Tras dos años de continuas limitaciones para organizar actos y eventos en las fiestas patronales de los pueblos, los ayuntamientos de los municipios segovianos van moviéndose para confeccionar unos programas que permitan recuperar el ambiente y el colorido de sus días grandes. En lo que respecta a la villa de Riaza, que goza de un gran predicamento taurino y que en los años prepandémicos se convirtió en estandarte del ‘torismo’ en la provincia, prepara una feria de alicientes después de dos años sin fiestas.
De nuevo, la idea es que sus días festivos vuelvan a girar en torno al toro: encierros y capeas matinales y festejos vespertinos en un enclave añejo donde la plaza de toros queda integrada en la porticada plaza Mayor. Dado que en 2021 no se celebraron las fiestas patronales de la Virgen del Manto y Hontanares, una decisión que aprobó en Pleno la Corporación y que suscitó oposición entre vecinos y las agrupaciones de la villa ‘El Rasero’, ‘El toro de los mozos’ y la ‘Peña taurina’, el Ayuntamiento, que en las últimas ediciones ejerce la autogestión, en consonancia con las asociaciones, trabaja por elaborar una programación que forman ya parte de la agenda de aficionados de corte exigente.
Para la ocasión, se baraja el nombre de una de las figuras del toreo con más repercusión artística y mediática. Nada más y nada menos que José Antonio Morante, en los carteles ‘Morante de la Puebla’. El que ha sido uno de los nombres propios de la Feria de Abril pretende llegar al centenar de actuaciones en el año que cumple 25 de alternativa, emulando a Joselito ‘El Gallo’, y abre el abanico de su contratación a todo tipo de cosos. Ya en 2021, en un año todavía marcado por las restricciones y las suspensiones de eventos, lideró el escalafón con 49 corridas.
Ahora, pasado el ciclo sevillano, Morante acumula una veintena de tardes, entre los que se incluye su paso por plazas de primera y localidades como Valero de la Sierra (Salamanca), donde abrió campaña, Valdemorillo (Madrid), Añover de Tajo (Toledo) o Almendralejo (Badajoz). Además, está anunciado en agosto en la portátil de Arganda del Rey (Madrid), en un calendario que ya suma de forma oficial cerca de otras 40 tardes.
La incógnita en Riaza estriba en si la contratación del diestro de La Puebla del Río se termina consumando, pues por el momento la villa mantiene su apuesta de ganaderías de las consideradas ‘duras’ y tiene cerrado un compromiso con la divisa leonesa de Valdellán, de encaste Santa Coloma, que ya lidió en esta plaza en 2019. La presencia de Morante mira a otras ganaderías, además de si los toros reseñados saldrían en ese sentido en el encierro; lo que implica en este caso dos corridas -en vez de la habitual que cerraba la feria riazana-, que dada la hoja de ruta del sevillano puede encontrar ubicación en un día ‘laboral’. Sin embargo, la idea es que sean en los dos sábados que arropan las fiestas patronales, el 10 y 17 de septiembre. ¿Morante en Riaza? Las opciones ahí están y el Ayuntamiento ya sabe el caché que fija el torero.
Otra opción que se maneja para dar la segunda corrida es un envío de los ‘patas blancas’ de Barcial, procedente del encaste Vega-Villar; y, aunque Morante el año pasado ya se anunció en Salamanca con un hierro similar, el de Francisco Galache, esta combinación cobra fuerza en el supuesto de que no llegue a darse la comparecencia del sevillano. Por otro lado, un buen número de toreros y novilleros ya se han ofrecido para integrar los carteles de la villa.