Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Visitación. / José Antonio Santos

A 64 km de Segovia y a 69 km de Valladolid, entre las localidades de Fuente el Olmo de Íscar y Chañe, siendo parte de Tierra de Pinares y la Comarca del Carracillo, se encuentra la localidad de Fresneda de Cuéllar.

Junto al río Pirón, en el término de Fresneda de Cuéllar, aparecieron restos de la presencia romana en la zona. Desde que los romanos conquistaron Coca (a 17 km de Fresneda de Cuéllar), las gentes de la zona asumieron su cultura y, algunos restos de su vida cotidiana, dedicada a la agricultura y a la ganadería, han llegado a nuestros días.

Puestos a recordar vestigios de otros tiempos hallados en esta zona, C. Arranz Santos y A. Fraile de Pablo, consideran importante otro hallazgo relativo a este lugar. Junto a la Pesquera del Molino Alvarado, aparecieron un conjunto de vasos litúrgicos de la época visigoda, seguramente del siglo VII.

Ya en la Edad Media, tras la repoblación de la zona, los nuevos vecinos se dedicaron al cultivo de las tierras y al cuidado del ganado, surgiendo la comarca de El Carracillo alrededor de la Villa de Cuéllar. A efectos administrativos, Arroyo, Chañe, Fresneda de Cuéllar, Narros y Samboal, pertenecían al Sexmo de Mata de Cuéllar. Otro dato histórico de la zona es que el 24 de diciembre de 1464, el rey Enrique IV concedió la Villa de Cuéllar y su Tierra a Don Beltrán de la Cueva, Duque de Alburquerque.

Durante los siglos siguientes se sucedieron épocas de bonanza y decadencia. El siglo XVII destacó por la fuerte crisis que se sufrió en Castilla, reflejándose en un importante descenso de población y falta de alimentos provocado por las malas cosechas. La consecuencia fueron las epidemias que se sufrieron en aquellos años.
En el siglo XVIII la situación se recuperó. Aumentó la población y fue necesario incrementar la producción agraria. El siglo XIX vino marcado por la Guerra de la Independencia y, en estas tierras se sucedieron tropas francesas y españolas exigiendo provisiones. Algunos guerrilleros, muy famosos, estuvieron escondidos en sus pinares.

En el siglo XX, todo cambia. Surgen nuevos medios de comunicación y transporte y, de la agricultura de secano se pasa a la de regadío mediante la apertura de pozos que aprovechan el agua subterránea de esa comarca…. lo que propició que una zona como el Carracillo, conocida por la pobreza de sus tierras, se convierte en punta de lanza en la producción de hortalizas como zanahoria, puerros, endivias…

El nombre de Fresneda de Cuéllar nos habla de la existencia de un bosque o, abundancia de fresnos, árboles gruesos, con cuyas ramas más jóvenes se realizan cestos. Durante el siglo XIX se incorpora el indicativo de su localización: «Cuéllar» por pertenecer a esta Comunidad de Villa y Tierra, al Sexmo de la Mata. En su término, existen varios despoblados como Alcuerna, cuya iglesia se transformó en la ermita de Nuestra Señora de Fresneda en el pago conocido como El Cuerno. También Aldehuela, Olivera y Pesqueras.

Patrimonio

A la hora de hablar de patrimonio, el alcalde de la localidad, Gregorio Sastre, destaca la belleza de los pinares que rodean el pueblo aunque añade que «están sin señalizar», el pinar es muy bonito pero no está señalizado para poder pasear por él.

En cuanto al patrimonio arquitectónico, en la localidad se encuentra la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Visitación. Edificio realizado en mampostería, aunque se perciben algunas remodelaciones realizadas en los últimos tiempos. La Iglesia tiene una torre rematada con un campanario de factura moderna en ladrillo. En la iglesia se guardan varias obras de orfebrería realizadas por artesanos de Valladolid en el año 1700 (un cáliz y una concha de bautizar).

