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Corona y aureola tras su restauración. /E.A.

El día 2 de octubre, primer domingo de mes, cuando se celebra la festividad del Rosario en varios pueblos, entre ellos Pinarnegrillo, nuestra patrona volverá a lucir una corona imperial de plata, recién restaurada, regalo de Ramón Escorial y su esposa Brígida Tardón en año 1828.

La corona estaba rota, ennegrecida, le faltaban piedras y algún elemento de la aureola, lo que me lleva a pensar que sería la corona que lucía en octubre de 1919 cuando la Imagen cayó al suelo desde la carroza, sufriendo daños en su talla.

Se trata de una corona de tipo imperial en plata. Los imperiales reposan sobre tréboles decorados con piedras de cristal y en la parte superior se halla la bola del mundo, de cuyo centro nace una cruz. La aureola se decora con doce potencias y doce estrellas, símbolo de la perfección absoluta, y está coronada con un cáliz rematado en cruz.

La corona y aureola ha sido restaurada por Sergio Romo de Arce Muñoz y sufragada por la “Cofradía del Rosario” de Pinarnegrillo. El donante, Ramón Escorial nació en Pinarnegrillo el 31 de agosto de 1794, hijo de Agustín Escorial y Bernarda Santos. Fue su padrino de bautismo don Juan de Ledesma y Comillas, escribano de los reinos de su Majestad, notario público por autoridad apostólica y receptor de primero y segundo número de la Real Chancillería de Valladolid; natural de la villa de Sahagún y por aquellos tiempos residía en Pinarnegrillo por estar casado con la hermana del señor cura, Manuela Fernández Reyero.
Ramón Escorial contrajo matrimonio con Brígida Tardón, natural del Aldea del Rey. Tuvieron diez hijos, pero con él se pierde la línea directa de este apellido en Pinarnegrillo, pues los hijos varones emigraron y sólo quedaron dos hijas viviendo en el pueblo. Fue alcalde del municipio en varias ocasiones y en prensa histórica aparecen referencias sobre él por compras de heredades pertenecientes a la Iglesia, tras la desamortización de Mendizábal, denuncias, nombramientos y otros asuntos relacionados con su puesto de alcalde de Pinarnegrillo, recogidos en el “Boletín de Segovia”. En la campana antigua de la iglesia parroquial puede leerse que fue colocada siendo cura D. Pedro del Río y alcalde Ramón Escorial, en 1877.

Su hija Juliana y Rafael Sanz, su esposo, natural de Aguilafuente, también contribuyeron con donaciones a la parroquia y a la Virgen del Rosario. A ellos debemos gran parte del mobiliario de la ermita reformada del Cristo del Penegral, así como la celebración de la primera festividad de la Cruz tras la ampliación de dicho templo. También regalaron la media luna de plata que luce la patrona, donde pueden verse las iniciales: R.S y J.E.

ca de una familia de labradores y negociantes, que se extendió por toda la provincia, como describe Nicomedes Sanz y Ruiz de la Peña al hablar sobre sus orígenes segovianos: “mi abuela de Pinarnegrillo, a donde llegaron, no sé de dónde, ni por qué los Escorial en los inicios del siglo XVII. Construyeron su casa y se establecieron como labradores y negociantes, saliendo más tarde a conquistar la riqueza y a ilustrar el apellido por el área provincial”.

El 10 de septiembre de 1881 falleció en Pinarnegrillo Ramón Escorial, a consecuencia de un catarro pulmonar, cuando contaba 88 años de edad. En su partida de defunción se establece: que se diga por su alma un novenario, o bien entero, según costumbre de la parroquia; que se le recomiende al ofertorio de la misa dominical por grano de tres años; que se digan ciento cincuenta misas rezadas, en la limosna de cinco reales, la mitad en la parroquia de Pinarnegrillo y la otra mitad en la de Aldea del Rey; y además las misas rezadas de San Vicente, con la limosna de costumbre. Fue enterrado en el cementerio municipal y entre sus últimas voluntades dejó expuesto: que se ofrendase su sepultura durante un año con luces y responsos como acostumbran los de su clase; que se diese a cada uno de los que condujesen su cadáver al camposanto una cuartilla de trigo; y que se repartiese de limosna cuatro fanegas de trigo y cuatro arrobas de vino a los pobres de Pinarnegrillo y el doble en Aldea del Rey cuando sus testamentarios lo dispusieran.

Es un gran honor para nuestro pueblo volver a traer a la memoria a tan ilustre prócer y volver a sacar en procesión la Imagen de nuestra patrona, la Virgen del Rosario, con una corona y aureola olvidada durante más de un siglo y que ahora volverá a lucir en todo su esplendor.