Los Gabarreros celebran su XXV aniversario pese al mal tiempo

La localidad de El Espinar cierra una edición muy especial de su fiesta condicionada desde el primer día por las inclemencias que obligaron al Centro de Iniciativas Turísticas (CIT) y al Ayuntamiento a suspender gran cantidad de actos y eventos programados

Los gabarreros cargan la leña sobre los caballos y las mulas para realizar una exhibición.
Los gabarreros cargan la leña sobre los caballos y las mulas para realizar una exhibición.

La Fiesta de los Gabarreros de El Espinar celebraba este año su 25º aniversario con el propósito de convertirse en Fiesta de Interés Turístico Nacional, hasta ahora catalogada de Interés Turístico Regional. Desde el Centro de Iniciativa Turísticas (CIT) y desde el Ayuntamiento se han marcado este propósito con el objetivo de dar un paso más en la promoción del oficio de la gabarrería, arraigado generación tras generación en la localidad.
Por este motivo y para conmemorar la XXV edición de la fiesta, habían conformado un completo programa de actividades para dar a conocer un trabajo consistía en bajar al pueblo los troncos de los pinos que cortaban los hacheros en los montes de La Garganta para su venta.

Caballos y mulas servían de transporte para la leña y empleando hachas y sierras como herramientas de trabajo, estos hombres pasaban largas jornadas en los fríos montes. La leña que bajaban se vendía para calentar las casas del pueblo y de localidades vecinas.
Sin embargo, desde la presentación de la fiesta el pasado fin de semana en la localidad de Valladolid, las inclemencias meteorológicas han marcado el día a día obligando a retrasar y suspender gran cantidad de y actividades como el tradicional Concierto de Los Gabarreros que cada año ofrece la Banda Municipal de Música que se pospuso del sábado 2 al viernes 8.

Durante la semana, en la localidad se han celebrado eventos culturales y charlas, jornadas gastronómicas con platos tradicionales, se ha rendido un homenaje a las mujeres gabarreras y se han realizado varias exhibiciones de corta y arrastre como la que tuvo lugar para los alumnos del colegio de San Rafael. Para el pasado fin de semana estaban organizados los actos centrales, muchos de ellos suspendidos como el encendido del árbol de fuego, las charangas o la discomóvil de la noche del sábado. El viernes Antonio Martín ‘Pispajo', ciclista espinariego, fue el encargado de dar el pregón oficial de la fiesta en el que agradeció al CIT, representado por su presidente Juan Andrés Saiz Lobo, su esfuerzo por promover la cultura y las tradiciones de su municipio.

Ayer fue el día más importante y comenzó en el parque de ‘El Pinarillo'. El CIT, promotor de la fiesta, ofreció a todos los presentes un almuerzo gabarrero compuesto por patatas gorrineras, chorizo y panceta a la brasa de pino que estuvo acompañado por vino ‘piñonero'. Desde allí partió la comitiva encabezada por la Escuela de dulzainas de San Rafael, el Grupo de danzas de El Espinar, los cortadores de Los Gabarreros y de ADECOES, los Tejero con sus mulas y sus caballos.

En la Plaza de la Constitución ya esperaban los vecinos y visitantes para disfrutar de una gran exhibición de corta (vertical, en altura, de competición, etc). También se entregaron los tradicionales reconocimientos que este año recayeron sobre Benigno Rosado,nombrado

Gabarrero de Honor.

Tras los premios y reconocimientos comenzó la exhibición que vivió su momento álgido con la ascensión de Jorge Bunes hasta la copa del ‘Pino Bonito' que se encontraba instalado en la Plaza de la Constitución. Utilizando una técnica de escalada única llegó a lo más alto desde donde taló algunas ramas de la copa como se hacía antaño. Los asistentes pudieron participar en un concurso que consistía en acertar el peso exacto del árbol.
Uno de los momentos más emocionantes fue la ascensión del pequeño Alonso Bunes por el pino gabarrero hasta una altura de 20 metros, como después hizo su tío Jorge. Con la promoción de esta fiesta se pretende dar a conocer entre las generaciones más jóvenes y el ejemplo de Alonso pone de manifiesto que la tradición de los gabarreros está más viva que nunca.

El 25º aniversario de la fiesta de los Gabarreros cierra una edición muy deslucida por las inclemencias meteorológicas. La nieve del primer fin de semana, la lluvia, las bajas temperaturas y el viento han condicionado desde el principio todas las actividades organizadas. Pese a ello, todos los colectivos implicados, los representantes del CIT y del Ayuntamiento han luchado codo con codo para intentar sacar adelante cada evento pues la ilusión y las ganas puestas por todas las partes en esta efeméride eran máximas. Los gabarreros ya preparan la edición de 2025 esperando poder cumplir el sueño de ser declarada de Interés Turístico Nacional, lo que se traduciría en un gran impulso económico. Los gabarreros afilan sus hachas porque ya huele a leña.