Fuera de la localidad se encuentra la ermita de Nuestra Señora de Fresneda, que en su día fue la Iglesia del despoblado de Alcuerna y, también fuera de la localidad, se encuentra el Molino Alvarado, que tras pasar por varias manos, hoy sigue siendo propiedad privada y está parado, sin funcionamiento.

El Molino Alvarado es una muestra del desarrollo de la zona. La planta del edificio principal es rectangular, del siglo XVII, y el conjunto de encuentra rodeado por un cercado de piedra. El Molino dejó de funcionar en el año 1991, tras sufrir un incendio. Bien es cierto que, desde años antes, no se utilizaba el agua para mover las piedras y moler los cereales pues, para ello se utilizaban motores movidos por otras energías. En el pueblo comentan que, el Molino, en otros momentos, ha sido utilizado para realizar otras funciones como granja de aves.

Pese a no estar funcionando como molino, en la fachada del gran edificio se pueden ver algunas de las estructuras que le permitían realizar su función. En el paraje donde se sitúa el Molino Alvarado, junto a la construcción, hace un tiempo aparecieron un conjunto de objetos litúrgicos de época visigoda (aproximadamente del siglo VII). Este grupo de objetos se compone de tres jarritos, una patena de bronce y un incensario de hierro con forma de trípode, que hoy se encuentran en el Museo Arqueológico.

Fiestas

En Fresneda de Cuéllar, celebran las siguientes fiestas: San Juan, el 24 de junio; Nuestra Señora de la Visitación el día 2 de julio; Nuestra Señora del Rosario, el primer fin de semana de octubre y además también celebran, la Fiesta de Santa Águeda, en febrero y San Isidro Labrador, en mayo.

Durante 8 o 10 años, la víspera de la fiesta de Nuestra Señora de la Visitación, se celebraba un Festival de Música Rock (Fresnerock) pero actualmente, a causa de la falta de jóvenes, que eran quienes lo organizaban… el proyecto está aparcado.

Fresneda de Cuéllar hoy

El alcalde de Fresneda de Cuéllar desde hace 16 años, Gregorio Sastre Pinilla (Agrupación Independiente de Fresneda de Cuéllar), con mucha experiencia en la materia, comenta que en esta localidad, el número de vecinos es de «ciento sesenta y ocho, censados, que quedan en ciento treinta y tantos o ciento cuarenta, como mucho, viviendo habitualmente».

Sobre la forma de vida de estos vecinos, la agricultura y la ganadería son fundamental en el día a día aunque hay algunos vecinos de Fresneda de Cuéllar que viven en el pueblo y trabajan en industrias y empresas de los municipios cercanos.

Fresneda de Cuéllar se encuentra en la zona de El Carracillo y, por lo tanto, el cultivo de regadío: Zanahorias, endivias, puerro, remolacha, patata…, todos los productos de la huerta, es mayoritario en este lugar. Por otro lado, al formar parte de Tierra de Pinares, en Fresneda de Cuéllar también es destacable su aprovechamiento de los pinares y, de hecho, existe una empresa dedicada a la recolección de piñas para extraer el piñón. Para terminar, en la localidad existe una empresa de transportes, otra de elaboración de colchones y una de harina de soja para la elaboración de piensos.

Al hablar de las próximas obras a realizar en el pueblo, Gregorio Sastre comenta que primero acometerán el arreglo de una calle que aún estaba pendiente y, también la realización de un camino hasta la ermita pero… «hemos dado con un particular… propietario de una parte del terreno necesario y….,no pone muchas facilidades…» Sastre comenta que las redes de agua están renovadas, al igual que la iluminación pública. Insiste el alcalde en que todo el pueblo está urbanizado y que poco queda por hacer.

