La infanta Elena de Borbón visita ‘Reconciliare’ junto al alcalde

Jesús García Pastor, que guió a su Alteza Real, asegura que se fue “encantada” y que ensalzó el patrimonio de la villa en general

La visita de la Infanta Elena de Borbón pasó bastante desapercibida el pasado sábado, pero pronto los propios vecinos de la villa corrieron la voz de que la hija de los reyes eméritos de España estaba en Cuéllar. Así fue como la Infanta se desplazó hasta la localidad para visitar ‘Reconciliare’, la exposición de Las Edades del Hombre que pronto cumplirá tres meses desde que la propia Reina Sofía la inaguró el pasado lunes 23 de abril. El alcalde de la villa, Jesús García Pastor, realizó la visita con la Infanta, tras ser avisado cuando la Infanta ya se encontraba en Cuéllar. El regidor local habló de “fortuna” en cuanto a esta visita a título particular y de forma privada que llevó a cabo Elena de Borbón. Desde la Alcaldía han querido manifestar su agradecimiento a la Casa Real y la Infanta Elena, por haber tenido esta deferencia para con Cuéllar, permitiendo hacer pública la visita e información respecto a la misma. García explicó que la visita comenzó en San Andrés, punto donde él mismo se encontró con la Infanta y su personal de seguridad. La visita fue guiada y con tiempo suficiente para valorar los aspectos de las tres sedes.

Elena de Borbón puso especial interés en ciertas obras, como destacó el alcalde, coincidiendo en algunos casos con el gusto de su madre, la Reina Sofía. ‘El abrazo de San Francisco de Asís a Santo Domingo’, del maestro Luis Carmona, o el ‘Cristo del Perdón’, ensalzado por muchos visitantes, fueron dos de las piezas en las que se detuvo. Ambas se caracterizan por el realismo y la expresividad que presentan, así como el tratamiento de la anatomía y el volumen de los tejidos. Otra imagen que llamó la atención de la Infanta, así como lo hizo en abril de la Reina Sofía, fue el ‘Cristo de la Agonía’, de Manuel de Pereira, procedente de la Catedral de Segovia y donado por la familia del Marqués de Lozoya, con una visión muy especial dada la posición de la escultura; normalmente, no es posible contemplar la flagelación del Cristo, pero por su orientación en la exposición, destaca notablemente.