Los danzantes de Torre Val de San Pedro vuelven a ataviarse un año más para realizar las tradicionales danzas de palos, acompañados de dulzainas y tamboriles, en la Muestra Intergeneracional de Danzas y Paloteo.
Aunque las danzas de palo han podido recuperarse en una treintena de pueblos de la provincia, apenas quedan pueblos que mantengan viva la tradición de las enagüillas. En la Tierra de Pedraza, solo son cinco. Además de Torre Val de San Pedro, todavía se localizan en Arcones, Orejana, Gallegos de la Sierra y Valleruela de Pedraza. En la Tierra de Sepúlveda son menos todavía, apenas dos; San Pedro de Gaíllos y Castroserna de Abajo.
La indumentaria del danzante es una parte fundamental de la danza de palos. Los danzantes varones se visten con ‘enagüillas’, también llamadas ‘faldillas’ usadas en las danzas procesionales.
Se suelen rematar con puntillas hechas a ganchillo o bolillos o terminadas en flecos. Puede completar la indumentaria una camisa blanca de lino con detalles decorativos en la pechera y los puños, cintas y bandas que rodean el cuerpo y la cabeza delantales que cubren la parte delantera. También llevan cintas de colores, escarapelas o tocados en la cabeza. Esta singularidad es el motivo por el que resulta tan importante mantener viva la tradición, algo que los habitantes del pueblo tienen muy presente con este tipo de muestras, que trasladan un legado ancestral de padres a hijos.