
El delegado territorial de la Junta, José Mazarías, visitó ayer el yacimiento del Cerro de los Almadenes para conocer el estado actual de las excavaciones en esta zona arqueológica. El yacimiento es conocido en la bibliografía arqueológica, desde su identificación por el investigador francés C. Domergue en 1979, como un lugar vinculado al trabajo de la minería y metalurgia del cobre durante los primeros tiempos del Imperio Romano. Desde el año 2009 se suceden las investigaciones por parte de un equipo de la Sociedad Española de Historia de la Arqueología y la de 2022, que se inició el pasado 11 de julio y concluye hoy, es la decimotercera campaña de excavaciones en este enclave.
El yacimiento arqueológico es singular por los elementos excepcionales de tipo minero-metalúrgico de distintas épocas que contiene, entre los que destacan los correspondientes a la secuencia cronocultural de épocas Altoimperial romana y Tardoantigua, a la que pertenecen varias zonas de explotación y extracción de mineral, con bocaminas y galerías mineras relacionadas con la explotación del recurso en esas épocas.
El pasado mes de junio la Junta declaró el Cerro de los Almadenes Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de Zona Arqueológica, dando la máxima protección a la zona.
Desde 2019, destaca en este enclave el hallazgo de un importante conjunto de materiales arqueológicos de filiación itálica: cerámica, estatuas de tipo ‘oficial’, una pieza ornamental (labrum) sin duda de importación, junto con algunas monedas romanas vinculadas con el mundo militar de la épica correspondiente a las guerras cántabras (Augusto-Tiberio). El más reciente de estos hallazgos se han producido en la campaña actual de excavaciones. Se trata de una cabeza de una escultura que será trasladada al Museo de Segovia como otros materiales de esta zona. Ya en 2020, se localizó también una cabeza de piedra en este mismo yacimiento y en 2019 una estatua de mujer sedente sin la cabeza, a la que pudiera corresponder la pieza encontrada en la investigación de este año.
Los trabajos realizados en las excavaciones de 2021 pusieron al descubierto parcialmente estructuras arquitectónicas en la misma zona donde habían aparecido las esculturas, sugiriendo la posible existencia de un espacio con características de ‘santuario’. La campaña de 2022 está orientada a proseguir la excavación de estas estructuras, con el fin de buscar nuevos datos para la comprensión del contexto en el que se integra la construcción y estudiar las posibilidades de determinar su funcionalidad y su cronología precisas.
Los descubrimientos hechos desde 2009 ponen de manifiesto la magnitud del asentamiento, desde el punto de vista de la importancia que el enclave minero tenía para Roma en los primeros momentos del Imperio, bajo los mandatos de Octavio y de Tiberio. Se sabe por los estudios realizados que el momento más álgido de la explotación minera en este lugar se produjo entre los siglos I a.C. y I d.C. y se sabe que contaba con cinco baterías de hornos, tanto de fundición como de tostación.
El beneficio de esta mina continuó durante toda la etapa romana y parece que pudo experimentar un nuevo momento de auge en la Tardoantigüedad, periodo al que pertenecen las baterías de hornos de fundición que constituyen un unicum en la Península Ibérica. Con distinta intensidad, la explotación minera continuó en la zona hasta el siglo XX y, aunque se trata de un yacimiento romano, existen pruebas objetivas de su explotación desde la Prehistoria reciente, a partir del Calcolítico.
El delegado territorial estuvo acompañado en su visita por el alcalde del municipio, Meinardo Sanz; por Ruth Llorente, jefa del Servicio Territorial de Cultura y Turismo, por los codirectores del proyecto de investigación Pilar San Clemente, Juan Álvarez y Carlos Morato; y por el presidente de la Asociación El Cerro de la Dama, Fernando de Pablos.