“No se puede entender la etapa segoviana de Ignacio Zuloaga sin atender a las páginas de El Adelantado de Segovia, ni se puede comprender al periódico sin la figura de Zuloaga y de los intelectuales que junto a él se concitaron en la llamada Edad de Plata de la cultura segoviana”. Así se manifestaba este martes el director de El Adelantado, Ángel González Pieras, en el encuentro que tuvo lugar en Pedraza y en el que la relación entre el periódico decano y el pintor vasco acaparó gran parte del debate.
Actuaron como ponentes el bisnieto del autor de Las Brujas de San Millán, Enrique Laborde Suárez-Zuloaga, la conservadora de la colección de pinturas de la Fundación Mapfre, Leyre Bozal, y el citado director del periódico.
Hubo un emocionado recuerdo a María Rosa Suárez-Zuloaga, madre de Enrique y nieta del pintor, y a Mariano Gómez de Caso, los dos fallecidos recientemente
Antes de comenzar la comparecencia hubo un emocionado recuerdo a María Rosa Suárez-Zuloaga, madre de Enrique y nieta del pintor, y a Mariano Gómez de Caso, los dos fallecidos recientemente. María Rosa dedicó buen parte de su vida al Museo de Zuloaga en el castillo de Pedraza, que comprara el pintor en 1925, y Mariano Gómez de Caso realizó una recopilación de las cartas remitidas entre los dos Zuloaga con residencia en Segovia, Ignacio y su tío Daniel, el gran ceramista.
Enrique Laborde desarrolló en su intervención una serie de anécdotas entre José Rodao e Ignacio Zuloaga tomando como base las cartas que se mandaron entre ellos.

Rodao, poeta y periodista, entre otras ocupaciones, entabló una amistad con el pintor desde el año siguiente al de su llegada a Segovia —1898—. El 19 de febrero de 1900 escribe el primer artículo sobre Zuloaga en el Diario de Avisos. Esa relación la continuaría después desde las páginas de El Adelantado de Segovia, en donde dirigió la página literaria de los lunes desde el 17 de septiembre de 1906 hasta el 13 de febrero de 1925.
Enrique Laborde recordó que mientras “Sorolla disfruta de España, Zuloaga la sufre”
Leyre Bozal hizo un análisis de la pintura del eibarrés, centrándose en la no siempre bien llamada “pintura negra”. Bozal relacionó ese género con las estancias numerosas de Zuloaga en Segovia, en la búsqueda permanente del alma y la esencia castellana, que él veía en los personajes típicos de la provincia. Vinculó, asimismo, al pintor con escritores del noventaiocho como Unamuno y Machado. No obstante, concluyó, no cae nunca en su pintura en el estereotipo, sino que capta la esencia de la personalidad de estos hombres y mujeres sencillos. En este aspecto, Enrique Laborde recordó que mientras “Sorolla disfruta de España, Zuloaga la sufre”.
«Es en Segovia en donde realiza las primeras pinturas capaces de proporcionarle un éxito internacional»
González Pieras, por su parte, entroncó la figura de Ignacio Zuloaga con la Segovia de la época y en particular con El Adelantado. Recordó que coincide la estancia de Zuloaga en dos años, con la de Joaquín Sorolla, que desde el Real Sitio de la Granja de San Ildefonso da a la luz lienzos de gran significación en su carrera. Y, sin embargo, la huella de los Zuloaga es diez veces superior en el decano que la de Sorolla. El director actual del periódico recordó que en Segovia Zuloaga pinta cuadros magníficos, y parafraseó a Enrique Lafuente Ferrari al afirmar: “Es en Segovia en donde realiza las primeras pinturas capaces de proporcionarle un éxito internacional.
Como ocurrió en el Salón de la Societé de Beaux Arts de Paris de 1899 a propósito de un cuadro excepcional: Mi tío y mis primas”.
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