
Casi la mitad de los municipios de la provincia de Segovia se encuentran en grave riesgo de quedar despoblados en los próximos años. Así lo refleja el informe sobre el sector agroalimentario de la Comunidad elaborado a iniciativa propia por el Consejo Económico y Social de Castilla y León (CESCyL). En él se muestra cómo la Comunidad castellana y leonesa es la que cuenta con un mayor número de municipios en este régimen de “riesgo grave” de despoblamiento.
De acuerdo con las reglas tomadas por este organismo, los municipios rurales en ‘riesgo grave’ de despoblamiento son aquellos que cuentan con menos de 5.000 habitantes censados y tienen una densidad inferior a los ocho residentes por kilómetro cuadrado. Sus parámetros consideran localidades en ‘riesgo de despoblamiento’ aquellas que cuentan con un número de habitantes menor a los 20.000 y un rango de residentes por kilómetro cuadrado entre 8 y 12,5. En este grupo se encuadrarían unos 25 municipios de la provincia de Segovia.
Los índices que se tienen en cuenta a la hora de establecer estas normas pueden no ser exactos debido a que un municipio con una extensión muy amplia de término municipal, conllevará una densidad más baja. Es el caso, por ejemplo, de Santa María la Real de Nieva, que cuenta con un amplio territorio pero en él se incluyen numerosas pedanías que son las que realmente se encuentran en riesgo de quedar vacías.
Es la estructura poblacional la que condiciona el futuro de estos pueblos. En la mayoría de los pequeños núcleos no hay gente joven, lo que hace pensar en que la tendencia general será de pérdida de efectivos al ir falleciendo los actuales.
GRAVE O MODERADO
Para los autores del informe, del total nacional de municipios en este estadio, que asciende a 3.097, los existentes en Castilla y León suman 1.402, lo que supone el 45,27 por ciento del total del país. Ese porcentaje se reduce, no obstante, en lo referente a la relación entre la población que vive en esos municipios (231.009) con respecto al total nacional (739.617) y en función del territorio, ya que en Castilla y León suma 59.458 kilómetros cuadrados del total en España de 187.852. En ambos casos, el porcentaje que representa Castilla y León es ligeramente superior al 31 por ciento.
En relación a la división interna de los municipios de Castilla y León realizada por el CESCyL, si los que se encuadran en el grupo de riesgo grave de despoblación suponen el 62,36 por ciento, los de riesgo de despoblamiento moderado representan el 13,9 por ciento, sumando entre ambos parámetros más de tres cuartas partes del total de localidades de la Comunidad; en concreto un 76,25 por ciento, cuando la población que vive en estos municipios solo suma, en total, 341.996 habitantes, el 14,2 por ciento.
DOS DE CADA TRES, EN LA CIUDAD
La amplia mayoría de la población de Castilla y León, los casi dos tercios que suponen 1.533.462 personas, vive en los núcleos urbanos de la Comunidad, grupo en el que se ubican las 65 localidades que cuentan con más de 30.000 habitantes o un cantidad de residentes por kilómetro cuadrado superior a las cien personas, y que representan solo el 2,9 por ciento del número de municipios. En Segovia ocurre otro tanto: dos de cada tres segovianos viven en la capital.
La situación tan negativa para el medio rural viene provocada principalmente por el envejecimiento de la población rural de la Comunidad sin que exista relevo generacional. Así figura también en el informe del CESCyL, que a partir de datos de Eurostat, señala que solo el 12,1 por ciento de la población de Castilla y León es menor de 15 años, la segunda autonomía con menor porcentaje tan solo por delante de Asturias, que tiene cifras que generan aún más pesimismo.
Mientras, los habitantes con 65 años o más representan el 24,9 por ciento, siendo Castilla y León la segunda Comunidad más envejecida de España, tras Asturias (25,2 por ciento) e igualada con Galicia. El oeste de Castilla y León es el territorio más envejecido, dado que Zamora es la provincia que más población mayor de 65 años tiene, con un 30,2 por ciento, seguida de León (26,6 por ciento) y Salamanca (26,2 por ciento).
Ávila y Soria, con un 25,4 por ciento, también se sitúan por encima de la media autonómica, mientras que Palencia (24,8 por ciento), Burgos (23,4 por ciento), Valladolid (22,5 por ciento) y Segovia (22,3 por ciento) al menos cuentan con menos de una cuarta parte de sus habitantes con 65 años o más.
