Fin del trayecto

Un grupo de reclusos del Centro Penitenciario de Segovia ha culminado con éxito la tarea de llevar a cabo el trazado del Camino de San Frutos, en un recorrido en el que la cultura y el medio ambiente se unen con la labor terapéutica y asistencial previa a su incoropración a la sociedad

La última etapa de nuestro peregrinaje a la Ermita de San Frutos comienza en Villar de Sobrepeña. Pronto comenzamos a ver el Parque Natural de las Hoces del Duratón, ¡Impresionante! A lo largo del recorrido disfrutamos del paisaje y tenemos la oportunidad de ver buitres muy cerquita de nosotros.

La leyenda de la cuchillada de San Frutos nos sirve para nuestro trabajo y reflexión de la jornada. «El bastón» con el que San Frutos logra detener a los musulmanes que querían atacarle, nos sitúa frente a nuestros apoyos, aquello que hemos adquirido a lo largo del tiempo que hemos permanecido en prisión, y nos va a servir para detener, para vencer los problemas que seguro nos surgirán una vez salgamos de la prisión. Para algunos su bastón será la capacidad de decir NO a la droga, para otros valorar las consecuencias de cada conducta de riesgo etc.

La llegada a la ermita nos sobrecoge, no sólo por el paisaje sino porque hemos llegado, hemos superado más de 77 kilómetros. Lo hemos logrado.

Durante las etapas han aparecido las típicas y dolorosas ampollas, el cansancio; incluso Diego en la tercera etapa estuvo a punto de tirar la toalla, pero todos hemos llegado a la meta.

En la ermita nos esperaba el Padre Larios, que con mucho cariño nos ha dado todo tipo de explicaciones y contado alguna anécdota. Frente al Santo nos hemos hecho la foto y cada uno le ha pedido su deseo. El mío y el del equipo que hemos estado acompañándoles estos días, es que emprendan de nuevo el camino, en este caso el camino de la vida, que lo afronten con esperanza y sobre todo que no vuelvan nunca a prisión, que sus proyecto de cambio de vida se puedan realizar.

Quiero agradecer por último a todos los amigos que nos han acompañado y que han colaborado con nuestro proyecto, al ADELANTADO DE SEGOVIA, por la iniciativa y el seguimiento que nos ha hecho, a Juan Carlos y Miguel, voluntarios, a muchos de los alcaldes que nos han sellado nuestra particular cartilla del peregrino; a la Asociación El Progreso de Villar de Sobrepeñas que nos acogió el jueves; a las ONGs que colaboran el centro, Cáritas, Cruz Roja y la Fundación Padre Garralda; a don Germán, nuestro cura de la prisión y a todos los que nos hemos encontrado en el camino y nos han dado una palabra de ánimo. A todos, gracias.

Desde aquí os queremos animar a que hagáis esta singular y nueva ruta del Camino de San Frutos.