Dónde comer y dormir

Fresneda de Cuéllar no tiene restaurantes, tan solo dispone de un pequeño bar en el que sirven bebidas acompañadas de algún pincho… pero, Chañe se encuentra a 3 km, Mata de Cuéllar a 13 km y, Cuéllar a 18 km… por lo que las posibilidades de disfrutar de la gastronomía típica de la zona, son muchas. Además, el panadero, también dedica su horno a asar buen cordero lechal y cochinillo, entre otras cosas. Solo hay que encargarlo, el panadero se ocupa de lo demás pero, hay que llevárselo a casa… y ahí entran en juego las casas rurales de esta población.

Son 3 las casas rurales: La primera se llama ‘Ribera del Pirón’, con capacidad para 8 personas, cuenta con 4 dormitorios y 2 baños. Este alojamiento tiene también piscina, jardín, barbacoa, chimenea francesa, huerto ecológico y acceso a internet. El porche está preparado para poder comer y relajarse. La piscina, abierta desde el 15 de junio al 15 de septiembre, tiene tumbonas y sombrillas, para tomar el sol en la zona ajardinada.

Otra de las posibilidades es la casa rural ‘Senda del Alba’, con capacidad para 12 personas que pueden distribuirse en sus 4 dormitorios. Esta casa rural abrió su puerta en 2009 y dispone de jardín, terraza y porche con barbacoa. También cuenta con chimenea.

La tercera de las casas rurales abiertas en Fresneda de Cuéllar es ‘Casa Rural Los Arcos’, con capacidad para 5 personas, ha sido reformada en 2011. La casa cuenta con jardín, patio y barbacoa.

RECETA

Dolores Carrera es concejala de Cultura del Ayuntamiento de Fresneda de Cuéllar y, aunque nació en Segovia, considera que fue solo casualidad e insiste en que ella es de Fresneda. Durante una buena parte de su vida, vivió en Íscar y trabajó como modista en un taller dedicado a realizar vestidos de novia, primero para una firma especializada, después por su cuenta.

Volvió a Fresneda de Cuéllar para cuidar de su marido, enfermo en aquellos días y, de su madre, de edad muy avanzada. Desde que ambos fallecieron, se dedica a las dos casas rurales que tiene en el pueblo: ‘Los Arcos’ y ‘Ribera del Pirón’.

¿Cómo va el turismo rural en la zona? Dolores contesta que muy bien. De sus casas rurales, ‘La Ribera del Pirón’, que tiene piscina, funciona muy bien en verano. La Casa Rural ‘Los Arcos’, que es un poco más pequeña, funciona muy bien en invierno.

¿Qué busca la gente que acude a estas casas rurales? Dolores nos cuenta que sus clientes son principalmente de Madrid y, sobre todo en verano, lo que quieren en tranquilidad. «A veces no salen del pueblo en la semana que están alojados allí». Es distinto cuando viene gente del País Vasco o Valencia, ellos quieren conocer la zona, las Hoces del Duratón y, «como estamos en la ruta de los castillos, vienen a conocer el de Coca, Pedraza, Cuéllar… y a visitar Segovia».

Se ve que Dolores es una mujer muy práctica. Sus recetas no son tradicionales y utiliza ingredientes un poco diferentes. Los platos son fáciles de hacer y muy apropiados para gente joven… «Solomillo de cerdo en salsa de limón y cebolla».

Ingredientes: Un solomillo de cerdo, un bote de refresco de limón, un sobre de sopa de cebolla, aceite.
Modo de prepararlo: En una sartén caliente y con un poco de aceite, se dora el solomillo entero, por todos sus lados. Cuando está dorado, se reserva en una cazuela aparte, en la que se añade un bote, o el equivalente, de un refresco de limón y, un sobre de sopa de cebolla. Se pone la cazuela con todos los ingredientes a cocer unos 45 minutos.

Cuando esté cocido, se saca el solomillo de la cazuela, se filetea en rodajas y se vuelve a poner en la cazuela con la salsa, se da «otro hervor», y ya estará preparado.