
El pasado fin de semana, en la pedanía de Vegafría, término municipal de Olombrada, se iba a realizar una cata de vinos dentro del programa de fiestas en honor a Santa María Magdalena. Algo que finalmente no ocurrió por la mala praxis de algunos vecinos que boicotearon el acto hasta que lograron que este se cancelase, según ha denunciado el consistorio municipal.
Rosa María de Blas Frías, en nombre de toda la alcaldía de Olombrada, ha expresado la sensación de tristeza y decepción ante lo ocurrido, mostrando un claro rechazo a la actuación unilateral realizada por parte de algunas personas del municipio.
En concreto, el pasado sábado día 9 tendría que haber tenido lugar el evento en Vegafría, una actividad prevista en el programa de fiestas y organizada en colaboración con el programa de “Alimentos de Segovia” de la Diputación Provincial de Segovia.Sin embargo, algunos de los presentes decidieron que no se iba a realizar. Una iniciativa que tomaron sin autorización, ni conocimiento del Ayuntamiento.
La alcaldesa ha declarado que “resulta desafortunado tener que informar a nuestros vecinos y visitantes que debido a la mala fe adoptada por algunas personas ha supuesto la cancelación de la actividad programada para las fiestas” . Algo que genero un grave malestar entre los presentes que sí que querían participar en el evento, lo que dio lugar a un panorama bronco en la pedanía.
Este hecho ha sido calificado por la Alcaldía como de “irresponsable por parte de alguno de los vecinos, quienes han mostrado una absoluta falta de visión, de respeto y compromiso hacia el Pueblo. Sus acciones han afectado no solo a la bodega contratada, sino también a todas las personas inscritas que esperaban con ilusión realizar evento destacado en nuestro calendario de fiestas”.
El grave incidente impidió que el resto de vecinos pudiera disfrutar de unas fiestas tranquilas y divertidas, debido a la falta de consideración de este grupo de personas.
Algunos concejales del Partido Popular de Olombrada, que se encontraban presentes cuando ocurrieron los hechos, tras confirmar que la cata finalmente no se iba a poder realizar y tras ver que esta se había cancelado con el bodeguero encargado del evento, decidieron improvisar una cata comprando algunas botellas de vino en uno de los bares de la localidad cercano al lugar. A fin, de no dejar sin la actividad a todas aquellas personas que habían comprado su tiquet para la cata.