Los 340 años de la Cofradía del Niño Jesús de la Bola están siendo motivo de celebración para todos los cuellaranos, incluso antes de que llegue la fecha de su salida en procesión y días grandes. Y es que hay mucho trabajo detrás para que todo esté listo esos días, como el realizado por Azucena Fraile, artesana en textiles, que ha donado una verdadera obra de arte a la Cofradía para que la imagen luzca el día 1 con una nueva vestimenta.
Más de una treintena de personas acudió a esta presentación en la que también se explicó en profundidad la exposición conmemorativa de los 340 años de la Cofradía. Juan Carlos Llorente habló del origen de la imagen, las actas de la Cofradía y toda la idiosincrasia interna; por ejemplo, si la procesión no sale por lluvia, se anota y queda registrado. Así, entre todas las tradiciones y la riqueza cultural y patrimonial del Niño Jesús de la Bola, Azucena Fraile explicó cómo ha sido el proceso de creación de esta pieza, y las características de las anteriores. Junto a ellos, en la exposición, se encuentran sus “tesorillos”, unos exvotos que se solían poner para evitar que los malos espíritus se cernieran sobre la imagen. En la muestra se pueden ver ropajes deteriorados, de muchísima antigüedad, pero lo que más llama la atención es el nuevo, una joya. El estilo barroco se ha conservado gracias al diseño del reputado escultor leonés Melchor Gutiérrez. Él es profesor de Azucena Fraile en un curso que se imparte en Valladolid por la Junta de Castilla y León a artesanas como ellas, y se han mantenido los motivos florales que van bordados en hilo de oro. El trabajo es incalculable, así como el valor del traje, que contiene unas micras de oro, porque ese hilo es realmente de una seda y recubierto de oro, un material de difícil acceso. Se ha buscado un estilo de una única pieza, que caiga, sin “vuelos”. Anteriormente, se cree que por la dedicación los trajes los realizaba una monja, alguien dedicado en exclusiva a ello. El actual lo ha realizado Azucena con la misma pasión y esfuerzo, y con ayuda de Maribel Saz, compañera de la asociación Los Molinos. El traje está realizado en tisú de plata, los bordados en oro y una puntilla también en oro, con lo que llaman “puntas de Castilla”. “Hemos querido darle el aire de una única pieza para que no haya estilos diferentes en varias piezas, y hemos incluido un lazo para que si se quieren poner exvotos o alguna pieza que se vaya a regalar, que no se coloque en la talla, que está realmente dañada”, comentó Azucena. El traje lleva una enagua de bolillos también, y el traje ha sido realizado por iniciativa propia de Azucena.

Jesús Escribano, su pareja, será el mayordomo este año, y aprovechó la ocasión para vestir al niño con un traje nuevo, ya que los demás estás muy deteriorados. Todo el público alabó la labor de Azucena y Maribel, ya que gracias a ellas el patrimonio inmaterial de Cuéllar respecto a esta imagen se está preservando. Así, la familia Manzanares, camareros de la imagen, procederán a vestirlo hoy y dejarlo preparado para la procesión del día 1 de enero a las 17.00 horas, con salida desde San Miguel.

tejoletas Seguidamente a esta presentación tuvo lugar el curso de tejoletas organizado por la Cofradía. Otro paso para mantener esta tradición tan única y valiosa es transmitir sus costumbres a las nuevas generaciones, y así se hizo. Tejoletas y villancicos resonaron en la sala cultural Alfonsa de la Torre como previa al día 1, que se oirán en la iglesia de San Esteban, como mandan los cánones de la villa.