
La Comisión de Patrimonio aprobó el informe final de la actividad, que incluyó las cubiertas, la liza y los pilares de la iglesia y el castillo de Turégano.
En el capítulo dedicado a la arqueología la Comisión de Patrimonio, este viernes, aprobó el informe técnico final de la actividad arqueológica vinculada al proyecto de intervención en las cubiertas, la liza y los pilares del castillo e iglesia de San Miguel en Turégano.
En el interior de la iglesia, el estudio arqueológico documentó en la nave sur tres fases de utilización. La primera corresponde al solado y cota de arranque de los pilares de la primera iglesia. A una segunda fase pertenece una estructura circular de piedra, interpretada como el primer escalón de una antigua pila bautismal apoyada sobre las losas del solado de la primera iglesia.
Bajo esta estructura se documentaron huellas de un incendio importante, posible punto de inflexión en la evolución del edificio, a partir del que se llevaría a cabo también un refuerzo de los pilares. La última fase corresponde a la amortización de esta estructura y el pavimento antiguo, con realización de enterramientos y aporte de rellenos que modifican la rasante interior. Hay que destacar, también, la documentación de grabados y pinturas en las caras de los pilares que delimitan la estructura circular, destacando una curiosa cacería de liebres con galgos.
Turégano, punto de interés arqueológico
En la nave norte se eliminaron los rellenos existentes hasta la base de los pilares, documentándose los apoyos y la cota de colocación y cimentación de la pila bautismal, así como los restos de pinturas murales existentes. También se estudiaron algunos de los elementos estructurales de la primitiva puerta de la iglesia románica, anterior al encastillamiento del templo.
En cuanto al exterior de la iglesia, se documentó parte de las estructuras de una gran edificación anterior sin duda a la construcción de la muralla exterior y a la fortificación de los ábsides de la iglesia románica. También se documentó en su totalidad la zona empedrada ante la puerta actual de la iglesia y se recuperó e inventarió un importante número de grandes piezas líticas adosadas a la muralla. Por otra parte, se identificó un muro que conectaba el muro de la iglesia con la esquina de la muralla.
Se identifica como un mural defensivo en el que se integra un cubo circular que parece albergar los restos de una escalera interior. Es, sin ninguna duda, anterior al muro sur de la iglesia y también al antemural, que cabalga sobre él.
La Comisión de Patrimonio da por concluida la intervención y señala que habrán de arbitrarse las medidas necesarias para la protección, conservación y, en su caso, difusión de las estructuras arqueológicas documentadas en el estudio realizado fuera del ámbito interior de la iglesia.