y las fuerzas y cuerpos de seguridad, de la Sanidad y la discapacidad, de los religiosos, de los conductores y de un sinfín más de colectivos han otorgado la indulgencia plenaria a miles de devotos, que continuarán acudiendo al Santuario también fuera del jubileo.