Una pandemia y dique seco. Un año y ocho meses de puro invierno y una operación de rodilla. Parón sobre parón. En cualquier persona normal, la recuperación de una intervención de ligamentos no baja de seis meses. En el caso de un torero, los ciclos se acortan. Y más si empieza a haber movimiento de carteles después de una atípica temporada.

En esa situación se encuentra Javier Herrero (Cuéllar, 1984), que pasó por quirófano a finales del 2020 y en febrero ya estaba subido a la bicicleta para prepararse física y mentalmente con el objetivo conmemorar su décimo aniversario de alternativa, una efeméride que no pudo cumplir el pasado año por la situación sanitaria y que ‘festeja’ con un órdago: un desafío ganadero este domingo, 6 de junio, en El Espinar y su debut con la ganadería de Miura el 20 de este mes en Cuéllar.

toros javier herrero tentadero los cerros
Herrero inicia la faena de muleta con la pierna genuflexa. / A.M.

“Verme anunciado en el mes de junio dos tardes, después de tanto tiempo sin vestirme de luces, me devuelve la ilusión de esta profesión”, reconoce Herrero, que en las últimas campañas ganó sitio en el eje torista con destacadas actuaciones en el ‘Valle del Tiétar’. “Venía de torear lo que nadie quiere, con tardes importantes, y ahora espero volver a los sitios que siempre me han acogido y donde he tratado de dar lo mejor de mismo”, señala tras probarse con dos astados de Los Bayones en la finca Los Cerros, ubicada en el término de La Higuera.

El cuellarano es posiblemente el matador más pequeño del escalafón en lo que a altura se refiere y se mide a los toros más grandes. Su afán por subsistir en la profesión le lleva a fijar su camino en el peaje de las corridas duras. Los del hierro de Zahariche, a la vista: “Me propusieron la de Miura y no lo dudé. Mas allá de que sea una gesta, por la alternativa y por la ganadería que es, la realidad es que tengo que estar a la altura y demostrar que puedo entrar en el circuito”.

La alternativa

Herrero se doctoró el 3 de septiembre de 2010, en su Cuéllar natal, en una infrecuente alternativa al celebrarse en ‘mano a mano’ con Manuel Jesús ‘El Cid’ al aplazarse por la lluvia dos días antes. Cortó tres orejas y rabo a un envío de La Gloria y Garcíapedrajas.

toros javier herrero al natural
Javier Herrero, al natural en su puesta a punto para sus compromisos. / A.M.

De aniversario a padrino

Antes, el domingo, deliberará un desafío ganadero entre la portuguesa de Paulo Caetano y la pacense de Guadajira, ambas de encaste Domecq. “Son dos ganaderías que pueden permitir el triunfo. Va a ser una tarde bonita: la corrida la organiza mi amigo Rafael Ayuso y es una plaza que conozco desde novillero”, recuerda.

En la corrida de El Espinar, primera de la temporada en la provincia de Segovia, Herrero ejercerá de padrino de alternativa por primera vez en su trayectoria desde que diera el salto al escalafón superior. Lo hará para que el portugués João Diego Fera (Villafranca de Xira, 1986) pase a ser matador.

La carrera de Fera estuvo varios años parada por un problema personal y a principios de 2017 volvió a hacer campo con el objetivo de vestirse de luces y recuperar bagaje para tomar la alternativa. El día ha llegado.

Completa el cartel Curro de la Casa (Guadalajara, 1993) , que el pasado 11 de abril ya inicio campaña con dos orejas en Torija (Guadalajara) a un lote de la divisa segoviana de Marqués de Quintanar. Al finalizar la corrida, habrá un tentadero público a cargo del novillero local Curro Muñoz.