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Momento de la entrega de la placa conmemorativa en el salón de actos del Ayuntamiento de Villacastín.

Durante muchos años Casimiro Bachiller esperaba a la personas a que llegaran a su casa. Ayer eran muchas las personas las que lo esperaban a él.

Le aguardaban en la plaza de Villacastín, ante el Ayuntamiento, la casa de todos. Además de su extensa familia, acudieron muchos de los vecinos de la localidad en la que desarrolló su vida, una vida de servicio a los demás que desarrolló en Casa Bachiller, local de referencia en toda la comarca, y para los cada vez más numerosos usuarios de la carretera de La Coruña que iba ganando más tráfico. Muchos de ellos tuvieron que ser acogidos por Casimiro y su esposa Domitila cuando la nieve, las averías mecánicas o la falta de recursos les impedían continuar el trayecto. Eran otros tiempos.

Casimiro Bachiller, con 101 años, ha perdido algunas cualidades físicas. Pero el tiempo no podido evitar que ayer se emocionara al sentir el cariño de sus vecinos. También se le fueron los pies al escuchar la música folclórica de la dulzaina y el tamboril, y contemplar al grupo de danzas bailando ‘La Entradilla’ de Agapito Marazuela.

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Casimiro Bachiller, junto a Domitila, bailando la jota desde su silla.

En un salón de actos abarrotado, el alcalde Julio César Sánchez Jiménez, le entregó una placa de recuerdo “por el servicio prestado a lo largo de tantos años”. El acto lo presentó el cronista de la villa, Rafael Álvarez. Y el presidente del Centro Segoviano en Madrid, Antonio Horcajo, tuvo palabras muy sentidas para quien haber tenido en Casimiro uno de sus mejores maestros de la vida. “Hombre bueno y trabajador, de un gran corazón”, fueron algunos de los calificativos hacia este centenario que fue pastor, industrial, hostelero, y sobre todo, una gran persona.

Al homenaje se sumaron también miembros de la Asociación de Empresarios Segovianos en el Exterior. Algunos de ellos naturales de la zona y que también han conocido la bonohomía de la familia Bachiller Bermejo.

Sólo faltaron a la cita los quintos de Casimiro, a quienes también se hizo mención en esta emotiva ceremonia.