Valladolid y Segovia, en mejor posición
La estructura demográfica de Segovia, con muchas personas mayores y escasez de jóvenes condiciona el futuro de sus pueblos. En todo caso, Segovia y Valladolid son las provincias que más población menor de 15 años tienen, aunque solo con un 13,4 por ciento del total. Por detrás se sitúan Burgos (13 por ciento), Ávila y Soria (12,3 por ciento), Salamanca (11,8 por ciento), Palencia (11,3 por ciento), León (10,7 por ciento) y, Zamora presenta los peores datos al contar tan solo con 16.899 menores de 15 años, el 9,6 por ciento del total de población de la provincia.
Este patrón da como resultado, según la proyección de evolución de la población por comunidades autónomas entre los años 2019 y 2035, elaborada por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, que Castilla y León va a perder un 9,9 por ciento de su población en los próximos tres lustros si el desarrollo poblacional sigue siendo el mismo.

La oportunidad de la restauración de viviendas
Los grupos de acción local piden que los ayuntamientos puedan intervenir en casas abandonadas, y que se tenga en cuenta a la población flotante
El problema de la vivienda en el medio rural radica en su mal estado de conservación. Existen muchas abandonadas pero se la circunstancia de que se siguen levantando nuevos edificios, la mayoría para segunda residencia. Resulta más barato construir que rehabilitar.
Por ello desde los Grupos de Acción Local (GAL) piden que los ayuntamientos tengan capacidad funcional de intervenir en casas o solares abandonados y paliar el problema de la falta de vivienda además de tener en cuenta la población flotante que soportan estos territorios para redimensionar los servicios públicos en los pueblos.
La gerente de Codinse, Maria del Mar Martín, alaba la iniciativa de la Junta de Castilla y León bautizada como ‘Rehabitare’, que persigue incrementar el parque público de alquiler social y fijar población en el medio rural, a través de la recuperación de inmuebles en desuso que sean de titularidad municipal. Su finalidad prioritaria es atender las necesidades habitacionales de los colectivos de especial protección. Sin embargo son muy pocas las casas que se recuperan. “Debería contar con un presupuesto más alto para que tenga efecto en el medio rural”, apunta Mar Martín.

Una iniciativa similar lleva años desarrollándose desde Codinse, donde se han gestionado en la actual etapa del programa Leader hasta cinco casos para rehabilitar viviendas en núcleos de Ayllón, de Riaza o de Carrascal del Río. Pero en la anterior convocatoria se llegaron a acometer más de una docena de iniciativas.
En el caso de Codinse, la financiación se establece en el 80 por ciento del total del coste, frente al cien por cien que representa el programa ‘Rehabitare’ de la Junta. En todos los casos se trata de alquileres con precios tasados. Y ese espíritu es que quieren los GAL que se potencie.
PARADOJAS
María del Mar Martín recuerda que en muchos territorios rurales se da la paradoja de que hay más gente trabajando que viviendo, lo cual da idea de que las posibilidades de aumento de residentes son reales. La falta de viviendas confortables o de servicios hace que los pueblos sigan sin ser apetecibles para vivir.
En la reunión que han mantenido estos días los grupos de acción local se puso de manifiesto la necesidad de implementar más servicios de atención universales en temas de transporte, servicios sociales o personales.
Y sobre todo piden tener en cuenta el papel “fundamental” de la población que reside en los pueblos varias semanas o meses cada año para “redimensionar” los servicios públicos. “Al no estar empadronados, los municipios no reciben los recursos económicos por población ni se tienen en cuenta a la hora de diseñar servicios públicos, por lo que se podría plantear un doble empadronamiento”, expuso Milagros Alario, profesora de la UVa que ha coordinado un trabajo sobre empresas y medio rural.
El estudio constata que el espacio rural es “muy dinámico” desde el punto de vista económico, incluso en los territorios de baja densidad de población, al ser un lugar muy innovador y contar con el fuerte arraigo del empresariado local. No en vano, tras realizar entrevistas a más de 800 empresarios, se llegó a la conclusión de que los emprendedores de los pueblos están muy unidos sentimentalmente a sus lugares de origen ya que más de las tres cuartas partes apuestan por continuar en ese municipio antes de irse a una ciudad con más oportunidades.